-Chapitre dix-

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Diane estaba sorprendida por las palabras de su madre, tal parece que todo lo que ha vivido no ha sido por pura casualidad. Las veces en las que le hablaban sobre ese bosque y las hadas, y ahora se entera de que su nueva amiga es una guía que la llevará a su destino. Pero más sorprendente el que su padre sepa su futuro, nunca dijo nada, tal parece que se lo tenía bien guardado hasta que fuera el momento adecuado para contarlo.

Necesitaba hablar con su padre sobre todo esto que estaba ocurriendo, y justo tenía que irse, debía verlo ya, antes de su partida.

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El Rey de Megadozer, un hombre bastante alto, de cabello rubio como los rayos del sol y ojos de color morado iba llegando en una carroza hacia su hogar, este acababa de realizar unos mandatos que tenía ya pendientes desde hace tiempo, pero que no había realizado en su tiempo, es por eso mismo que tuvo que irse de improvisto.

Pero todo culminó bastante bien y terminó lo que tenía pendiente, así regresando contento a reino. Al entrar, saluda cordialmente a sus guardias, para, después dirigirse a su despacho y terminar unas pequeñas cosas que quedaron pendientes, sobre firmar algunos papeles, entre otras cosas.

Antes de entrar escucha unas voces provenientes del despacho, algunas las reconoce, pero había una en especial que le parecía que estaba soñando. Así que sin más, el rey, padre de Diane, abre la puerta, encontrándose en su interior algo que lo deja bastante anonadado.

-E-Elaine... Cuanto tiempo-Pronuncia el rey, haciendo que la aludida se girara y lo observara asombrada por el hecho de no haberlo visto en tanto tiempo.

-Su majestad-La rubia hace una pequeña reverencia a éste, en forma de saludo- ¿Cómo se encuentra?

-B-bien, hace tiempo que no nos visitabas, ¿Cómo has estado?

-Excelente su alteza.

-Papá, al fin llegas, necesito decirte algo importante, bueno, más bien necesitamos hacerte saber una cosa-Interrumpe Diane llamando la atención del mayor.

-¿Sobre qué, qué ocurre?

-No es nada grave cariño, solo que es una pequeña sorpresita, que por cierto tú ya habías visto con anterioridad, sólo recuerda-Su esposa le regala una pequeña sonrisa, haciendo pensar a su esposo de lo que se supone tiene que acordarse- Oh, ya se te olvidó, al parecer los años ya te están afectando-Suelta una risita la Reina-Chicas, ¿le digo o le dicen?

-¿Decirme qué?

-Diane debe de ir al Bosque del Rey Hada/Me iré al Bosque del Rey Hada-Dicen al unísono ambas chicas, ocasionando que al hombre casi le diera un colapso.

-¿Tu? ¿Ustedes? ¿Que?

El padre de la princesa estaba que no se la podía creer, o más bien no quería aceptarlo, ya que sabía de antemano que esto pasaría tarde o temprano, solo que no esperaba que su princesa se fuera tan pronto de sus manos. Extrañaría demasiado sus pláticas tan amenas que tenía con su pequeña hija y los paseos a caballo que compartían ambos en los tiempos libres que tenía su padre, no podía aceptarlo, pero al ver la cara de determinación de ambas mujeres...Simplemente no sabía que decir, sabía perfectamente que el destino de Diane era, tarde o temprano, irse de su cálido hogar.

Sintió una pequeña, pero cálida presión en su hombro derecho, y al voltear, vio a sus esposa parada junto a él, regalándole una sonrisa y mirada que sabía que lo derretirían por dentro, era de esas a las que no le podía negar nada y en ella, su esposa le transmitía todo lo que estaba pensando.

-¿Y, porque ahora?-Inquirió el padre de Diane.

-Por mi hermano, éste se encuentra en juego, vine hasta aquí para encontrar a la que será la indicada para conquistar su frío y solitario corazón, o si no la oscuridad lo consumirá por completo-Elaine baja los ojos al suelo con un aire de preocupación mezclada con tristeza- Sé que esto es repentino, pero nos conocemos desde hace tiempo, y, además su hija está de acuerdo. Puede que ya la haya escogido desde hace tiempo, pero ahora mis conjeturas han sido aclaradas, y ella-La rubia apunta hacia Diane-.Sé que ella es la indicada para tener el papel perfecto para salvar a mi hermano.

Tras estas palabras, el hombre mayor piensa detenidamente en todo esto que está sucediendo, sabía que no tenia de otra más que dejar que su hija fuera a cumplir con su destino. Él sabía de antemano, también su esposa, que Diane era de un alma libre y bastante soñadora y ella siempre estaba soñando despierta con encontrar prontamente a su príncipe azul. Lo soñaba desde pequeña, y ahora con lo que le estaban diciendo, al parecer no habría más de otra que aceptarlo, la extrañaría muchísimo, eso había que tenerlo en claro.

-Hija, esto es tan repentino, pero no demasiado, porque yo, tu padre, ya sabía lo que depararía en tu futuro, estaba feliz pero un tanto triste, ya que mi pequeña princesa se iría prontamente de esta casa, se extrañará, por supuesto que pasará eso, pero si es tu decisión ir hacia allá... Lo entenderé perfectamente, porque te conozco y sé que eres de esas personas que no dudan en ayudar a alguien y talvez puedas ser feliz con él y tener un heredero-Esto último lo dijo en un susurro.

Y, con lágrimas en los ojos, ambos, padre e hija se abrazaron mutuamente, siendo esta escena, observada por el hada y la madre de Diane.

-Padre...Te prometo que me portaré bien y juro que cumpliré mi palabra de salvar a aquel Rey Hada en problemas, para que las hadas de ese bosque no lo pierdan para siempre.

Y con estas palabras, la familia Megadozer se envuelve en un profundo abrazo, en señal de despedida hacia su pequeña hija.

-"Ahora tendré que despedirme de mi hermana, pero no sé cómo decirle esto"-Pensaba preocupada La castaña menor al separarse del abrazo de sus padres, y estos al notar su preocupación, deciden interrumpir sus pensamientos.

-Piensas en cómo decirle a tu hermana Matrona, ¿verdad corazón?, no te preocupes, nosotros nos encargaremos de eso, tu dirigete a tu alcoba para recoger tus cosas y no perder más tiempo para que ayudes a su Rey y no sea demasiado tarde.

-"La madre de Diane, siempre tan comprensiva"- Pensaba Elaine, para después decir:

-Sus altezas, les prometo fervientemente que su hija estará en muy buenas anos, ustedes ya me conocen de antemano y, como sabrán y no por adular, pero me considero una persona de confianza y ustedes lo saben más que nada, asi que permítanme tener el honor de guiar a su hija hacia mi hogar.

-Por supuesto, contamos contigo Elaine-Dicen ambos reyes, para después acompañar a las jóvenes a la puerta.

-Entonces esta es la despedida, cariño se te extrañará, pero procura visitarnos de vez en cuando.

-Por supuesto papá-Y, tras decir esto Diane y Elaine se dirigen a la alcoba de la castaña para preparar todo e ir a afrontar su destino.

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Y hasta aquí el capítulo diez, sólo esperen un poco más que rponto empezará lo bueno...

Rey HadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora