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Lisa tocó el timbre por quinta vez deseando que esta ocasión fuera distinta a las cinco anteriores y Jungkook abriera por fin la puerta. Había llamado en varias ocasiones a su teléfono y dejado varios mensajes, pero no había respuesta de ellos.

Eran solo las 10, no podía creer que estuvieran durmiendo, cuando en realidad si lo hacían. Volvió a llamar de nuevo al teléfono de Jungkook. Tres tonos y y esta vez si contestaron.

— ¿Hola? — la voz ronca de Jungkook sonó. Lisa soltó una pequeña risa al saber que había interrumpido su siesta.

— Lo siento no quería despertarte.

— No te preocupes, ¿qué sucede?

— Estoy afuera, ¿podrías abrirme?

— Voy para allá.

Jungkook se levantó sujetando a Jeonsang en sus brazos, aunque trató de hacer el menor ruido posible y de moverlo con delicadeza, no logró hacerlo bien y terminó despertándolo. El pequeño comenzó a llorar.

Lo sacó de la habitación antes de que pudiera despertar a Gía y se dirigieron para abrirle a Lisa. Jeonsang al ver a su madre se abalanzó hacia ella, Lisa lo tomó.

— Creó que ahora nos vamos — habló Lisa. Jeonsang ya estaba recostado en el hombro de ella.

— No, quedense ya es de noche — no quería interrumpir en casa de él, aún tenía algo de vergüenza estar con él después de todo lo que había pasado, sentía que aún no merecía estar a su lado.

— Creó que no será una muy buena idea — Jungkook la miró seriamente esperando que su mirada lograra incomodarla y terminara aceptando.

— Esta bien — sonrió ante lograr su objetivo, se acercó para darle un rápido beso en los labios. La tomó de la cintura y la hizo entrar.

— ¿Sabes que te amo? — la llevó con él hasta uno de los sofás, él se sentó y la jaló para quedara ella justo en sus piernas.

— También te amo — admitió. Jungkook le dio un beso, un poco mas profundo que el anterior y este duró un poco más.

— Creó que debemos de llevar a este pequeño arriba — ambos rieron y Jeonsang los siguió sin entender por que lo hacían.

En un impulso Jungkook abrazó a ambos, hace mucho que había deseado tenerlos ahí, junto a él.

— ¿Por qué creíste que sería feliz sin ti? — preguntó Jungkook. Desde que ella le había dicho el motivo de su partida jamás había logrado entenderlo del todo.

— No lo sé, simplemente lo pensé — no mentía del todo. La verdad es que en ese momento había sentido celos.

— Jamás los dejaré ir — besó su mejilla y tomó a Jeonsang. Beso también la mejilla del pequeño.

— ¿Y qué sigue ahora? — un silencio llegó. Jungkook suspiró y la miró a los ojos.

— Mañana buscaré boletos para regresar a Seúl, tenemos que regresar a casa antes del lunes — una pequeña punzada sintió Lisa en su corazón, a casa regresaría por fin aquel lugar que había extrañado. Sin pensarlo una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Al fin se sentía tan feliz.

(...)

La mañana siguiente Jungkook había salido a conseguir los boletos para su regreso; se había llevado con él a Jeonsang, pues Gía le había dicho que quería pasar aquella mañana con Lisa a solas. Jungkook se había reído de la forma en la que Gía se había expresado, pero aún así había terminado aceptado la propuesta.

— Hola — habló Gía mientras entraba a la habitación en la que su padre dormía. Jungkook se había ido hace algunos instantes y Lisa seguía dormida, estaba algo cansada, pues la noche anterior después de que hicieron dormir a Jeonsang habían aprovechado el momento.

— Hola hermosa — contestó Lisa aún adormilada. Se sentó en la cama y se estiró soltando un bostezo.

— ¿Puedo decirte algo? — a Lisa le preocupó la seriedad con la que habló la pequeña; se hizo a un lado y dio unas palmadas a la cama, justo al lado de ella, indicándole a Gía que se sentara ahí, y así lo hizo.

— ¿Qué sucede? — preguntó Lisa abrazándola. La cabeza de Gía se recargó en el vientre de Lisa.

— No te iras de nuevo, ¿verdad? — la voz de Gía era baja y se notaba el miedo en su voz.

— Claro que no, me quedaré contigo para siempre — Gía se soltó del agarre de Lisa y se abalanzó para darle un abrazo.

Cuando se separaron Lisa notó un collar que colgaba del cuello de Gía. Lo tomó en su mano sólo para verlo de cerca y asegurarse que era aquel que junto con Jungkook habían elegido.

— Era tu regalo de cumpleaños el año pasado — dijo Lisa con cierta nostalgia en su voz.

— Lo sé. Papá me lo dio antes de venir a Tailandia. Quiero poner una foto de todos nosotros aquí — Gía también lo sujeto con sus manos.

— ¿Te gustó?

— Me encantó — Lisa volvió abrazarla.

— ¿Y Jeonsang? — preguntó cuando al fin notó la ausencia del pequeño

— Papá y él fueron a comprar los boletos para regresar a casa — asintió.

— Entonces hagamos algo juntas — una sonrisa traviesa salió de Gía.

Cuando hacían algo juntas siempre terminaban haciendo enojar a Jungkook, y eso era la mejor parte.

(...)

Después de haber preparado un desayuno para ambas, Gía le había propuesto hacer un "salón de belleza". Lisa había aceptado y en ese momento Gía se encontraba maquillando a Lisa con su maquillaje de fantasía.

Gía había visto hace unos meses una película donde madre e hija había hecho aquel juego, pero lo había intentado con su madre y todo había salido mal. Le había terminado gritando por haberle causado una picazón por el maquillaje.

Ahora estaba con una sonrisa terminando de pintar sus labios con un color rojo.

— Papá dirá que te ves muy linda — le dijo Gía.

— Entonces ahora es mi turno — Lisa tomó algunas sombras para ojos y comenzó aplicarle el color en los párpados de Gía.

— Me hace cosquillas — contestó giaq tratando de mantener sus ojos cerrados.

El celular de Lisa comenzó a sonar. Una videollamada de Jungkook estaba sonado, deslizó su dedo sobre la pantalla para contestar.

— Wow, que linda — le dijo Jungkook al verla, tratando de contener una sonrisa, Lisa rodó los ojos y sonrió.

— Yo lo hice — habló Gía orgullosa apareciendo detrás de Lisa para que ambas pudieran aparecer en la pantalla.

— Pero que lindas que están las dos — Jungkook se encontraba manejando de vuelta al departamento, pero había parado para ir por una pizza, así que ahora esperaba a que su orden estuviera lista.

— No necesitas decirlo — Gía y Lisa lanzaron con una mano su cabello hacía atrás, sintiéndose unas total divas. Los tres rieron.

Jeonsang estaba sentado al lado de Jungkook y al escuchar las risas decidió saber que era lo que pasaba. Así que se subió en su padre hasta colocarse enfrente de la cámara.

— Mira quien quiere saludar — Jeonsang no entendía muy bien con quien hablaba su padre, así que Jungkook le señaló la pantalla del teléfono.

— Hola mi amor — le dijo Lisa. El pequeño se quedó observando la pantalla por unos segundos hasta que notó la cara de su madre y hermana.

Jeonsang comenzó a reír y le señaló la pantalla a su padre.

— El vuelo es para el miércoles — Lisa asintió un poco triste, le costaría despedirse. Jungkook lo notó, pero sabía que no era el momento de preguntar — Nos vemos en unos minutos, llevo pizza — Gía llevó sus manos hacía arriba celebrando la noticia, provocando que los demás se rieran.

Buscando a Papá (BAM#2) | LiskookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora