--- Bien, creo que no queda nada más por comprar ---se dijo a si misma la joven rubia mientras repasaba mentalmente toda aquella lista de ingredientes.
En esos momentos se encontraba en el centro por dos razones: la primera, Reiji la había mandado a comprar ciertos ingredientes, ofreciéndose él mismo a acompañarla; esto desencadenó que Ayato refunfuñara y fuera con ellos con la excusa de que no quedaba nada para hacer Takoyaki, cosa que todo el mundo sabía que era mentira, pero no le iban a recriminar nada.
Ahora, lo que más les extrañó fue que cierto rubio, que no se levantaba por nada del mundo, les acompañara. Caminaba el último, con su típico paso lento y desganado. Además, lo hacía más extraño el hecho de que no le gustaba las multitudes y ese día el centro estaba más lleno que de costumbre. Como dijo Reiji antes de que salieran: «es extraño que un vago como tú quiera salir a caminar. Y más a un lugar tan abarrotado de gente». Pero en fin, no iban a impedírselo.
--- Chichinasi ---el pelirrojo se encontraba al lado de la femenina, captando así su atención--- ¿Por qué eres tan lenta? ¿Acaso no has acabado ya?
--- Ayato, deberías tener más paciencia ---le interrumpió el azabache---. Si tanto te molesta el estar aquí, puedes irte perfectamente. Nadie te ha obligado a venir, lo has hecho por tu cuenta. Entonces, ¿de qué te quejas? ---aunque se veía como un argumento sólido y bien razonado, cualquiera que lo conociera podría recibir el tono de burla con el que se dirigía a su hermano menor.
--- ¡Tsk, demonios, Reiji! ---se cruzó de brazos mientras dirigía su atención de nuevo a la chica---. Solo termina cuanto antes. Tengo sed y estoy intentando contenerme para no beber de ti en estos instantes.
--- ¡¿Ah?! ¡E-Enseguida acabo! ---exclamó la Komori mientras miraba en la bolsa que portaba que no faltase nada.
Mientras hacía aquella revisión, miró por el rabillo del ojo al mayor, el cual no había dicho nada en todo lo que llevaban de camino. Se fijó en como sus orbes zafiro pasaban rápidamente por la gente, de un lado a otro; era como si estuviera buscando a alguien.
--- ¡Lo tengo todo! ---exclamó alegremente. Ni tres segundos pasaron de haber dicho esas palabras y ya notaba un jalón en su brazo, obligándola a caminar--- ¡Ayato-kun, n-no seas tan bruto!
Más eso acabó como siempre: Ayato haciendo lo que le da la gana, jalando a la pobre Komori mientras esta se quejaba; y cómo no, a Reiji quejándose del comportamiento de su hermano.
Al menos agradeció que aquello no durara mucho y se consiguió librar de su agarre. Aunque hubo algo que los extrañó, sobretodo porque se acababan de enterar cuando estaban a mitad de camino.
--- ¿Shu-san no iba detrás de nosotros?
Aquel comentario provocó que el azabache soltara un gruñido---. Iré a ver donde se ha metido. . . ese maldito ---dirigió sus ojos magenta a su hermano menor,de forma seria---. Ni se te ocurra hacer alguna de tus tonterías por el camino.
Pudo oír las quejas del contrario aún cuando se estaba alejando. Pero su mente estaba en otro mundo, preguntándose a sí mismo: «¿Dónde estará ese bueno para nada?».
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𝐌𝐄𝐋𝐈𝐅𝐋𝐔𝐎 ━ 𝐒𝐡𝐮 𝐒𝐚𝐤𝐚𝐦𝐚𝐤𝐢 ©
RandomMelifluo. Un sonido excesivamente dulce, suave o delicado. Que llega a deleitar a cualquier persona que lo escuche. Incluso aquel chico de cabello rubio, indiferente a cualquier cosa, llegó a quedarse prendado del sonido que provenía de las cuerdas...