--- ¡Do-chan! ¿Puedo hacerte una pregunta? ---dijo la joven Komori mientras acomodaba los rubios mechones de su cabello.
--- ¡Oh, pregunta lo que quieras, Yui! ---exclamó con alegría la de hebras negras ante sus palabras.
Como era de esperar, una bonita relación de amistad salió entre ambas jóvenes al largo del tiempo. El hecho de que Doyeon quisiera intentar entablar una amistad con el mayor de los Sakamaki la hizo acercarse también a la chica. Además, pensó que estar siempre rodeada de hombres, sin ninguna compañía femenina, era algo tedioso al final.
--- Bueno, no quiero incomodarte. . . ¡Pe-Pero la curiosidad es muy grande! ---sus mejillas se tiñeron de un leve tono rosado, algo que, según su contraria, era adorable---. Tú. . . ¿Qué piensas de Shu-san?
Aquello hizo que casi escupiera el té de burbujas que estaba tomando. Comenzó a toser mientras notaba unos golpecitos en la espalda que la intentaban ayudar. Al final la tos cedió. Un pequeño suspiro salió de sus labios.
--- Sinceramente, pienso que es alguien bastante cerrado. Parece imposible acercarse a él. . . ¡Pero igualmente yo lo intentaré! ---dijo mientras se levantaba del banco en el que ambas estaban sentadas.
Las vibraciones de su móvil la sacaron de aquella nube de entusiasmo. Lo sacó y, al ver la hora, soltó un pequeño grito--- ¡Es tarde! ¡Tengo que irme! ---exclamó mientras daba un último y rápido sorbo a su bebida mientras recogía todas sus pertenencias. Le dió un rápido, pero cálido, abrazo a la rubia--- ¡Siento tener que dejarte, pero tengo que irme a hacer algo importante! ---comenzó a correr, girándose por un momento para despedirse con un ademán--- ¡Hasta mañana, Yui!
--- ¡Adiós, Do-chan! ---exclamó mientras le devolvía el saludo. Suspiró mientras tomaba su bolsa con ambas manos e iba caminando tranquilamente hacia la mansión. En su cabeza solo se proyectaban las palabras de Doyeon y su gran entusiasmo.
La puerta del local se cerró de una manera algo estrepitosa, atrayendo así la atención de todos hacia la recién llegada.La dueña de aquel local, una señora, básicamente ya anciana, de cabellos grises y rostro amable, suspiró al ver aquella escena---. Siempre llegas tarde, Doyeon.
--- ¡Perdona! Intento llegar lo más pronto posible, pero no es fácil cuando la cafetería está en la otra punta del centro y tengo que venir del Instituto ---aquello lo dijo tan rápido y agitada que luego tuvo que tomar una gran bocanada de aire para poder regular el ritmo de su respiración. Oyó una risa por parte de su contraria.
--- Lo se. Además, tan solo son unos minutos. No voy a despedirte por ello ---comentó mientras alzaba su tembloroso brazo y acariciaba los negros cabellos de la jovencita.
--- Lo se, Nana ---suspiró mientras intentaba incorporarse y centrarse en la jornada que le esperaba--- ¡Bien! ¿Qué me toca hacer hoy?
Se oyeron unos pasos apresurados. De la cocina salió un joven que, al ver ahí a la muchacha, sonrió aliviado--- ¡Do-chan! ¡Necesitamos a alguien que atienda en las mesas y esté de vez en cuando en la barra! ---al ver la cara de sorpresa de la nombrada rió--- ¡No es mi culpa que los demás tengan las vacaciones ahora!
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐄𝐋𝐈𝐅𝐋𝐔𝐎 ━ 𝐒𝐡𝐮 𝐒𝐚𝐤𝐚𝐦𝐚𝐤𝐢 ©
RandomMelifluo. Un sonido excesivamente dulce, suave o delicado. Que llega a deleitar a cualquier persona que lo escuche. Incluso aquel chico de cabello rubio, indiferente a cualquier cosa, llegó a quedarse prendado del sonido que provenía de las cuerdas...