Un portazo fue lo único que se oyó. Ni siquiera le dio tiempo a expresarse. Su respiración agitada era el único ruido que percibía, además de notar como sus ojos se humedecían.
--- Oye.
Soltó un grito cuando lo vio frente a ella. ¿Aún recibiendo esa negativa tenía el descaro de aparecer delante suya?
--- ¡Si te cierro la puerta es porque no quiero verte! ---exclamó, controlando su tono de voz para no tartamudear.
--- No chilles de esa manera. Yo. . . ---se quedó en silencio. Sabía que no iba a ser una buena idea venir, pues se esperaba una reacción así de su parte--- tan solo quiero hablar contigo.
Shu no era bueno para ese tipo de cosas, mucho menos cuando se trataba de disculparse con alguien.
--- ¡Yo no quiero! ¡Vete! ---gritó, frunciendo su ceño para mantenerse firme. Al ver que seguía ahí de pie, sin moverse, soltó un pequeño gruñido para acercarse y tirar de su brazo, intentando moverlo hacia la puerta--- ¡No quiero verte!
Un chillido escapó de los labios de la Minami cuando, de repente y por sorpresa, su espalda chocó contra la pared de una forma algo brusca. Alzó su rostro para mirarlo, notándose una mezcla de tristeza, rabia y dolor.
--- ¿Me vas a dejar hablar o no? ---recitó sus palabras de manera lenta y seria---. Al menos, déjame explicarte.
--- ¿Explicarme? ¡¿Explicarme?! ¡¿Cómo puedes decir eso tan tranquilo después de lo que hiciste?! ---se notaba la furia en cada palabra que decía por la manera seria en que se expresaba--- ¡Eres el primer hombre a quien le doy mi corazón y tú lo destrozas y pisoteas como si fuera un juguete! ¡¿Por qué no me lo dijiste todo antes?! Había ahorrado mis lágrimas, que perdiera mi sangre cada vez que bebieras. Y sobretodo, ¡no habría perdido mi primer beso con alguien que no me quiere!
Un nudo se hizo en su garganta al percatarse de que su voz ya había comenzado a quebrarse.
--- ¡No quiero tus explicaciones! ¡No te quiero ver! ¡Te detesto! ¡Te. . .! ¡Te odio! ---tras soltar eso último, el lugar quedó en un silencio sepulcral, oyéndose de fondo la respiración agitada de la femenina. No hubo movimiento ni reacción por ninguna de las dos partes durante un largo tiempo.
--- Estás mintiendo.
La azabache negó con la cabeza, hipando de forma leve por el llanto---. No estoy mintiendo.
--- Sí lo haces ---espetó el rubio, mirándola de manera seria a pesar de que no podía ver su rostro---. No eres capaz de mentir mirando a alguien directamente a los ojos ---otro silencio de su parte---. Si tanto me detestas, entonces me iré y no volveré. Pero quiero que lo digas de verdad ---bajó un poco su cabeza para estar más a su altura---. Así que, si realmente me odias tanto, dímelo. Pero mírame a los ojos.
Las manos de la Minami se hicieron un puño, temblando con levedad. Tomó una gran bocanada de aire, como si eso hiciese que el valor que necesitaba entrase en su cuerpo. Y luego, lo miró directamente a los ojos. Abrió su boca para hablar, pero no lograba salir ningún sonido a pesar de que movía sus labios.
--- Te. . .¡Te. . .! ¡Te odi-. . .! ---tragó saliva de manera nerviosa. A quien se odiaba en esos momentos era a sí misma por ser tan débil. Pero no era fácil intentar superar a una persona que justamente se aparezca ante tus ojos cuando menos te lo esperes. Ya no podía contener más su llanto, por lo que no tardaron en oírse sollozos de su parte. Cuando sintió un frío tacto en su mejilla, negó con la cabeza, haciendo contacto visual de nuevo---. Por favor. . . deja de jugar conmigo ---pidió en un hilo de voz.
--- Nunca jugué contigo. . . ---murmuró, deteniendo sus caricias. Siempre había maldecido internamente no poder soportar su llanto, porque a pesar de ser un vampiro sádico que disfrutaba de ese tipo de cosas, este caso era diferente. No se trataba de un humano cualquiera, sino de ella---. Doyeon ---sabía que cuando la llamaba por su nombre conseguía llamar su atención, al igual que en esos momentos---. Solo déjame explicarte.
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𝐌𝐄𝐋𝐈𝐅𝐋𝐔𝐎 ━ 𝐒𝐡𝐮 𝐒𝐚𝐤𝐚𝐦𝐚𝐤𝐢 ©
RandomMelifluo. Un sonido excesivamente dulce, suave o delicado. Que llega a deleitar a cualquier persona que lo escuche. Incluso aquel chico de cabello rubio, indiferente a cualquier cosa, llegó a quedarse prendado del sonido que provenía de las cuerdas...