--- Hey, Doyeon-san, últimamente estás muy feliz. Bueno, más de lo normal. . . ¿A qué se debe?
--- ¿Debo tener un motivo? ¿Acaso no puedo tener más felicidad en mi vida porque lo deseo? ---respondió mientras terminaba de recoger los lápices que tenía esparcidos por la mesa--- ¡Tengo algo de prisa! ¡Nos vemos mañana!
Y es que, aunque Doyeon fuese una bola andante de positividad, se notaba un aura más deslumbrante de lo normal desde hace algunos días, más bien semanas. Para todos los que lograban percatarse de su manera de actuar, era un hecho un poco extraño pero no por ello significaba que fuese malo.
De sus labios salía una melodía que tarareaba mientras hacía impulso con sus piernas para dar pequeños saltos. Y es que, ¿cómo no iba a estar feliz por todo lo que le esperaba al cruzar la puerta del salón de música?
Ni siquiera tenía que dar golpes en la madera para avisar que entraba, pues sabía que no iba a tener problema alguno en reconocer su aroma incluso desde el principio del pasillo.
--- ¡Shu! ---ese nombre siempre salía de su boca con un tono alegre y dulce. Luego, se acercaba al mayor, habiendo dejado antes su mochila en el suelo apoyada en una de las patas de la banqueta, y extendía sus brazos para colocarse encima y utilizar su pecho como almohada, al igual que él hacía muchas veces.
Para el Sakamaki mayor, esos momentos que pasaban durante los descansos eran lo mejor de todo ese horario. Nunca se cansaría de oír esos pequeños pies acercándose cada vez más rápido por la emoción, ni de su dulce voz diciendo su nombre cada vez que lo veía y mucho menos de tenerla tan cerca, sintiendo su calor corporal y oyendo como su corazón se aceleraba por simples acciones.
--- Ah, eres tú ---una pequeña sonrisa se coló en su rostro mientras con uno de sus brazos rodeaba el pequeño cuerpo femenino---. Has llegado más temprano de lo normal. Eso es bueno, tengo sed.
--- ¡¿Eh?! ---sabía que estar a su lado implicaba servir de alimento por mucho dolor que le provocara, pero no podía evitar quejarse al ni siquiera recibir algún gesto cariñoso--- ¡Acabo de llegar!
--- Por eso mismo. Vamos, quítate la ropa.
--- ¡¿Podrías dejar de decir eso cuando solo debo deshacerme el lazo del uniforme?! ---estaba acostumbrada a que dijera cosas de ese tipo que denotaban otro sentido, pues sabía perfectamente que se divertía haciendo ese tipo de cosas y viendo su rubor---. Tonto. . . ---susurró mientras terminaba de quitarse el lazo de color rosa y tomaba una de sus manos---. Pero no-
--- Sí, sí, que no tome mucho porque luego tienes que ir a clase ---dijo mientras rodaba los ojos, pues siempre le recalcaba ese aspecto y tenía sus razones.
Se acercó a la blanquecina piel femenina mientras respiraba su aroma. No tenía nada especial en el líquido escarlata que recorría sus venas, pero para él siempre sería igual de dulce que su comportamiento; todo porque se había acostumbrado.
Clavó sus colmillos en su clavícula, notando de forma inmediata como apretaba su mano. No podía evitar su sádica naturaleza y el hecho de disfrutar del sufrimiento ajeno, pero si era ella podía hacer excepciones. Es por eso que tragaba de una forma más lenta.
El cuerpo de Doyeon se acostumbraba a tal nivel de dolor, pero eso no significaba que le gustase; todo lo contrario. Mordía su labio inferior mientras apretaba la mano del muchacho. Y, al final, cuando la sed del Sakamaki estaba saciada, siempre terminaba con un suspiro de alivio por parte de ella.
Sus pequeñas manos fueron a los primeros botones de su propio uniforme para volver a abrocharlos de nuevo, pero fue detenida---. Oye, ya bebiste de mí, ¿no? Quiero ponerme bien la camisa.
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𝐌𝐄𝐋𝐈𝐅𝐋𝐔𝐎 ━ 𝐒𝐡𝐮 𝐒𝐚𝐤𝐚𝐦𝐚𝐤𝐢 ©
RandomMelifluo. Un sonido excesivamente dulce, suave o delicado. Que llega a deleitar a cualquier persona que lo escuche. Incluso aquel chico de cabello rubio, indiferente a cualquier cosa, llegó a quedarse prendado del sonido que provenía de las cuerdas...