| Más que su jefa |
"Ahí viene" se escuchó a alguien decir en la planta más alta del imponente edifico de Runway. Inmediatamente todos corrieron a sus puestos de trabajo, otros que estaban cómodamente sin estilo, se irguieron. Todo debía mantenerse en un nivel de absoluta perfección cuando ella estaba.
Andrea tomó las revistas y las dejó ordenadas sobre el fino escritorio de vidrio, tal y como Miranda exigía. Una botella de agua junto a su Starbucks caliente como siempre pedía.
Todos se afanaban por llevar el ritmo divino de ella, pero nadie en el mundo lograría complacer totalmente a Miranda. Ella siempre encontraba defecto en cualquier cosa. Todas las personas resultaban ridículamente incompetentes ante su voraz perfeccionismo.
La pobre Andrea apenas y tuvo el tiempo justo para sentarse en su escritorio, segundos antes de que Miranda tirara su gigante abrigo de Prada en él. Emily se burló discretamente de Andrea. Disfrutaba al saber que ya no era ella quien recibía tamaños maltratos.
- Coloca el abrigo en su puesto, niña. -Dijo Emily con su peculiar fastidio.
Andrea asintió y colocó el abrigo en su lugar. A pesar de llevar tantos meses trabajando ahí, aun no conseguía copiar el demandante ritmo que requería para ser lista ante los ojos de su compañera Emily y menos ante su jefa Miranda. La primera siempre lograba hacerla sentir como una mosca en la más blanca nata.
- ¡Andrea! -Se escuchó el grito de Miranda.
- Oh, ya hemos empezado...-Murmuró Emily rodando los ojos y fijando completamente su vista en el ordenador.
- Deseame buena suerte. -Dijo Andrea mirando al cielo, fingiendo una plegaria.
- Ojalá y no la tengas. -Respondió.
Aquel mal humor jamás se le quitaría, pensó Andrea.
- ¿Cuántas veces debo llamar? -Se volvió a escuchar la demandante voz de la afamada editora.
Andrea se levantó como resorte y caminó con rapidez a la oficina de Miranda. Cerró tras sí la puerta gruesa de vidrio y se paró frente a su escritorio. Sus manos temblaban.
- Aquí estoy, Miranda. -Pronunció nerviosa.
Miranda la miró de arriba abajo y esa sensación de parecer un bicho raro se hizo mucho más latente en Andrea.
- Quiero que estés aquí al primer llamado que te haga. -Pronunció con propiedad y colocó los codos en el escritorio.
- Es que estaba dici...
- Te quiero aquí al primer llamado. Sencillo. Necesito que estés lista dentro de una hora. Saldremos a ver qué tiene James preparado para el evento de primavera. Nigel lógicamente también irá, ve a su oficina y dile que venga aquí de inmediato.
- ¿Debo ir vestida de alguna forma en particular o puedo ir así como estoy? -Preguntó y su voz apenas se escuchaba.
Segundos después se arrepintió de haber hecho esa pregunta, pues los ojos de Miranda la recorrieron toda. Siendo victima de su peculiar escrutinio.
- Quiero que cambies esas plataformas por unos tacones negros de aguja.
- De qué marca podría usar...
- Es todo. -Dijo una vez más, interrumpiendola.
Andrea miró hacia el piso y dio la vuelta. Estaba totalmente acostumbrada a eso, con Miranda era así siempre.
- Vaya, has regresado con vida. -Le dijo Emily al verla llegar.
- No sé si afortunada o desgraciadamente. -Le respondió con aquella típica sonrisa suya.
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| Más que su jefa |
أدب المراهقينMiranda Priestly era todo lo que una mujer desearía ser. Era simplemente perfecta. Tenía glamour, clase, prestigio, belleza, fama y una cuenta estimada con muchos ceros a la derecha. No tenía esposo, no tenía hijos, tenía amplia libertad. ¿Qué más d...