Oportunidad

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Luego de su entretenida tarde en el centro comercial, el grupo salió a pocos minutos de que cayera el sol, cuando el cielo se pintaba de colores cálidos.
La pandilla se separó en la estación. Yugi y Ryou se ofrecieron en acompañar a Malik a su casa, cosa que el egipcio agradeció ligeramente apenado.

En el camino, los dos menores expresaron su interés en aprender a manejar la magia de sus artículos recién recuperados, y por supuesto que ni Yami ni Bakura pudieron negarse a sus adorables caritas y accedieron a enseñarles.

Con esto asegurado, los tres hikaris entraron en la casa Ishtar, mientras que los dos ex-espíritus les esperaron fuera, un poco alejados de la casa. Yugi y Ryou saludaron a los dos egipcios mayores, y agradecieron a la pelinegra por sus artículos.
Ishizu respondió amablemente a sus agradecimientos, asegurando que había sido una simple intermediaria, que si los Dioses querían que ellos los tuvieran, llegarían a sus manos de un modo u otro.

Odion los invitó a quedarse un poco más y comer con ellos, pero sabiendo que sus yamis los esperaban afuera, posiblemente ya muy impacientes, ambos se excusaron, asegurando que tenían que llegar a casa para hacer los deberes del día siguiente, pero que en cualquier otro momento aceptarían gustosos la invitación.

Malik los despidió en la puerta de casa, con un cálido abrazo, el enésimo agradecimiento del día y la promesa de que los vería de nuevo al día siguiente.
Los otros dos estuvieron de acuerdo y se despidieron para volver con su respectiva pareja y encaminarse a sus casas.

— ¿Cuándo crees que nos lo diga? ­­—preguntó de pronto Ryou, provocando que Bakura soltara un sonido de interrogación, pero su pareja estaba mirando a Yugi.

El tricolor menor se lo pensó un poco —quizás mañana... no creo que más de dos días ¿no piensas lo mismo? —Yami también los miró, curioso.

—Sí... ya es evidente.

— ¿De qué están hablando? —preguntó finalmente Yami.

—De Malik, por supuesto —le respondieron a coro, llevando una mano a su respectivo colgante.

Bakura bufó por lo bajo al comprender — ¿No has vuelto a tener otra pesadilla desde que llegó Malik, Bakura? —preguntó suavemente Yugi.

El albino mayor simplemente negó con la cabeza —bueno, con un poco de suerte, en unos pocos días tendremos la certeza de que no volverás a tenerlas —Ryou se enganchó a su brazo y recostó la cabeza contra su hombro, dándole una de sus dulces sonrisas.

Bakura zumbó suavemente ante el afecto brindado, permitiéndose una pequeña sonrisa.

—Bien, nos vemos mañana en clase Yugi, Atem —se despidió el de ojos verdes, extendiendo un brazo.

Yugi se acercó para corresponder en un pequeño abrazo, mientras ambos tricolores se despedían por igual —que pasen buena noche.

~∆~
Desde que Yami y Bakura se habían integrado a la clase -a medias en el caso de Bakura- la hora de estudio se había vuelto mucho más relajada, y aunque el resto de sus compañeros evidentemente no lo sabía, Joey y el resto de la pandilla les estaban realmente agradecidos.

Gracias a la magia del par de ex-espíritus, ya no había ningún profesor 'cuidándolos' durante la hora de estudio, por lo que prácticamente se volvía un periodo libre, donde los adolescentes podían hacer lo que quisieran.

Joey y Tristán estaban tomando la merienda de media mañana, discutiendo sobre el partido de futbol que tendrían pronto contra otra escuela, mientras que Tea, Duke y Yami estaban leyendo un viejo cuento japonés que habían dejado de tarea en literatura; los asientos de Yugi y Yami estaban pegados, por lo que el de ojos vinos realmente estaba leyendo con la cabeza recostada en el hombro izquierdo de su luz, mientras que este estaba escribiendo algo en una hoja de papel.
Bakura y Ryou también tenían juntos sus asientos, la cabeza del mayor reposaba sobre sus brazos cruzados y tenía los ojos cerrados, relajándose, con un audífono blanco en una de sus orejas; el otro lo tenía Ryou, quien de vez en cuando movía la cabeza al ritmo de la música o tarareaba en voz baja mientras que, al igual que Yugi, escribía algo en una hoja de papel, con su lapicera favorita de color azul.

Cuando solo falta unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora