/// Escena eliminada ///
—Ugh —murmuró Bakura, mirando la forma inhumana frente a ellos —no parece tan fuerte.
—Cualquiera podría decir lo mismo de tu serpientita —le contestó Yami —pensé que estarías por encima de juzgar por una sola mirada.
La serpiente blanca siseó al tricolor desde su posición, enroscado en los hombros de Ryou, dónde había estado la mayor parte del tiempo.
—Cuida tus palabras, faraoncete. Mi Diabound te ha pateado el trasero antes y puede volver a hacerlo en cualquier momento.
—No es momento para eso —los reprendieron Ryou y Yugi a coro.
Los yamis no se disculparon pero si pararon el retador intercambio de palabras, al mirar hacia sus luces notaron que estos observaban atentos como el poder del cetro recubría la figura del Ka y trataban de maniobrarla hacia la lápida de Anubis.
La cosa oponía resistencia, emitía chillidos desagradables y se retorcía. Lento pero seguro, Marik y Malik lo apartaron de la barrera, sin embargo, perdieron el control sobre él a medio camino.
—Oh no —suspiró Malik.
—Ya casi le tenemos, tenshi —trató de animarlo Marik —hagámoslo de nuevo.
Ryou se acercó a la pareja de egipcios y colocó una mano en el brazo de su amigo, llamando su atención —quizás necesiten un poco de ayuda —en respuesta a sus intenciones, Diabound se deslizó por su brazo, dispuesto a un enfrentamiento.
Malik le sonrió con alivio —sí, estaría bien.
Bakura avanzó hasta el límite de la barrera, ladeando la cabeza de un lado al otro para hacer tronar su cuello, como si estuviera a punto de hacer ejercicio —muy bien, esto será rápido —se llevó dos dedos a la boca y silbó. En respuesta, Diabound se deslizó de Ryou al suelo, creciendo rápidamente en tamaño tras pasar por una pequeña abertura que Bakura le hizo en la barrera. Para cuando llegó frente al otro Ka, ya había vuelto a su forma habitual.
Yugi miró a su pareja — ¿No deberíamos ayudar?
Yami solo sonrió de lado —si no puede él solo, me voy a reír —le advirtió, sólo para sentir un empujón de parte del oji-amatista —descuida, aibou. Si vemos que se le sale de las manos traeré al Mago Oscuro —lo tranquilizó.
Pero no parecía que hiciera falta. Diabound tenía a la otra criatura aprisionada con la mordida de su cola-serpiente, en la zona del cuello, y lo empujaba hacia la tablilla dándole fuertes manotazo en los hombros.
— ¿Qué les dije? No es tan fuerte —se encogió de hombros, cerrando los ojos en confianza.
—No deberías bajar la guardia.
—Creo que está haciendo algo —señaló Malik, casi al tiempo que Anubis.
Las almas que quedaban a su alrededor perdieron luz, al punto que apenas se las podía distinguir en la habitación. Nazuna cayó de rodillas, encogiéndose en sí misma detrás de la deidad egipcia, casi igual de débil que el resto de las almas.
Al mismo tiempo, la criatura se sacudió a Diabound de encima, empujándolo en su centro para safarse de su mordida.
—Oh no —Ryou se cubrió la boca con ambas manos.
Bakura bufó —Tsk. Parece que sabe hacer algún truco —sacudió la cabeza con desdén —no me impresiona ¡Sigue presionando, Diabound!
Su grito, al parecer, alertó a los tres que esperaban fuera de la puerta. Joey, Duke y Tristán asomaron la cabeza, uno encima del otro, para mirar lo que acontecía — ¡hey! Están en duelo y ni nos invitan.
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Cuando solo falta uno
FanficLuego de la pequeña aventura de Yugi y Ryou en la biblioteca abandonada este Halloween -cortesía de Joey y Tristán- y con una pequeña manito de Anubis, Bakura y Yami están de regreso en Domino, en el siglo XXI, junto a sus amadas luces. Por fin está...