Capítulo VII. Te invito a una cita...

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Tony estuvo hospitalizado por una semana, semana que no desperdició para coquetear con el sexy Doc.

Stephen solo sonreía a cada coqueteo que le dedicaba Tony a su persona, y sonreía más al ver cómo Tony Stark presumía a toda enfermera o cualquier persona que veía de que él, el grandioso Tony Stark, tendría una cita con el mejor y sexy Neurocirujano del mundo.

Tony llamó a Rhodey y a Bucky para "contarles" sobre la cita que tendrá con Stephen Strange.

Rhodey y Bucky solo podían escuchar las divagaciones de Tony sobre su próxima cita con el neurocirujano Strange; aunque por dentro se sentían aliviados de ver nuevamente a su querido amigo feliz.

Tony fue dado de alta un jueves por la tarde, pero no salió solo con sus amigos, sino también con el número de teléfono de Strange.

Decir que Tony Stark no grito y se comportó como una chica a la cual su crush le hizo caso seria poco.

Rhodey no soportando más los gritos de alegría de Tony decidió irse a ver a su novia Carol, mientras que Bucky solo sonrió y negó con la cabeza mientras miraba con diversión el comportamiento de Tony.

Y es que ver ese comportamiento en "El genio, millonario (o mejor dicho Billonario), filántropo, ex-Playboy Tony Stark"  era extraño, y eso es decir mucho.

Cuando Tony llegó a su "casa" fue recibido por sus amigos y Peter.

Tony fue cuidado y consentido por todos (menos Peter que tenía escuela, aunque también era consentido por Tony), aunque tampoco se salvo de los regaños de Pepper y Carol por su idiotez al lastimarse.

Pero lo que más sorprendió a todos fue que Tony sonreía a cada momento, podían escuchar nuevamente la risa, sus palabras sarcásticas y sus divagaciones.

Tony era feliz al mandarse mensajes, hacer  llamadas o videollamada con Stephen.

Sus ingenios y sus bromas sarcásticas sobresalían en sus conversaciones, pero lo que más sobresalía era la evidente atracción que sentían el uno por el otro.

No sé dieron cuenta que el tiempo había pasado, y cumplían un mes de haberse conocido.

Y Stephen Vincent Strange no dudó en aprovechar ese día.

Un viernes por la tarde un ramo de rosas llegó al edificio de Tony.

Rhodey y Bucky sabían para quién era, así que sin demorarse mucho, subieron al elevador y le pidieron a Jarvis ir directamente al taller de Tony, querían ver la reacción de Tony con respecto al ramo de rosas que le mandaron.

Al llegar al taller, Rhodey escondió detrás de él el gran ramo de rosas, Bucky caminaba a un lado de Rhodey con un rostro inexpresivo, pues ninguno quería delatarse antes de tiempo.

—Tony, ¿Que demonios estás haciendo?– pregunto Rhodey al ver tantas cosas tiradas por todo el taller.

—Oh, Ornitorrinco~, Buckaroo~, que feliz estoy por su visita, y esto...–dice mientras señala unos guantes negros posados en su mesa de creaciones– son unos guantes que...bueno, yo los hice especialmente para
Stephen, están diseñados para ayudar a no sentir dolor mediante vibraciones, aún estoy mejorando algunos detalles para que sea perfecto.

—¿Como sabes que funcionará?–pregunto Bucky recibiendo con ello un codazo por parte de Rhodey.

—Oh, eso ya está arreglado, por eso...–decía mientras señalaba una pila de libros en una esquina de la mesa.– eh estudiado toda la noche sobre todo el tema de medicina, claro, pedí ayuda a Jarvis para encontrar el tema o cosas que utilizaría para el proyecto.

Mr. StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora