Capítulo 5. Carolina

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Aún no puedo comprender cómo es que estoy en esta situación, cómo es que mi hermano está inconsiente en esta cama sin poder moverse. El que siempre a hecho y dado lo mejor de sí mismo, en terminar sus estudios, en cuidarme y apoyarme siempre.

¿Por qué, de todas las personas en el mundo, tuvo que pasarnos a nosotros?
Quiesiera matarlo yo mismo y así vengar el que mi hermano este de esa manera, hacerle pagar por el daño que nos a causado.

No quiero ni siquiera mirarlo, el solo verlo me causa horror al saber lo que es capas de hacer y en la bestia que puede convertirse, pero por más que quisiera debo de pensar y no dejarme llevar por mis impulsos. Su mirada y la forma en que observó sus manos de alguna forma me hizo ver que él no estaba consiente de lo que hacía, que  no tenía el control, que su cuerpo había sido transformado y controlado por ese instinto asesino que muestran algunos animales.

En ese momento recorde esa escena. Él aún tenía esa horrible forma animal, pero su mirada cambio completamente, sus ojos cambiaron y ahí fue cuando comenzó a regresar a la normalidad. Él miedo en sus ojos me hizo saber lo asustado y confundido que estaba y ese grito al ver lo que había hecho me dejó claro lo que sentia.

El auto me llevo a donde vivía pero me dejó a unos minutos de casa ya que el terreno estaba en mal estado y el chófer no quiso dañar su auto, así que tuve que caminar. Al llegar a casa no creí lo que miraba .

Él aún estaba ahí, se encontraba sentado en el piso en una esquina de la cocina, alparecer no se atrevía a irse sabiendo que faltaban un par de horas para que anochecer. Apesar que me porte fría no logré contenerme, la noticia que había recibido me afecto mucho, así termine llorando y con el abrazándose. Por ese instante olvide todo, su cuerpo era tibio, su pulso era tranquilo y su respiración suave.

Ese calor que emanaba era tan tranquilizante, hizo que detuviera mi llanto y pudiera pensar todo lo ocurrido con claridad, era algo sumamente extraño.

Me pidió ayuda para poder quedarse este día, su rostro demostraba el miedo que tenía por volver a convertirse en esa cosa y causar más daño, así que decidí ayudarle. Recorde el sótano que teníamos, era pequeño pero muy seguro.

Estaba construido en medio de los cimientos de la casa y cubierto por una losa muy gruesa y solo una pequeña entrada por donde una persona podía entrar, aunque no sabía si sería suficiente como para contener a una criatura como esa, no sabíamos la fuerza que pudiera llegar a tener ya transformado.

Su rostro no dejaba de demostrar miedo, era obvio lo mucho que le aterraba el perder el control, pero más las consecuencias que podía causar.

Entro a el sótano casi temblando. Antes le había explicado lo que pasaba con mi hermano y que tendría que ir para trasladarlo y pagar los gastos de la crujía y el hospital, así que regresaría hasta el día siguiente.

Partí de la casa inquieta, el auto aún seguía ahí, al menos no se fue, pues tarde más de lo que debía por ayudar a Osvaldo. Sólo ver su rostro me hizo dar cuenta lo mal que se sentía y lo asustado que estaba así que decidí no contarle nada a mi hermano

Estaba segura que él se recuperaría rápidamente y mientras ayudaría a Osvaldo a controlar este enorme problema. No podía dejarlo solo, en su mirada no se veía maldad, no veía intención de lastimarnos, pude ver el miedo en su rostro, no sería fácil pero confiaba en que el no era malo, que estaba pasando por algo que el no deseaba, sólo rogaba que ese sótano le contuviera.
 
Llegue al hospital y mi hermano estaba cedado, me dio tristeza el verlo de esta manera, el doctor me informó que la crujía había salido bien, que existía la posibilidad de poder obtener algo de movimiento en sus piernas, pero debería ser algo milagroso, pero la posibilidad no se descartaba. Al menos eso dijo él

Mi lobo GuardianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora