Estoy esperando el autobús, lista para marcharme lo más rápido y lejos posible de este lugar, cuando de pronto comienzo a sentir una humedad en mi entrepierna, toco sobre mi lycra prenatal y me percato de lo que sucede, estoy perdiendo mucha sangre y al instante caigo en cuenta de que estoy perdiendo a mi bebé. Observo a mi alrededor y la calle está completamente vacía busco mi móvil y no lo encuentro en la mochila. - ¡Demonios! - exclamo. Un terrible dolor se apodera de mi cuerpo mientras poco a poco voy perdiendo la conciencia de lo que sucede.
Estoy sola sin nadie a mi alrededor que pueda auxiliarme, de un momento a otro me encuentro sobre un charco de sangre, la cual impresiona con su hedor cada centímetro de mi mente y la oscuridad lucha por atraerme; yo no puedo luchar más mientras mi mente no para de decir: «Sola, sola, completamente sola; todos te dejaron porque tú lo elegiste a él y te falló.
Estás sola» .Despierto con un grito ahogado. No es la primera vez y sé que no será la última que soñaré con ese día. Cada vez que ocurre es tan vívido el sueño, supongo que el recuerdo seguirá martirizando mi memoria siempre.
Veo mi reloj,
«¡Genial! Las 6:00 am» .Me levanto como puedo de la cama mientras siento el dolor del recuerdo en mi cuerpo y en mi corazón, una ducha fría me trae de regreso al presente. No pienso mucho que ponerme, un par de jeans rosa palo, blusa negra y unos botines a juego, decidí no maquillarme, simplemente aplico brillo labial.
Me dirijo a la cocina y me dispongo a preparar el desayuno y almuerzo. Realmente no entiendo como hay personas que le huyen a la cocina, yo, la amo; el cocinar me tranquiliza y me hace feliz. En unos minutos lleno la cocina de un maravilloso olor a pollo frito y vegetales salteados.
— Sip, definitivamente la mejor elección — digo en voz alta a la nada.
Cuando he terminado me maravillo con el resultado, me cuesta un mundo no sentarme allí mismo a comerlo; lo guardo en mi mochila y salgo sin más de casa.
Camino hacia la parada de autobús, mi trabajo está a media hora de casa. Siempre es la misma rutina, siempre la misma soledad; todo ha sido igual desde hace un tiempo, tengo el mismo anochecer y amanecer. Veo aparecer un autobús por el camino y subo a él. Un sonido me detiene mientras busco un asiento, me siento y suspiro, mi madre está al teléfono.
— ¿Mamá?
— ¡Buenos días cariño! Al fin contestas mis llamadas ¿Tienes planes para este fin de semana?
— No tengo ningún plan, pero estoy llena de trabajo, ya sabes cómo es.
Esa ha sido mi excusa desde hace tiempo. Aún me siento culpable con ella por haber tenido aquella terrible discusión sobre mi ex y haberla abandonado por él.
— Lo sé hija, ya me has dicho que te despidirían, pero realmente quisiera que vinieras a casa tan solo por unos días, sabes que aquí está todo lo que necesitas, pero no insistiré más con el tema. Te llamaba para hablarte de la abuela, está muy mal y quiere reunir a toda la familia, dice que para despedirse, sería bueno que vinieras a verla como ella tanto lo desea.
Su tono cambia considerablemente al ir diciendo cada palabra y sé que está conteniendo el llanto. Me apena tanto oír a mamá así y saber que no estoy con ella, me llena de culpa. La abuela enfermó hace un par de años y desde allí solo ha ido agravando su problema pulmonar.
—De acuerdo mamá, arreglaré algunas cosas en el trabajo e iré, pero solo el fin de semana, tengo cosas que hacer el lunes.
— Gracias hija eso es todo y ya es algo — me dice con tranquilidad y algo de malicia — te espero con ansias, te quiero.
— Y yo a ti madre, cuídate.
«¡Oh Dios!»
Voy demasiado tarde al trabajo ya pasan 15 minutos de la hora y aún me falta trayecto. Ahora me toca dejarlo a la suerte.Llego media hora tarde y como si el mundo confabulura contra mí, mi jefa está esperando frente a mi escritorio, desde hace media hora, supongo.
— Buen día Marina...
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Hola chic@s, bienvenidos a mi libro, espero que esta historia les guste y le puedan dar una oportunidad, se vienen cosas buenas.
No siendo más, los dejo que disfruten su lectura.
Besos, Sky. 💋
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Cansada de Tanto Cuento
RomanceÉl, con 33 años, todo un caballero en su máxima expresión. Un hombre maduro, con excelentes cualidades y una vida tranquila. Físicamente, guapísimo, el amante que todas las mujeres desearían, amoroso, detallista con una pasión extraordinaria. Ella...