6. El precio del Pasado.

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Sus labios derriten todo mi ser, me acerca mucho más a la cama y sus manos expertas acarician mi espalda y caderas, me pone a mil, aprovecho la proximidad para sentir todo de él, su cuerpo es una maravilla, su olor es el mejor perfume que he conocido jamás, saca mi camisa y sujetador y se dedica a darle placer a mis pechos mientras baja besando y mordiendo mi cuello, sus acciones hacen que el placer recorra todo mi cuerpo, lentamente posa una mano en mi espalda y otra en mis caderas para recostarme en la cama, separa mis piernas y se acomoda sobre mi, comienza de nuevo con un camino de besos desde el cuello hasta mi ombligo, su respiración está agitada como la mía y las sensaciones están a flor de piel. Me da dos besos en las caderas y baja su nariz y boca a mis muslos conociéndome, acariciándome antes de posar su lengua sobre mi clítoris. Estoy ansiosa por tenerlo dentro de mi porque su lengua me dé todo el placer que mi cuerpo pide a gritos.

—Esto es injusto — le digo, a lo que frunce el ceño — tu estás completamente vestido.

Se para mientras señala su pantalón

—Todo tuyo cariño.

Es toda la invitación que necesito para acercarme y sacarle el cinturón, le saco la camisa y paseo mis manos en la piel de su vientre duro, las dirijo al botón de sus pantalones, estoy ansiosa por probar su sabor, desabrocho el botón y...

—¡Melody! Despiértate que llegas tarde al trabajo...

¿Estaba en un maldito sueño?

Abro los ojos y veo la hora en el teléfono, efectivamente, estoy tarde para el trabajo, así que como puedo salgo corriendo por la habitación preparándome y luego bajo a la cocina donde tomo un bote pequeño de yogurt y una cuchara y salgo de mi casa.

Mientras voy caminando hacia el trabajo, me alimento del yogurt y llegó justo a la hora en que Cassandra está abriendo la tienda, ¡Uff! De la que me salvé.

La mañana pasa en un abrir y cerrar de ojos, estoy un poco conmocionada por el sueño que tuve está mañana, fue tan real lo que estaba soñando que llegué a creer que de verdad estaba con Dante. El día que lo conocí pase con él un buen momento en el supermercado, sirviendole de guía por 2 horas, hablamos de todo en un momento...

—Y dime, Melody, ¿Tienes mucho viviendo aquí? — me dedica una mirada expectante, al parecer le doy curiosidad, aunque tal vez solo sea amable.

—No, de hecho, apenas tengo 3 meses de vivir aquí, no me quejo, la ciudad es muy bonita.

—En eso concuerdo contigo, esta ciudad nunca cambia su esencia.

— ¿Usted viene muy seguido?

— Emmm, realmente no, se podría decir que solo estoy de paso.

—¡Ooh, bueno, espero que disfrute su estancia en el lugar! — Le sonrío y procuramos seguir con las compras.

Hecha en la carretilla muchos productos de aseo mientras yo lo sigo a un par de pasos y le indico los pasillos según lo necesite. No puedo evitar mirarlo y es que tiene un aura misteriosa y atrayente, es muy guapo y sus atributos se le marcan por encima de la ropa.

Ash Melody, solo piensas en cosas sucias. Me pregunto cuantos años tendrá...

Tengo 33 años — me dice, a lo que yo lo veo con confusión, inmediatamente mis mejillas se calientan al ver su mirada burlesca, ¡ay, Dios mío, en las que me meto!

Cansada de Tanto CuentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora