El rescate

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Pov.kagome

Otro día más que la paso encerrada aquí en esta habitación, mis esperanzas en que sesshomaru venga y me salve se van esfumado, tal vez ellos tengan razón y quizás jamás me quiso en pocas palabras no le importó en lo mas mínimo….¡NO!...tengo que tener fe en que vendrá pero si en verdad no aparece me enfrentará yo sola a sara y hoyo.

Me voy levantando de la cama para caminar hacia el baño, una vez dentro me lavo la cara y me veo mi reflejo en el espejo.

-No me reconozco….-susurro-¡como que quisiera decir esas palabras!-grito secando mi rostro-jamás me veré demacrada-limpio una lágrima imaginaria de mis ojos-Sigo viéndome igual que siempre-digo suspirando caminando a un armario para cambiarme de ropa.

Mi intención era ver mi rostro pálido con ojeras, cansancio y los ojos llorosos pero en vez de eso mi rostro no cambio en lo absoluto quería ser dramática pero tal vez eso no vaya conmigo desde niña cada vez que sentía triste o sola siempre hallaba algo para animarme o hacerme reír,  una vez ya cambiada sólo me quedaba echarme y no hacer nada. La traidora de kikio no volvió a visitarme como prometió ¿tal vez me engaño? ,pero no lo creo después de todo sara y naraku no le tienen mucha confianza, lo mejor será idear un plan nuevamente.

Desde que estuve aquí trate de huir y correr, ser libre sin embrago siempre estaba vigilada en estos momentos afuera de la puerta están cuatro hombres ¡cuatro!, siento que me volveré loca de remate llevo días sin salir y esta habitación me está asfixiando.

-Buenos días-una voz me saca de mis pensamientos.

-Buenos días….-de cierta forma me acostumbré a su presencia.

Tal vez esa por que no tengo con quien hablar o me estaré volviendo muy loca.

-¿Estas bien?-pregunta sara mientras deja una bandeja de comida.

-¿Hasta cuándo planean tenerme aquí?-pregunto molesta.

-Solo ten paciencia pronto te irás-dice calmada me ganas de golpearla

-¡Ya no soporto estar aquí encerrada!-digo molesta dirigiéndome hacia la bandeja.

-Estas molesta, encerrada y aún así tienes apetito-dice mirando todos mi movimientos.

-Que este encerrada no significa que me muera de hambre o haga un berrinche-la miró con el ceño fruncido-además si no como no tendré energías-veo el desayuno con la boca echa agua.

Aun no lo puedo creer, sara cocina mejor que yo me siento me humillada.

-Delicioso-digo sin pensar en voz baja pero al parecer ella me escucho.

-Gracias-dice sara, me recriminó a mi misma por alabarla inconscientemente.

-P..Pues no cocinas tan mal-sonrío molesta.

De pronto se acerca y mi cerebro se pone alerta.

-¿Estas gruñéndome?- pregunta sorprendía.

Una vez que se acercó a mis sentidos se pusieron alerta.

-Aléjate-digo con voz sería-ni creas que te daré algo de mi desayuno, tu puedes salir e irte donde quieras por lo tanto esta comida es mía-me alejo lo más que puedo mirándola mal .

-¿Por qué crees que quiero quitarte tu comida?- me mira raro, espero y no se acerque más.

-pues por que te acercarse a mi-digo comiendo sin impórtame su cara de confusión.

-Yo no quiero quitarte tu comida-se va acercando más-no comas deprisa no planeó nada-dice pero yo sigo comiendo apresuradamente.

Luego de terminar y quedar felizmente satisfecha dispongo mirarla pero quiero reírme de su cara que es una de confusión y extrañeza.

Mi más dulce errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora