Un futuro brillante

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Pov.kagome

No puedo hacerlo, aquí viene el cambio de humor uno de los muchos que tengo.

-¿Qué te pasa?-pregunta mirándome atentamente.

-No lo se a veces me siento, feliz, triste, furiosa-cierro los ojos .

Ahora me pongo deprimida y quiero llorar.

-Oye...-el doctor empieza a ponerse nervioso.

-Perdón, las hormonas supongo-trato de calmarme.

Pero volviendo al tema, analizo lo que pasa primero me escapo para ir a ver a sango, me pierdo, el doctor casi me atropella y ahora se me confesó.

-Estas evitando mi confesión-declara mirándome.

Esta situación es incómoda para mí tanto como para el pero tengo que hablar.

-Bueno estoy...-tomo aire-Agradezco que te hayas figado en mi pero como sabes yo no puedo corresponderte-digo sincera .

-Lo sabia-me da una pequeña sonrisa-Pero tu esposo no es más que un ingenuo que hará todo por que estés bien-mi rostro calmado se borra y es remplazada por una molesta.

-¿Qué quieres decir?-calma kagome el no es .......tan malo.

-Que sesshomaru no quiere perder otro hijo y haría lo fuese para ambos estén bien...-noto una mirada maliciosa.

-Ve directo a punto-justo en estos momentos esto se tornó demasiado serio.

-Puede que pierda mi licencia-Saca algo sus bolsillos-le dije a tu esposo que tu embarazo es riesgoso-suelta haciendo que me congele.

Esperen ¿Mi embarazo es riesgoso? Trago duro y lo miro sorprendida.

-Antes que nada tu embarazo es normal yo invente eso para que sesshomaru se volviese loco-mis manos están hechas puños.

Ahora todo tiene sentido, las constantes rutinas de buena salud y su obsesión por mantenerme siempre en casa con cuidados excesivos.

-Eso lo hiciste por venganza ¿verdad?-bajo la mirada y trato de calmarme.

¿Cómo puede hacer esto? Un hijo es algo serio ¿Cómo fue capaz de inventar algo así?.

-Si, mi plan era ver a sesshomaru destruido, al ser doctor tengo acceso a muchas pastillas entre ellas están esta-me da algo que saco de su bolsillo.

¡Son pastillas abortivas! Me altero y el temor se hace presente a mi.

-Se suponía que tendrías que haberlas tomado en las primeras semanas pero nada pasó-dice agarrando de nuevo ese frasco-Nadie sospecho que tenía a una sirvienta infiltrada en tu casa que tenía órdenes de dártelo en la comida-espera mi reacción.

Miserable, canalla, desgraciado, imbécil, cobarde y todos los insultos.

-Puede que sea torpe, infantil, caprichosa, idiota, e incluso egoísta pero soy muy hábil para descubrir quién quiere hacerle daño a mi familia-lo miro con seriedad.

El mira interrogativo, vaya sorpresa que se llevara.

-Quieres explicarte, por favor-le doy una mirada de muerte.

-Yo ya sabía que no eras de confiar, en los primeros días no me di cuenta pero al pasar el tiempo note que siempre estaba siendo observada-su rostro es de sorpresa-Yo estaba a un paso delante de ti-digo con orgullo.

Frunce su ceño confundido pobrecito, es hora de la cereza del pastel.

-No sabía que le dijiste eso a sesshomaru pero se que tu solo sigues órdenes de tu padre-solo baja la mirada.

Mi más dulce errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora