(✓) SVT: LIA

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✧ESPECIAL “AÑO NUEVO”✧
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Si estuvieras en SEVENTEEN...

Jeonghan y tú luchaban por la comida. Prácticamente tu vida era una total competencia con todos los chicos del grupo, pero tú rival en comida era Jeonghan...

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—Oh, sobró un pedazo de pizza -Dijo Mingyu cuando agarró su pedazo de pizza correspondiente, dejando solo uno en la caja rectangular en la mesa de centro.

La situación es esta. Mingyu, Dino, Woozi, Joshua, Jeonghan y tú se encontraban viendo una película de acción en la sala aprovechando que habían terminado el trabajo temprano.

—Ni se te ocurra... -Joshua apretó ligeramente su agarre en tu cintura susurrando en tu oreja.

Había bastado que Mingyu dijera “Sobró” para que Jeonghan y tú se estuvieran mirando desafiantes estando frente a frente, uno en cada extremo de la sala. Se podía sentir el ambiente a rivalidad y el olor a muerte.

—Va a ser mío -Dijo Jeonghan, de un momento a otro todos estaban callados.

—En tus sueños -Respondiste y el chico sonrió de lado.

—Lia... -Advirtió Josh.

—No es el momento -Intentaste apartarlo pero él se negaba– Esto es la guerra.

Te pusiste de pie al mismo tiempo que el chico con la vista y objetivo fija en la caja de pizza. Ambos llegaron al mismo tiempo e intentaron tomar la caja pero se les fue imposible, uno de ustedes tomó la caja mientras que el otro tomaba el otro extremo tirando de ella.

—La última vez te comiste las galletas -Le recordaste.

—Y la última vez te comiste el helado sin mi permiso -Respondió el otro chico que luchaba por recuperar la caja.

—¡LIA! ¡JEONGHAN! -Ambos se quedaron congelados. Giraron lentamente sus cabezas hacia donde provenía el grito conocido. Woozi se encontraba de pie con el cabello despeinado, pijama, ojos a penas abiertos y sostenía... una guitarra.

—Vamos a morir todos -Escuchaste el susurro de Mingyu asustado.

—¿Se puede saber que están haciendo a ESTAS HORAS? -Estaba molesto. Eran las dos de la madrugada y se encontraban peleando por una pizza mientras los demás estaban durmiendo.

—Lo sentimos -Ambos soltaron la caja e hicieron una reverencia.

—Ya nos íbamos a dormir -Jeonghan trató de sonar calmado.

—Sí... -Apoyaste– Buenas noches.

Todos corrieron a sus respectivas habitaciones dejando al pequeño chico en medio de la sala con guitarra en mano y sin poder dormir a partir de ese momento. Prometió vengarse de no haberlo dejado dormir...