Allison
Abro mis ojos para ver que Cooper está parado fuera de mi puerta. Se ve tan miserable. Por un momento simplemente nos miramos fijamente separados por un cristal. Parece como si no pudiera entrar, así que le hago señas para que ingrese. Vacila antes de pasar a la habitación, y cuando lo hace, no se acerca, y no me mira. La forma en que está respirando parece que está tratando de mantenerse unido. Quiero que venga a mí y me sostenga cerca, que bese mi cara y me diga que todo estará bien.
—Tu médico acaba de explicar el procedimiento —dice, rompiendo el silencio, pero no me mira. Lo veo tragar—. Tu papá me dijo que preguntaste por mí. —No es una pregunta, sólo quiere que sepa por qué está aquí.
—Sí —digo, tratando de tomar una respiración profunda. Estoy tan frustrada por lo lejos que está de mí. Quiero ver en sus increíbles ojos—. Mírame —exijo, casi gritándole. La cabeza de Cooper se levanta y ahora está mirándome fijamente, sus ojos parecen agua agitada. Puedo sentir las lágrimas quemando mis propios ojos. Levanto la mano de la barandilla y la extiendo hacia él.
Cooper mira mi mano, y las lágrimas caen por sus mejillas. Lentamente, cada paso dado deliberadamente, camina al lado de mi cama. Mira fijamente mi mano como si fuera un objeto extraño antes de tomarla en la suya. Tan pronto como nuestras manos se tocan, comienzo a relajarme, pero él parece tensarse. ¿Qué le digo al chico que acaba de declarárseme? Siento decir no, ¿pero no quiero que sientas el dolor de perderme? Puedo sentir la velocidad del latido de mi corazón mientras me doy cuenta de que esta podría ser la última vez que lo veo.
—Sé que las cosas han cambiado entre nosotros —dice lentamente—, pero me quedaré hasta saber que lograste salir bien de tu cirugía, al igual que el doctor dijo que lo harías. —Cooper aprieta mis dedos, y una sonrisa forzada aparece en sus labios.
Suspiro y cierro mis ojos, forzando fuera los pensamientos negativos de mi mente.
—Sabes por qué tenía que decir que no. —Trato de decirle, esperando que él entienda.
—Necesitas descansar.
Su respuesta es apenas audible mientras deja ir mi mano. Abro los ojos y veo a Cooper dar pequeños pasos para alejarse de mí. Quiero agarrarlo y sacudirlo.
—Simplemente no puedo —digo entre dientes y comienzo mi abastecimiento de agua—. No puedo hacerte pasar por lo que mi padre pasó.
Cooper se detiene y da un paso hacia mí.
—Vas a hacerlo, Ali —dice en un tono tranquilizador, y dejó escapar una risa dura.
—Por supuesto que lo haré, al igual que mi mamá lo hizo —decir esto en voz alta me hizo enojar. Cooper regresó y se paró a mi lado, tomando mi mano de nuevo.
—Sé que tu madre era una gran mujer, Ali, pero tienes un corazón diferente. Tu corazón es fuerte. —Su otra mano ahuecó mi cara, y me llenó de calor—. Entiendo que te lastime demasiado para que sientas lo mismo hacia mí, pero vas a seguir adelante y vivir una vida feliz mucho tiempo. —Me quedé mirando sus ojos azules expresivos. No entiendo de qué está hablando. ¿Sentirme de la misma manera hacia él? Para ser un tipo tan inteligente, seguro que es denso.
—Estoy tratando de dejarte ir así puedes vivir tu vida —trato de decirle. ¿Qué no entiende? Cooper niega con la cabeza.
—No creo que sepas lo mucho que significas para mí, Allison Starr. Nada va a cambiar lo que siento por ti. La única manera que puedo seguir y vivir mi vida es contigo. —La forma en que lo dice sonando como si se sintiera culpable por ser tan honesto.
—Cooper. —Quiero sentarme y poner mi cabeza en su pecho y sentir sus brazos alrededor de mí.
—No debería haber dicho eso. —Da un paso atrás de nuevo—. Necesitas concentrarte en mejorar, no en... —Él lanza sus manos en el aire—. Me parece que no puede decir o hacer lo correcto ya. Lo siento. —Se gira y está en la puerta antes de que pudiera reaccionar.
—Te amo, Cooper —dejé escapar, utilizando toda mi energía. Se congela, al igual que todo lo demás en mis palabras—. Quiero decir que sí. Quiero casarme contigo y hacerte feliz como tú me haces, pero no puedes ver… —Me atraganto—. ¿No ves que simplemente no podría soportar si sabía que ibas a estar esperando por mí y no lo lograra?
Sin volverse, me contesta:
—¿No ves que quiero estar allí para ti cuando salgas adelante? Te amo tanto que... —No terminó la frase.
—Te amo demasiado —susurro. Decir esas tres simples palabras parece chocar contra él. Cuando Cooper da la vuelta, su expresión no se puede leer, pero lágrimas frescas cubren sus mejillas. Se mueve por la habitación tan rápido que es casi un borrón. Toma mi cabeza suavemente entre sus manos y se acerca como si me fuera a besar. Se detiene a pocos centímetros de mis labios y se retira. No sé qué expresión tiene mi cara, pero lo único que sé es cuánto lo amo y espero que sea lo que él ve.
Cuando los labios de Cooper finalmente hacen contacto con los míos, nada más parece importarme. Quiero poner mis brazos alrededor de él y tirarlo más de cerca. Él está siendo tan amable conmigo como si estuviera hecha de cristal o una burbuja a punto de estallar. Le susurro que lo amo en cuanto nos separamos para tomar aire.
Cooper mira hacia la pantalla al lado de mi cama que está siguiendo el ritmo de mi corazón, entonces se vuelve a ver el reloj en la pared. Son las seis y media. La enfermera entrará en cualquier momento para prepararme para la cirugía e inyectarme para atontarme, y lo único que puedo pensar es en tirar de Cooper a la cama conmigo. Tengo que salir con vida por muchas razones, pero la única que se me ocurre ahora es que, ¡no quiero morir virgen! Sus dedos tocan mi mejilla suavemente y empujan algunos mechones de cabello de mi rostro, y ninguno de los dos se mueve. Simplemente nos miramos el uno al otro, grabando el momento en la memoria.
—Te amo —digo en voz baja.
Las esquinas de la boca de Cooper se levantan en una sonrisa torcida.
—Ali, no voy a cometer los errores de mi pasado nunca más. —Dejó salir un corto soplo de aire antes de continuar—. Sólo quería lo mejor para ti, y he tomado todas las decisiones equivocadas, por lo que estás en control. —Mira hacia abajo en la cama y se sienta—. Creo que lo que estoy tratando de decir es que la pelota está en tu campo. Voy a hacer lo que quieras que haga. Lo que te haga feliz.
Abro la boca para decirle que él es lo que me hace feliz, pero no lo hago porque se inclina y me besa en la frente. Oigo un ruido detrás de Cooper, pero nada más me importa, excepto que sepa cómo me siento. Poco a poco levanto mi mano, que parece pesar por lo menos veinte kilos, para tocarle la cara. Cooper la toma y la levanta el resto del camino para mí. Todo mi cuerpo se siente pesado y sin funcionar. Quiero decirle tantas cosas, pero de repente me siento demasiado cansada para hablar, diablos, mantener los ojos abiertos es una lucha.
—Cooper —susurro, al menos creo que digo su nombre. Besa el interior de mi palma.
—Sí. —Su voz es baja y ronca, y abre mi mano, así que estoy ahuecando su mejilla. Suspiro y reúno mis pensamientos.
—Quiero casarme contigo —susurro—. Sólo que me gustaría que las cosas fueran diferentes porque no puedo soportar causarte ningún dolor. —Ahora mis brazos están hormigueando y mis piernas están frías—. Quiero que sigas adelante si no lo logro, ¿de acuerdo? Sé que vas a sufrir, pero también pasará. —Muevo mis dedos sobre su cara—. Encontrarás a una mujer que te ame y te hará feliz, y quiero, no, necesito que sepas que estoy bien con eso. —Me sorprende que Cooper no me haya interrumpido todavía, así que continúo—. Estoy tan agradecida de haber tenido la oportunidad de enamorarme antes de reunirme con mi creador. Me has dado un regalo tan precioso y siempre estaré agradecida por el verano que pasamos juntos. —Me siento como si mi cabeza estuviera siendo levantada y mi cuerpo empujado. Me obligo a abrir los ojos.
Estoy en un pasillo, las luces brillantes queman mis ojos sobre mí.
Cooper no está en ningún lado. La enfermera había entrado y comenzó a prepararme cuando Cooper se había sentado en mi cama. No dije nada de este monólogo en voz alta, él no había oído nada de eso. Había sido empujada a la cirugía-drogada-pensando que le estaba dando permiso para dejarme ir. Ahora no sabe cómo me siento.
Ya es demasiado tarde. Podría perder a Cooper para siempre, y nunca sabrá lo que realmente siento por él. No, esto no está sucediendo. Trato de esforzarme para conseguir a mi enfermera pero soy incapaz de hacerlo porque ella me está presionando, diciéndome que tengo que calmarme. Quiero gritar que entienda, pero es inútil.
No, ruego con mis ojos. Necesito que lo sepa. . . Lo necesito.