Cooper
Le dije a Allison que la amaba. Lo cual es cierto, más de lo que quería admitir, incluso para mí. No podía pensar en no verla todos los días. Se había convertido en parte de lo que soy ahora.
Habíamos tenido una discusión sobre nuestras edades hace unas semanas. Tenemos tres años de diferencia, pero ella tendría dieciocho en unos meses, así que las cosas no parecían tan desbalanceadas para nosotros. No es que se sintiera desequilibrado, supongo que simplemente sería menos mal visto por la sociedad.
Le expliqué cómo era estar mucho más adelantado en mis tiempos de escuela. Clases aceleradas desde mi primer año, junto con clases de universidad desde mi penúltimo año. Todavía necesitaba tomar unas clases para mi licenciatura pero podía enseñar como siempre había querido.
Estaba de camino a recoger a Ali para nuestra última noche juntos. Tenía una sorpresa preparada que me tomó una semana planificar y estaba nervioso porque todo dependía de Sean, cubriéndome.
Nunca pensé que la casa de la loca Trudy se volvería familiar para mí, pero se había vuelto de esa manera. Toqué la puerta y Ali la abrió rápidamente, como si hubiera estado esperándome. Su sonrisa ilumina mi mundo.
—Hola —dijo con un sonrojo en su rostro. Dios, amaba ese rubor.
—Hola —digo y la atraigo hacia mí, no quiero soltarla pero escucho un profundo ruido en la casa.
—¿Ese es Ryan? —grita Trudy desde algún lugar. Ali se mueve hacia atrás y me sonríe.
—Claro que lo es, tía Trudy.
Pude notar que ella está conteniendo su paciencia. Después de unos golpes y ruidos; aparece. Trudy tiene pintura en su rostro, su cabello gris está recogido en un moño.
—Ryan —dice suavemente. Dejo que Ali vaya y abrace a la loca de su tía—. Bueno, entra —dice. Allison se encoge de hombros y doy un paso dentro.
—Tía, ya hablamos de esto —dijo Ali con ojos suplicantes. Sonrío, en verdad quiero a esta chica.
—Ali, se amable y ve a buscar mis lentes —dice Trudy—. Están en mi habitación.
Puedo notar que Ali quiere decir algo más, pero decide no hacerlo y desaparece. Trudy se voltea lentamente hacia mí.
—¿Asumo qué quieres decirme algo, hermosa Trudy? —pregunto en voz baja, tratando de suavizarla.
Su respuesta es una sonrisa pícara.
—Me gustas Ryan, y sé cómo se siente Ali por ti —empieza—. Quiero decirte algo, luego estarás libre. —Asiento con la cabeza—. Ella ha pasado por mucho dolor y no podré soportar si es herida de nuevo.
—Trudy, yo nunca…
Ella alza su mano.
—Lo sé, Ryan, lo sé. Es simplemente que es su última noche juntos y sé que puede haber un poco de presión por… —Mira hacia abajo, luego de regreso a mí—. Tú sabes, cerrar el trato o algo así. —Oh Dios mío. Podría morir literalmente ahora. En cambio, asiento educadamente—. Simplemente, ten cuidado, ¿está bien?
—Trudy. —Me aclaro la garganta—. Quiero a tu sobrina y la respeto y solamente para que lo sepas, no hay planes de… —Ni siquiera puedo decir las palabras.
—No puedo encontrar tus lentes en ningún lugar —dijo Allison cuando llegó a la habitación. Gracias Dios. Miró entre los dos, probablemente sintiendo la incomodidad—. ¿Estás listo? —pregunta, posando sus hermosos ojos marrones en mí.
Agarro su mano.
—Sí, lo estoy.
Miré a Trudy, esperando que ella no malinterpretara eso, pero simplemente asintió cuando nos fuimos. Una vez en la camioneta, se volteó hacia mí.
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