Capítulo 7

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Allison

Nunca quise ser la fuerte, pero pude ver en sus hermosos ojos azules esa noche de septiembre, que tenía que serlo. Decir adiós, sin importar cuán temporal fuera, fue una de las cosas más difíciles que tuve que hacer. Pensé que mientras pasaran las semanas el dolor remitiría, pero solo se hizo más grande. Cada día se volvió un desafío si podría superarlo o no. Perdí el apetito por la vida también. Nada pareció importar. Incluso parecía que no podía verme inmersa en la seguridad de mis libros.

La tutoría durante la semana fue una agonía, estar cerca de Cooper pero tener que mantener la distancia. Toda evidencia del verano se borró de su apariencia. Había desaparecido el chico surfista despreocupado de cabello lacio de aquellos días. Ahora un hombre con el peso de Atlas sobre sus hombros se para en frente de mi clase cada día. Su cabello más oscuro, el bronceado de piel aclarándose. Se parece a Cooper pero no es la misma persona. Mi pecho dolía por verse alejado de él, y no sé cuánto tiempo más puedo justificar mi depresión.

Estar en una escuela privada significa que hay menos estudiantes, así que todos conocen los asuntos de todos, incluyendo las cosas de los maestros. Somos adolescentes, y cotilleamos, es lo que hacemos. Hace como una semana fue cuando lo escuché por primera vez. El Sr. Perez y la Sra. Sherman están saliendo. Dos días después, se rumoreaba que estaban comprometidos. Hablando de un golpe al corazón. La Sra. Sherman, Stacy Sherman. No es sólo cualquier profesora, es la diosa de E.F. de nuestra escuela. No estoy exagerando, Zeus pudo haber sido su padre. Es alta y delgada con un todo... apretado muscular. Su largo cabello rubio siempre está perfecto para coincidir con el perfecto bronceado que tiene todo el año. Es unos años mayor que Cooper, pero a él parece no importarle. Lo sé porque soy una acosadora. Lo esperé junto al estacionamiento de la escuela y los observé irse a almorzar juntos. Estaban riendo, y él abrió la puerta de su coche para ella, y ella le tocó el brazo y le guiñó el ojo. ¡Le guiñó el ojo! Es una vagabunda. La Sra. Vagabunda, y la tengo en el cuarto período justo antes del almuerzo.

Ya está bien de "No voy a ver a nadie hasta mayo". Blah-blah, mierda, mierda.

Han pasado casi tres meses, o sesenta y ocho días, desde la última vez que hemos estado juntos. Debería haber saboreado cada segundo de ese último día que tuvimos, pero no había comprendido que era nuestro último día, nuestro beso. Si lo hubiera sabido, podría no haberlo dejado irse. Es la primera semana de diciembre, y casi no hemos tenido contacto. Tres semanas hasta las vacaciones de invierno y puedo deprimirme todo lo que quiera.

Coop... el Sr. Perez ha sido extremadamente cuidadoso. Apenas me llama en clases, nunca hace contacto visual por más de un segundo, y durante las tutorías, mantiene la puerta abierta y se sienta en el lado opuesto de la clase. Yo, por otra parte, he estado en el borde de lo deprimida y obsesiva. Reproduzco cada segundo que pasamos juntos. Ahora tengo la alegría de analizar a la Sra. Sherman y compararme con ella, y nunca la supero cuando lo hago. Creo que no dormí o comí durante el primer mes de escuela. Él se ve bien, más que bien. Su cabello es más oscuro y un poco más largo, e incluso tiene la desfachatez de rebotar cuando camina. Suspiro y me doy cuenta que Christina está observándome. Estamos en química, y tengo una hora con el Sr. Caliente, como algunas de las chicas han empezado a llamarlo, en unos veinte minutos.

-Han pasado meses, Ali -susurra ella casi con urgencia. Asiento-. Quiero decir que terminó contigo duro y actúa como si ni siquiera existieras. -Toca mi mano suavemente-. Odio ser la que lo diga, pero necesitas seguir adelante. -Retiro mi mano de la de ella como si quemara.

-No quiero seguir adelante -murmuro con enojo.

-Lo sé -dice y toma mi mano, ignorándome. Escuchamos el resto de la charla y luego tenemos hora de laboratorio. Christina decide que necesito embellecerme un poco y pone algo de rubor en mis mejillas hundidas y brillo en mis labios antes de inglés. Cuando el timbre suena, me sorprende encontrar a Jeremy esperando afuera de la puerta. Christina sonríe y se encoge de hombros a la vez que se marcha. Esa astuta pedazo de... sigue adelante... Jeremy. Vaya amiga es.

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