Capítulo 2

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Cooper

Después de hablar con Trudy cuando Ali estaba en el servicio de mujeres, supe lo que tenía que hacer. Sabiendo que Allison estaría de vuelta en la playa el día siguiente, pedí el permiso de Trudy para llevar a su sobrina a cenar fuera. Decidí no hacer surf ese día. Estaba nervioso por pedirle salir y no quería oler como el océano. Trudy me dijo que ella tenía casi dieciocho, lo que la hace solo casi tres años más joven, pero como cualquier chico, todavía temía el rechazo. Estacioné mi camioneta en un espacio vacío en el pequeño estacionamiento y vi a Allison inmediatamente. Me senté y la observé antes de salir.

Se mantuvo mirando a su libro, y luego exploraba el agua lentamente. ¿Estaba buscándome? Eso me puso en marcha. Aparecí detrás de ella. No estaba leyendo Drácula; debía haberlo terminado como dijo que lo haría. Estaba sosteniendo Orgullo y Prejuicio. Supongo que no hacía las cosas a medias.

—Esa señorita Bennett te va a sacar de quicio tarde o temprano —dije finalmente.

Allison cerró su libro de golpe y saltó cuando me agaché a su lado. Se veía tan hermosa. Me recordaba a Blanca Nieves. Su piel era impecable como la porcelana enmarcada con su cabello oscuro, casi negro. Los grandes ojos marrones de Allison estaban muy abiertos por la sorpresa mientras se daba la vuelta para mirarme. Me quité mis gafas de sol y cambié mi peso para arrodillarme en la arena.

—Terminé Drácula justo como dije que lo haría —dijo rápidamente. Su cálido aliento tocó mi cara, y me di cuenta de la cercanía de nuestros labios. Parpadeé un par de veces, intentando formar mi siguiente pensamiento.

—¿Y qué pensaste? —pregunté, moviéndome para sentarme a su lado en la toalla de playa. Esperaba que ella no estuviera molesta por cómo seguía moviéndome más y más cerca, parecía que no podía evitarlo.

Allison tragó antes de responder.

—Me gustó más que la película. —Se encogió de hombros pero no se alejó.

—Bien. —Reí—. Ahora puedo seguir respetándote. —¡Estúpido! Ella acaba de terminar uno de tus libros favoritos, y tú la has insultado. Realmente suave.

Ali dejó escapar una risa dura.

—Bueno, me alegro mucho de que pueda satisfacer tus expectativas —dijo desafiante y cruzó los brazos sobre su pecho, el símbolo universal de cierre personal. Instintivamente, alargué una mano y toqué su mano ligeramente. Tuve que ignorar lo suave que era su piel y disculparme.

—Ahora no me malinterpretes Ali. Me encuentro normalmente con gente que se escabulle y no terminan el libro si simplemente pueden ver la película. —Mis dedos hicieron un recorrido por su brazo hasta la mano que estaba sosteniendo su antebrazo con la esperanza de que me mirara—. Todo lo que estoy diciendo es que estoy impresionado. —Ahora nuestros dedos se estaban tocando, y estaba teniendo problemas para concentrarme—. Quiero decir leíste, qué, como doscientos cincuenta páginas anoche. Eso es persistencia. —Mis dedos se entretuvieron sobre su mano, y me encontré tomando nota del contraste de nuestra piel. Estaba pasando demasiado tiempo bajo el sol.

—Soy una lectora rápida —murmuró, y me di cuenta de que estaba mirando fijamente mi boca—. Y persistente. —Miré de nuestras manos a su boca. Los labios de Allison eran del color de los pétalos coral pálido y se abrieron un poco cuando se dio cuenta de que le estaba mirando. Tenía que mantenerme concentrado.

—Muy impresionante —añadí, esperando que supiera que estaba hablando de la lectura y no de sus labios. Está bien, un poco de sus labios.

Me forcé a inclinarme hacia atrás cuando lo que de verdad quería hacer era sostener su suave mejilla en mi mano y presionar mis labios en los de ella. Mi mano todavía estaba en la de Ali, y a ella no parecía importarle. Todo en lo que me podía concentrar era nuestro toque. Me sentía cómodo y relajado, como si fuera la cosa más natural del mundo. Levanté la vista de nuestras manos para encontrar su mirada fija en mí. Un corto segundo después, eché la espalda hacia atrás. No podía concentrarme mientras estaba tan cerca de ella. Negué con la cabeza, y mis pensamientos lentamente volvieron a la razón por la que estaba aquí.

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