ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ⁰¹

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Joyas⬅️

Aun borracha ella saltaba los tejados de algunas casas para escapar de los guardias reales, no se arrepentía de haber robado las joyas de la Reina, pero vamos, esa mujer tiene hartisimas.
¿que le cuesta darle algunas de ellas?
Aunque posiblemente se allá robado diez collares y solo cinco pares de aros.
Si, ¿que desgracia no? solo cinco pares, malditos guardias, interrumpieron su hurto.

Derrepente por su estúpida torpeza, no llego a alcanzar ver las escaleras en descenso cuando entro a una casa cualquiera. Se resbalo y cayó en estas, dando vueltas en la madera sucia, golpeándose la cabeza, espalda y costillas.

-uhg-se quejó de dolor aquella ladrona. Pero también ¿quien no lo haría?.

-¡desapareció!-

-¡busquen a esa pirata!-

Lograba escuchar a lejanía las voces de los oficiales, se quedo callada mirando a la nada, atenta a cualquier sonido en especial que pudiera representar una alerta. Pero nada.
Se paro y sacudió sus ropas, saco de su bolsillo el sacó con las joyas y busco la salida de la casa, no sin antes quitarse el tricornio y sacudir el polvo que tenia.
Se lo volvió a poner en el sitió correspondiente y salió de puntillas afuera de la casa.

Y aunque trato de ser lo mas silenciosa y disimulada posible.
La puerta de aquella casa desconocida no quería aportarle a la femenina.
Sonó lo más fuerte que pudo cuando la pirata se dio la vuelta. Y esta al escuchar el sonido escandaloso, volteó de nuevo para mirar mal al pedazo de madera, como si este se fuera a sentir mal con lo que acababa de hacer.

-¡aquí está!-dirigió su mirada hacia el grito varonil y pudo ver a unos cuantos metros de ella, como los guardias corrían en su dirección.

--alarmada corrió en dirección opuesta a los guardias, miraba a sus lados para ver donde meterse y lograr escapar pero no alcanzaba a ver algún punto ciego para lograr no ser arrestada- ¿donde están esos perros sarnosos?- hablaba consigo misma renegando de que su oficial al mando aun no llegaba para salvarle los pelos.

Dejo de lado las calles angostas para llegar a una plazuela muy poblada de damiselas, caballeros y sobre todo, más guardias.
Las personas se apartaban rápidamente del camino de la pirata, y los guardias reales se hacían cada vez más, el sol le taparía la vista si no fuera por su tricornio.
Sus piernas se empezaban a cansar, pero no pararía de correr. No podía.

Siguió y siguió, y cuando estaba a punto de llegar a la playa, fue derribada por un guardia, dos más se le pusieron encima para inmovilizarla ya que esta trataba de hacerlos caer, los pateaba y daba golpes bajos pero terminaron inmovilizandola por completo.

La arrastraban sin cuidado ya que la femenina cada que podía se trataba de tirar para el suelo y hacer que la suelten, pero no funcionaba.
Cinco guardias la llevaban bien agarrada para que esta no osara escaparse.
Apenas la dejaban respirar, pero la femenina no paraba de reír, las personas la miraban y susurraban algunas cosas.
Pero todos las miraban atentamente.
Ella era una pirata de muy mala fama.

[...]

-Revisala bien- mandaba el porta llaves al soldado.

-toquen todo lo que quieran-dijo la pirata buscando coquetear con el guardia.

-ten algo de compostura pirata sarnosa-le dijo el portador de las llaves volteandola bruscamente tironeandole los cabellos.

En cambio la mujer nunca borro su sonrisa juguetona.

-la compostura no es lo mío primor- poso sus manos en el pecho del hombre y fue bajando hasta su cadera, pero en un rápido movimiento pudo apretarle la nalga izquierda haciendo que el hombre se exaltara.

El soldado la empujó un poco para que entrara en la jaula, no sin antes susurrar algo con respecto a lo recientemente visto.
Los dos hombres se marcharon del lugar dejándola sola con otros prisioneros, pero en distintos cuartillos, solo las rejas separaban a los arrestados de ella.
Paso sus manos por lo huecos de hierro y se puso a idear un plan de escape.
Ya tenia las llaves que le quito al guardia cuando lo toqueteo un poco, solo faltaba ver si no habían mas guardias vigilando por ahí.

-que estúpidos que son, ni siquiera me quitaron las joyas.- toco su bolsillo izquierdo y sintió el bulto del saco.- ¡¿alguien tiene un buen trago?!-

Escucho pisadas de nuevo, un joven pelinegro se puso en frente de ella y con el, dos guardias estaban a cada costado.

-¿es ella?-pregunto sin dejar de ver directamente los ojos a la femenina.

-si señor, esta mujer es la usurpadora.-

-bien, pueden retirarse- ante tales palabras los guardias solo se retiraron del lugar dejando al pelinegro con la femenina tras las rejas.- quiero que me devuelvas algo que le pertenece a mi madre, por favor-

➡️próximamente⬅️

ᵖⁱʳᵃᵗᵃ · ʲᵉᵒⁿ ʲᵉᵒⁿᵍᵍᵘᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora