COMPAÑÍA

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Ya habían pasado tres meses desde el asesinato del hermano de He Tian, él todavía sigue recuperándose de ese trágico acontecimiento, pero gracias a Mo ya no se le hace tan difícil, este, de paso, había comenzado a ir casi diariamente a su casa a cocinarle y jugar video juegos.

Ese mismo día, Mo fue como de costumbre a lo de He Tian, había decidido preparar una comida especial que su mamá siempre le preparaba.

_ ¿Dónde tienes el aceite? _ pregunto el pelirrojo.

_ Creo que está en la alacena. _ contestó He Tian dudoso, porque, aunque fuera su departamento, no sabía ni donde estaban la mitad de las cosas.

_ Está bien, muchas gracias por tu colaboración. _ dijo Mo dándose la vuelta para empezar a buscar dónde carajos estaba el aceite.

Mientras el pelirrojo buscaba el maldito aceite, He Tian escuchó sonar un teléfono, y como el sonido no cesaba fue a revisar quién lo llamaba, pero para su sorpresa no era su teléfono el que estaba sonando, sino el del pelirrojo, su madre le estaba llamando.

_ Ten_ le dijo el pelinegro para que atendiera.

_ {Sí, ¿Qué pasa ma?} _ contestó el pelirrojo.

_ ... _

_ {Mamá, ¿Qué pasa? }_

_ ... _

_ {En serio mamá, ya dime, me estás haciendo preocupar} _

_ ... _

_ {¿Cómo? Mamá, no entiendo si...} _

_ ... _

_ {¿Cuándo pasó? Ma... mamá} _

_ ... _

_ {Es... está bien. Ya voy para allá.} _

Cuando Mo cortó la llamada tiró su celular contra la pared y empezó a revolear todo lo que había sobre la mesada.

_ ¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¡Qué vida de mierda! _ Mo estaba gritando, tenía tanto dolor adentro.

Al instante, calló de rodillas al suelo y He Tian, que era espectador de toda esa escena, estaba debatiéndose si decir algo o simplemente quedarse callado, pero al ver las reacciones del pelirrojo dejó de perder tiempo y fue hacia él.

_ Mo... Mo... hey, escúchame. _ el pelinegro trataba de hablar lo más calmado posible para no alterar de más al pelirrojo.

_ Lo mataron... él está... _ Mo quebró en llanto, habían matado a su padre, quien se encontraba en la cárcel hacía ya varios años.

He Tian supo al instante de quién estaba hablando su amigo y no pudo evitar abrazarlo, él sabía ese sentimiento de perder a un ser querido.

_ Hey, hey, tranquilo. _ He Tian hablaba con un tono relajado, tratando de que el pelirrojo parara de gritar y llorar, él en ningún momento soltó su agarre, cada vez lo intensificaba más. _ Mo, escúchame, ¿sí? _

_ ¿PARA QUÉ? ¿QUÉ ME VAS A DECIR? SOLAMENTE ME VAS A DAR TU LÁSTIMA Y DECIR QUE TODO VA A ESTAR BIEN... _ Mo sin darse cuenta le había gritado a He Tian. _ lo siento _ dijo para finalmente soltar toda la presión de su cuerpo y recostarse sobre el hombro del pelinegro.

_ Shh, shhh... está bien, descárgate. _ el pelinegro sabía perfectamente lo que tenía que hacer para calmar, aunque sea un poco, a Mo.

_ Tengo que ir con mi madre_ dijo el pelirrojo secándose las lágrimas

_ Está bien, voy contigo. _ dijo seguro el pelinegro, pero Mo se negó al instante.

_ No, está bien. No es necesario. _ contestó el pelirrojo levantándose.

He Tian, antes de que el pelirrojo saliera de su alcance, lo agarró del brazo, haciendo que casi caiga al suelo de nuevo.

_ Mo, escucha, ¿sí? _ el pelirrojo solo se limitó a mover la cabeza en señal de afirmación. _ yo pasé por lo mismo que tú, estaba realmente mal y sentía que no iba a poder con mi vida después de eso, pero te tenía a mi lado, me diste ánimos de seguir adelante y no terminar todo, como lo tenía pensado. _ Mo escuchaba atento a cada palabra de He Tian, tanto que le hizo sonrojar. _ así que te pido, por favor, que me dejes acompañarte. _

_ Está bien, puedes venir, pero por favor, no hagas nada raro frente mi madre. _ dijo Mo ya más relajado.

Al llegar a la casa de Mo, su mamá estaba sentada en la cocina esperándolos, el pelirrojo le había avisado que He Tian lo iba a estar acompañando.

_ Mamá _ dijo Mo para darle un abrazo que ambos necesitaban, ya estaban completamente solos, eran ellos dos contra el mundo.

Su abrazo duró unos minutos, el pelinegro había decidido sentarse para no interrumpir, tenía que admitir que le daba un poco de envidia de que el pelirrojo tuviera a su madre acompañándolo, pero eso a su vez lo hacía feliz.

Cuando el abrazo terminó, la mamá de Mo dijo que el velorio sería al día siguiente por la mañana y le ofreció a He Tian pasar la noche para hacerle compañía a Mo, el cual no pudo rechazar la oferta y se quedó.

Más tarde, en la habitación de Mo, el pelinegro le había dicho que se fuera a bañar así luego podía descansar mejor.

La madre de Mo le había alcanzado un colchón y frazadas a He Tian para que se acomodara en el cuarto. Él colocó el colchón al lado de la cama de Mo, se había dicho a si mismo que lo iba a cuidar toda la noche, por si volvía a llorar o se levantaba mal con ganas de hacer una locura.

Mo salió del baño, se puso su pijama y fue a darle las buenas noches a su madre.

Al volver se dio cuenta que He Tian iba a dormir en otra cama que él, cosa que no le gustó mucho, Mo quería que el pelinegro durmiera con él.

He Tian, había notado que el pelirrojo había estado mirando las dos camas con un poco de disgusto.

_ ¿Acaso quieres que te haga compañía en la cama? _ dijo en un tono pícaro, despertando del trance a su compañero.

_ Pero, ¿Qué dices? ¡Pervertido! _ el pelirrojo se estaba atajando, pero su cara sonrojada no le favorecía a su plan. A He Tian todo esto se le hacía gracioso y tierno a la vez.

_ Está bien, dormiré contigo, no te preocupes. _ soltó una sonrisa maligna que indicaba victoria contra el pelirrojo, el cual solo se limitó a soltar un quejido, pero no le negó más la idea de dormir juntos.

_ Ven aquí. _ le dijo el pelinegro, quien ya estaba acostado en la cama y estaba dando palmadas en el colchón, dándole la señal a Mo de dónde tenía que acostarse. El pelirrojo primero apagó la luz, dejando solamente la fría luz de la luna que atravesaba por la ventana.

Mo lentamente se fue acercando a la cama para acostarse, He Tian le había dejado un espacio considerable, mientras que él se había ido más hacia la parte de la pared. Lo que este no esperaba en absoluto fue que Mo, al entrar a la cama, fuera directamente donde estaba él y lo abrazara. He Tian sabía que Mo no estaba bien, pero nunca imaginó que estaría tan mal como para hacer eso, pero el pelinegro no se quejó, la verdad era que le encantaban los abrazos de Mo y más si eran dados por este primero.

He Tian sentía la respiración pesada del pelirrojo, y para calmarlo le empezó a hacer mimos en la cabeza. Lo hacía suave y despacio, poniendo mucho empeño y cariño en ello para que Mo estuviera tranquilo. El pelinegro continuó con esto hasta que ambos cayeron dormidos...

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- corregido -

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