ROTO (parte 2)

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A Mo realmente le molestaba que He Tian no lo entendiera, pero le causaba tristeza lo último que le dijo, "cuando me necesites, no pienses en mí, porque no voy a estar". Esas palabras dolían tanto que daban ganas de llorar, era cierto que no habían formalizado su relación, pero ambos sabían que estaban juntos, y para Mo, las parejas se tienen que apoyar, no importa lo que pase.

Unos fuertes golpes sacaron de sus pensamientos a Mo, era He Tian que estaba rompiendo y tirando cosas en su habitación, a él no le gustaba para nada eso, sabía que cuando el pelinegro hacía eso era porque estaba en su límite.

Por otro lado, He Tian ya no aguantaba más, no entendía por qué Mo no podía confiar en él, se suponía que eran una pareja después de todo, esto último lo hacía enojar aún más.

El pelinegro llegó a un punto en donde se puso a lanzar y romper cosas por la ira, pero poco tardó en darse cuenta que lo que le estaba pasando no era enojo, sino tristeza, ya había perdido a su hermano, una de sus personas más queridas en el mundo, no quería volver a perder a otra persona más. He Tian no aguantó más y soltó algunas lágrimas mientras seguía rompiendo cosas, creía que todo se había acabado entre él y el pelirrojo, y todo por una simple estupidez, se lamentaba el no poder comprender la situación de Mo y querer saber todo sin dar nada a cambio, lo que se supone que en una relación debe haber, dar y recibir.

Al rato, Mo entró en la habitación, un poco tímido por la reacción del pelinegro, pero este ni se percató de su presencia hasta que Mo lo rodeó por atrás, obligándolo a parar e inmovilizando sus brazos. Mo sintió como el cuerpo del pelinegro se tensó al principio, pero luego se calmó ante su agarre, dejándose abrazar y consolar por él.

_ ya está, te vas a hacer daño si sigues con esto _ dijo Mo tratando de calmar al pelinegro.

_ no, todo se terminó y es mi culpa, tú me vas a dejar solo y todo por mi simple estupidez. _ sentenció el pelinegro tapándose la cara para que Mo no viera sus lágrimas.

El pelirrojo no entendía muy bien lo que He Tian quería decir ¿A qué se refería con que lo iba a dejar?

_ pero ¿Qué dices? Está bien que seas un estúpido que no sabe comprender y esperar a la gente, pero yo nunca te dejaría. _ soltó Mo mientras agarraba del rostro a su pareja.

_ ¿Me estás diciendo que no me vas a dejar? _ dijo el pelinegro un poco inseguro de sus palabras.

_ si lo pudiera hacer, ya lo hubiera hecho hace mucho tiempo, créeme. _ contestó Mo soltando una que otra risa por lo que acaba de decir, cosa que al pelinegro le causó ternura, no podía querer más a ese chico porque el tiempo no le alcanzaba.

_ sabes, creo que nunca te lo dije, pero... _ He Tian tomó un fuerte respiro para decir lo que seguía. _ te amo _ soltó sin más, dejando a un Mo completamente sonrojado por tales palabras.

Este último había quedado sin palabras, lo único que pudo hacer fue abrazar aún más fuerte al pelinegro, dejando caer una que otra lágrima de felicidad. He Tian, con sus manos, agarró los cachetes de Mo para plantarle un beso en los labios, uno que duró varios minutos hasta que se tuvieron que separar por falta de aire.

_ en serio lo siento, no quise ser tan desagradecido, fui un estúpido al no entender... _ dijo sin más el pelinegro, haciendo que a Mo se le dibuje una pequeña sonrisa.

_ está bien, estás perdonado, pero la próxima se paciente. Ya sé que quieres saber todo de mí, pero hay cosas que simplemente no son fáciles de contar y requieren tiempo. _ dijo Mo calmando por completo al pelinegro, quien ahora se encontraba arrepentido por sus palabras de unas horas antes.

_ sí, sí, pero solo quiero que sepas que, cuando quiera que sea que se te dé por hablar del tema, yo voy a escucharte y no voy a juzgarte ni nada por el estilo, solo te voy a apoyar. _ dijo He Tian para darle otro beso a Mo.

Luego de que arreglaron las cosas fueron al sofá para ver una película juntos mientras se abrazaban y besaban.

_ ¿Qué tal si...? _ Mo no se animaba a decirle, le causaba mucha vergüenza.

_ ¿Qué tal si qué? _ dijo He Tian curioso de lo que el pelirrojo quería decir.

_ ¿Qué tal si vamos a una cita, nosotros dos? _ al terminar la frase, automáticamente las mejillas de Mo se tornaron rojas por la vergüenza que le causaban aquellas palabras, pero, por otro lado, al pelinegro le causaba una felicidad inexplicable que Mo haya tomado la iniciativa de proponerle ir a una cita.

_ pero por supuesto que sí, no podría decirle que no a mi pequeño Mo. _ dijo dándole un pequeño beso en la frente. _ ¿Qué te parece si salimos el sábado por la tarde? Yo organizaré todo. _

A Mo realmente le entusiasmaba la idea de ir en una cita con su pareja, nunca había tenido la oportunidad de hacerlo, así que iba a dejar todo en las manos del pelinegro y que sea lo que el destino quiera.

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- corregido -

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