— ¡Matenlo! — El hombre que se encontraba sentado en lo que parecía ser un trono en la sala de audiencia, había exclamando a todo pulmón esa frase, mientras golpeaba el suelo con cetro para reafirmar la sentencia.
Los caballeros asintieron y se acercaron al bandido que estaba de rodillas y mirando al suelo, mientras su cuello descanzaba sujetado por el amarrar de una guillotina.
— Primer caballero, Lizbett Di Loughty pase al frente para realizar la ejecució.
En eso, entre la fila de los representantes, una joven dio un paso al frente, y en primer lugar realizó una referencia frente al supremo líder, para luego encaminarse al acusado.
Un hombre adulto de cabellos color cobres, y mirada perdida, este se encontraba envuelto en lo que parecía ser los rastros de una vieja túnica, aún así este permaneció inmóvil al escuchar todo lo que decían sobre los protocolos anteriores a su muerte.
La chica miró al hombre de expresión lamentable, este levantó la vista ligeramente para dejar al descubierto las ojeras, aun así este se río de una forma un tanto burlesca y volvió a ver abajo para aceptar su destino.
Después de todo, él es uno de los mayores criminales del reino.
La chica tragó saliva con la intención de dejar caer la hoja del elemento que acabaría con la vida de aquel maleante.
Sin embargo, ante una corta espera por fin el bandido abrió los ojos ante la sorpresa y observo como el suelo a su alrededor había comenzado a iluminarse mientras aparecía lo que se asimilaba a un círculo mágico.
Un agudo dolor comenzó a impregnar cada célula del cuerpo del criminal, la sensación de estar siendo quemado vivo solo provocó que este comenzará a perder la conciencia lentamente.
—¡¿Qué diablos está ocurriendo?! — Cuando el monarca se levantó de su trono y fue rápidamente rodeado por los demás caballeros en forma de protección, solo observo como su supuesta líder y más fiel guerrera, estaba atrapada en el mismo circulo mágico que el condenado.
—Saquenla de ahí.
— Majestad...Lizbett es la que está haciendo el circulo mágico.
El hombre se quedó helado ante la declaración, de su sirviente, solo permaneció al igual que todos paralizado hasta que finalmente la luz cegó a los presentes.
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¿Y en este mundo soy una niña?
Roman pour AdolescentsHaruto, un joven que recientemente ingresó a la universidad, se ha topado con el mayor problema de su corta vida, y eso fue conocer a una pequeña niña que afirma venir de otro mundo.