Haruto, un joven que recientemente ingresó a la universidad, se ha topado con el mayor problema de su corta vida, y eso fue conocer a una pequeña niña que afirma venir de otro mundo.
La niña se veía con una expresión amarga, mientras observaba de mala gano como, las dos personas que estaba frente suyo no paraban de reír y apartar la vista.
— De verdad no crei que lo vería así alguna vez — Sujetando su estómago mientras no paraba de reír, Haruto no pudo evitar sacar su teléfono para capturar el momento.
— Aunque si mostrara una expresión más simpática... — Mizuki suspiro un tanto decepcionada, al ver como la pequeña no mostraba para nada una expresión amigable.
Ezel solo pudo evidenciar una sonrisa forzada, acompañado de cierto aire amenazante ante las personas que lo forzaron a esa situación.
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— No le puedes pedir mucho — Más pareciera que Haruto estaba disfrutando el momento como un contraataque contra el invitado no deseado.
— ¡No es justo! ¡Estaba durmiendo y me despierto con esto! — Tirando del vestido blanco, Ezel trato de arrancar la ropa de su cuerpo de forma algo brusca, que no tendría sentido alguno.
Haruto en eso se quedó pensando en lo ultimo, si bien Mizuki le cambió la ropa cuando de durmió luego de invocar a ese mapache, algo que se había estado repitiendo todos los días, había llamado su atención.
— Ezel, siempre que llego estas durmiendo.
— Me da sueño.
El chico se rasco la nuca ante esa respuesta un tanto obvia que llega a ser ridícula, aunque a eso no iba contra su raciocinio.
—¿Que hay de malo con eso?
Mizuki al preguntar por eso tomo a la niña para sentarla en su regazo mientras evitaba que esta continuara con el plan de "destrozar" la ropa.
— Emm... no nada, solo me llamo la atención — Más bien, el muchacho nunca se ha parado a pensar sobre Ezel, más allá de lo que este le dijo y demostró, ni siquiera sabe cual es su verdadera edad o que hacia antes de acabar en otro mundo como una niña.
— Oye, Ezel...— Haruto detuvo sus palabras al ver al chico que se encontraba con una niña abranzo a la adolescente y apoyando contra sus pechos.
— ¿Esta bien que haga eso? — El chico en parte si sientio algo de envidia de como, Ezel se estaba aprovechando de su situación.
No hay lugar a dudas que es hombre y uno bien pervertido.
Mizuki apartó la vista, en verdad aunque creyera la parte de que es un ser de otro mundo, solo la puede ver como la infante que es. La chica acarició el cabello de la niña, que se veía muy a gusto en esa pocision.
— ¿Haruto, me la prestas?
—Te la regalo — Sin ni siquiera pensar sobre los hechos, el muchacho confeso moviendo su mano de manera que señalaba "hagan lo que quieran"
