Almas Gemelas (Saeyoung ×MC) [Terminada]

VIII

Narrador

Cuando la castaña leyó el último mensaje, guardo su teléfono en su bolsillo y se acerco a sus amigos.

Pero recordó lo que le dijo su "pareja".

Cuando él le decía algo, tenía que hacerle caso sí o sí.

Suspiró.

—Yoosung, Mary, tengo unas cosas que hacer, nos vemos en clase —tomo su mochila y se la colgó.

—Claro, ten cuidado MC.

—Gracias Yoosung.

—Adiós~

Asintió y se alejo de ellos.

Si se quedaba cerca, terminarían afectados.

—Entonces, Mary... Dices que Seven no puede comunicarse con nosotros, ¿cierto?

—Sí, se encuentra ocupado y no podrá comunicarse con nadie del exterior.

—¿Por qué esta en ese trabajo?

—No tiene opción —sonrió.

—¿Y tú? —lo miro con duda—. Me refiero a que si no corres peligro al ser su sirvienta.

—Por el momento no.

—Ya veo... Cuando veas a Seven, dile que espero se encuentre bien, por favor.

—Claro —la campana sonó.

Ambos se levantaron.

Con MC

Cuando la chica llego a su clase, su celular vibró.

Ya sabía de quién se trataba, pero debía hacerle caso si ella quería que su padre siguiera completo.

Ray:
Que bueno que eres obediente,
creí que debía ir yo mismo

Ray:
Buena chica

Ray:
Ire a recogerte

Ray:
Te esperaré en la salida

MC:
No es necesario

Ray:
Claro que lo es

Ray:
Debo ser una pareja modelo

Ray:
Además

Ray:
No fue pregunta

MC:
No necesitas gastar tu valioso
tiempo en mi

Ray:
Deja tu sarcasmo

Ray:
No estoy de humor

MC:
Te jodes

MC:
Así me criaron

Ray:
¿En serio?

Ray:
A mi me criaron de otra
manera

Ray:
Si quieres puedo usarla

MC:
Te espero en la entrada

Ray:
Esa es la actitud

Ray:
Mas te vale ser puntual

En la salida

—¿Nos vamos MC? —el rubio recargo sus manos en la mesa de la castaña y sonrió. Era costumbre de él entrar a su salón para buscarla e irse junto (aunque tomaran rutas distintas a medio camino).

—Hoy vienen por mi —su voz sono apenada y guardo su celular..

—Oh... Ya veo —dijo desanimado.

—Andas muy rara MC. ¿Qué ocultas? —le miro con sospecha.

—Nada, ¿por qué crees eso? —fingió inocencia. Si la pelirroja jugaba a la chica pura, MC también podía.

—Es más que obvio, pero dejare que sigas finjiendo.

—Esa eres tú.

—Que buen ojo tienes —le guiñó y se colgo su mochila—. Nos vemos mañana.

La pelirroja salió siendo seguida con la mirada por parte de los presentes.

—Bueno, ya debo irme también. Hasta mañana —se despidió y salió del salón.

Sabía que esto iría por mal rumbo.

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Marintia-chan