Almas Gemelas (Saeyoung ×MC) [Terminada]

XX

Nota: Los diálogos que esten con "comillas" son recuerdos.

(...)

"—Luciel... —el nombrado volteó en busca de aquella voz, no encontró nada— Luciel, ¿por qué ese nombre?"

—Porque me hace recordar que he pecado —dijo, respondiendo a la voz mientras agarraba su cruz.

"—¡Es hermoso! Se lo diré al padre."

—¿Hermoso...? Lo dudo demaciado —comenzó a llorar pero sin hacer ruido.

"—Entonces... Hoy mismo, Jihyun y yo nos llevaremos a Saeran. Descuida, estará en buenas manos —su sonrisa fue lo que le dio confianza."

—Si tan solo no hubiera sido tan estúpido y dejárselo a ellos... Tal vez ahora mismo estaríamos jugando  felizmente en el hogar de Dios —rió amargamente y miro su collar.

Esa pequeña cruz le hacia recordar las promesas que debía y los males que hizo, pero todo lo valía para poder estar con su hermano de nuevo.

¿Cómo no sospecho cuando no lo dejaron verlo?

¿Por qué creyó ciegamente en ellos dos?

En un ataque de ira se quito el collar y lo lanzó.

Fue demaciada fuerza que no pudo ver donde cayó ya que estaba en un parque.

Suspiró y con su chamarra limpio sus lagrimas.

Volvió a sentarse solo que con la mirada viendo al piso.

Escucho pasos acercarse pero en ningun momento miro a la persona que se acercaba hasta que vió unos pies delante de los suyos.

—¿Estás bien?

—Sí, lo estoy —respondió secamente.

—No lo pareces, ¿te molesta si te acompaño? —negó y se sento a su lado—. ¿Quieres desahogarte?

—No, solo no hagas ruido.

Estuvieron varios minutos en silencio hasta que Luciel exhaló el aire retenido en sus pulmones.

—Te ofrezco una disculpa por como actué, Seven.

—Fue la impresión, hubiera actuado igual... —lo miro y sonrió levemente.

—¿Todo bien? —abrió sus brazos para esperar un abrazo.

—Todo bien —se abrazaron.

Cuando se separon sonrieron.

—Bueno, tenemos que idear un plan, ¿no?

—Hay que esperar que MC nos diga algo más para hacer algun movimiento.

—¿Crees que mañana venga?

—Es lo más seguro —se levanto y el rubio imito su acción—. Por lo mientras haremos los preparativos.

—¿Podríamos hacer que se una a la RFA después? —habló emocionado.

—¡Por supuesto! Manos a la obra mi pequeño canguro.

Ambos rieron.

Era lo mejor para evitar pensar en el día siguiente.

En los problemas que les acecharían.

Por el momento debían pensar en el presente.

(...)

—Ray.

—¿Sí, salvadora? —hizo una corta reverencia al tenerla delante.

—Vigila más de cerca a MC, esta tramando algo.

—Pero ella...

—¿Me estas desobedeciendo?

—No.

—Bien, si es necesario, asecinala. ¿De acuerdo? —el albino no repondió ante la sorpresa de lo antes dicho_. ¿Quedo claro? —remarcó las palabras con voz autoritaria.

—Sí, salvadora... —agachó la cabeza, en sumisión. No quería que ella le dijera lo inutil que es y por ello, terminara dejandolo como todos.

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Marintia-chan