- ¡Maldito! - Grito un hombre de barba abundante y cuerpo de buldócer mientras lanzaba una silla contra alguien.
En respuesta el agredido simplemente se movió a un lado inclinando un poco el cuerpo, la silla se estrelló en contra de la pared donde solía estar un mesero, el objeto de madera no resistió el impacto y simplemente reventó en varias piezas.
- Bueno, adiós a mi tranquila noche... - Se murmuro para sí mismo, de cabello oscuro, ojos verdes y piel pálida, se alzó sobre su cuerpo joven y saludable, el cual estaba en el apogeo de su juventud. - Yare yare, ¿que se le va a hacer? -
Dándose vuelta observo al hombre de barbudo, su cara maltratada por el tiempo sugería experiencia en las peleas, un rostro como el de un buldog a punto de atacar, le recordó al de los mafiosos en las películas. Aparte de una notoria furia, el rubor delataba que había estado bebiendo, probablemente lo había confundido con alguien más y esa era la razón del pleito sin sentido. Eso era una vulgar mentira.
- ¡¡Sabia que te había visto en otro lado!! ¡¡¡Fuiste quien hizo que nuestra presa escapara!!! - Saco una gran hacha, analizándola rápidamente encontró que era un hacha de guerra de rango 5.
<Evaluar Nivel 1>
Una habilidad muy útil que le permitía aprender sobre los objetos, aunque solo servía para objetos.
Suspirando regreso hasta la mañana de ese día, fue entonces que reconoció al hombre barbudo. Ni siquiera sabía el nombre, sabía que era un aventuro, como la mayoría de todos en ese bar, también recordaba que se había interpuesto entre esa persona y su presa. Un Oso de plata joven; una creatura de rango G normalmente y los adultos podían llegar hasta rango F buscado por su pelaje similar al hierro forjado.
Sin duda alguna recordaba que mientras se hacía camino al pueblo donde están ahora, vio como barbudo intentaba acabar con la vida del osezno, aunque fuera un monstruo, escuchar la risa de barbudo mientras el pequeño osezno llamaba por ayuda no le resultaba grato. Aunque odiara meterse en problemas desvió su camino y mientras barbudo preparaba el hacha para separar la carne del oso, le dio una patada a barbudo y lo arrojo contra unos arbustos.
Aunque solo fueron unos segundos, le permitió a la pequeña creatura correr por el bosque, una pérdida de unos cuantos Dragmas en lo que respectaba al aventurero, el cual cabe destacar estaba furioso, para el simple viajero solo fue una bandera negra lo que se venía.
Por lo tanto, como cualquier aventurero haría preparo su cuerpo para el estrés que se cernía y valientemente huyo. Ahora mismo, los problemas regresaron, en forma de un borracho y muy enojado hombre barbudo con un hacha de guerra. El viajero solo se limitaba a ver sin expresiones claras, aunque ante todo quedaba claro una cosa.
«¡Maldita seas vida!» Pensaba frenéticamente.
El no tenia manera de tratar con estas situaciones desafortunadas. Así que tratando de disimular la ansiedad creciente en la boca de su estoma, tosió un poco antes de hablar.
- Creo que se equivocas. - Levanto un poco su manga para revelar un tatuaje de un martillo sobre un pergamino. - Yo soy solo un herrero que está de paso. -
Efectivamente era eso, pero algo le decía que su engaño no le serviría de mucho.
«Perfecto, ahora sabe que no eres de la clase guerrera, ¿alguna otra gran idea?» Desde algún lugar en su mente un susurro se escuchó, de una voz calmada y fuerte.
«¡Cállate! ¡Con suerte y perderá el interés!» Cabe destacar que esa era otra esperanza que no duraría.
- Ya veo, ya veo, entonces ¿qué tal si hacemos esto? - Barbudo solo se acercó y coloco su cuerpo a escasos metros del viajero. - Tu, como nada más que una pequeña mierda que no puede pelear, pagaras por unas cuantas rondas y luego me darás lo que tengas, incluyendo esa linda espada. -
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¡No Soy Un Héroe!
AdventureUn viaje a otro mundo, en las tierras de Snitch la amenaza de una guerra es latente, un tiempo en el que serán llamados héroes y jinetes. Isaac ahora se encontraba rodeado de cuatro personas más, el problema es que a diferencia de los otros, el no h...