~Parte 2: Edad de los campeones, los heroes y los jinetes.

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Había pasado un largo tiempo desde que todas las razas se habían establecido en el reino de Snitch, cada uno vivían en paz y adoraban a los dioses de cada uno, sobre la superficie la prosperidad abundaba y guiados por monarcas justos las razas mas notables estaban en una armonía.

Los Halfes, descendientes de los Kamis y versados en la magia, compartieron apoyos a las otras tierras usando la magia, no solo usándola si no que también ayudaron a las demás razas a despertar su propio potencial mágico. Frente a ellos una monarquía, la hermosa reina Titania.

Los Driadaes que eran aun seres bestiales portaban fuerza e instintos superiores, por encima del resto eran quienes comprendieron los usos de las plantas para crear pociones gracias a sus sentidos mejorados, mas haya, comprendía como curar el cuerpo sin depender de la magia. Se regían por un linaje según se decía era de origen divino, el emperador de las bestias Orochi.

Los Goolgors naciendo de tierras diversas variaban en especies pero no en numero, impartían conocimientos de supervivencia y de buena fe siempre trataban de ayudar a quienes se encontraran con ellos, en las tierras del sur, bajo el sol ardiente y no muy lejos de los Anfibiam crearon la capital de su raza. Dirigidos con fuerza por un Oni de nombre Ko.

Los Herridas vivían en el subsuelo, pero construyeron el reino mas magnifico y extenso, girando en torno a doce grandes pueblos que descendían hacia la prisión del "Fragmento abismal", libres de moverse por todo el subsuelo de Snitch terminaban conectando con la superficie y comerciando con varias razas, curiosos ellos decidieron adquirir tanto conocimiento como fuera posible. Su rey y directo comunicador con Zeus era Diomenes.

Los Draconianos compartían los cielos junto a los Bloodners y despejan el camino de Snitch hacia los tres templos celestiales, Draconianos de día y Bloodners en la noche. No tenían a un rey pues directamente servían a los dioses.

Los que en un principio se llamaron Nomadies bagaron por los dominios de Odin y fuera de ellos, comunicaban cada reino con un flujo de comercio e información auto suficiente, dominados por el primer rey Humidas, el rey Koldba, trataba de siempre tener comunicación entre los demás reyes de las razas, respondía a las ordenes de Odin.

Todos se reunían cada seis meses junto a un representante en un acto de buena fe y para acordar nuevos comercios, manteniendo buenas amistades entre ellos, pero un día la reunión se adelantaría en vista de un evento inesperado.

Fue una noche del calendario solar numero 800, era para entonces el año 803, mientras las razas en la tierra y bajo ella calmaban su agotamiento en los sueños, una pequeña brecha apareció en la puerta Dao la cual contenía la maligna esencia del fragmento, el Dao fue forjado por la coalición de los elementos, por lo que se reparaba rápido y no permitía escapes, sin embargo de esa fisura minúscula escaparon siete sombras, las sombras se arrastraron por todo el camino de las doce ciudades hasta la superficie, por mala suerte Zeus no se percato de su presencia mientras ellas eran liberadas al mundo, tomaron formas grotescas las cuales ocultaron al ver a las razas, ellos se dividieron a los continentes, su misión seria crear la brecha para su madre, la cual esperaría hasta el momento indicado.

El mas rápido de los siete subió por el monte Atlas, dirigiéndose hacia el hogar de los grandes reyes para aprender de ellos, en su camino fue encontrado con los Bloodners, el ser al tener la apariencia de un Humidas fue confundido con uno de ellos, se le dio paso hasta la sima de la montaña.

Pasaron diez años, de los reyes el único afectado por los años era Koldba pero su mente era sagaz y viendo como una noche los cielos empezaban verse tan brillantes como el día, entro en pánico.

La convocación apresurada de los reyes tardo 5 días, las noches seguían brillantes, asustados los reinos enviaron a sus mejores hombres al pico del monte atlas para que hablaran con los draconianos y los Bloodners en busca de respuestas, el resultado fue encontrar una masacre.

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