~Parte 5: Adiós Pendam.

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Al fin era de día, habían pasado los dos días rápidamente, era el tercer día desde que se les había asignado las misiones a cada uno, Isaac como de costumbre era el ultimo en partir, se estaba despidiendo de su amigo y mentor Lie Long.

- Espero que no tengas inconvenientes, invertí demasiado tiempo en ti para que termines en mal pie, se que los últimos dos días fueron difíciles debido al trabajo extra que ambos tuvimos que cubrir para este momento. - La sonrisa que tenia en esos momentos su maestro era algo similar al de un hermano mayor. - Te recomiendo que no te descuides, el sur es una zona dominada por bárbaros, incluso si el rey insiste que todo es su reino, la iglesia y los bárbaros también le toman pie a Nierstorm, sera frío como el infierno también y por ultimo no olvides que mantendré la forja caliente para tu regreso. -

Le ofreció un fuerte apretón de manos, una palmada al hombro y una sonrisa.

- No te preocupes, tratare de traerte un recuerdo de la cueva Hidalish para que en la siguiente misión no me extrañes. - Se burlo Isaac.

- ¿Quien podría extrañar a un herrero tan esquelético? Procura primero no morir de hambre. - Se río tras regresar la burla, Isaac también río.

Luego, ambos se despidieron, cada uno tomaría su camino esa mañana. Hablando de lo que, en su camino hacia el carruaje en los establos del castillo se encontró con otro mentor, uno particular el cual también estaba cercano a ser un amigo, Faima lo esperaba en una esquina del pasillo.

- Hola... - Faima lo veía como siempre desde detrás de su armadura, su tono de voz sonaba un poco distante y algo culpable. - Escuche que hoy partieron todos los héroes a sus propios destinos. -

Isaac le vio con intriga, parecía algo distante, lo cual era raro pues creía que entre tantas palizas había conseguido ganar la amistad que desarrollan alumnos y maestro.

- Si, hoy partiré al sur asía Sidwar, me dicen que el viaje es largo. - Divagó Isaac. - ¿Viene a despedirse? -

Por alguna razón que Isaac no comprendía mucho, Faima parecía desplegar algo de culpa cuando le dijo eso.

- Si, también eh venido a pedirte un favor. - Con calma busco algo en la parte trasera de su armadura, saco un sobre y lo extendió hacia Isaac. - De camino a Sidwar se encuentra un pueblo llamado Lancel, vengo de allí y me gustaría si no es molestia que dejaras esta carta a mi familia. -

- Claro. - Tomo la carta y la observo, tenia algunas dudas pero fueron superadas por la sensación de respeto que sentía por Faima.

- Espero no sea un gran inconveniente... - Aun parecía algo afligido, cosa que Isaac atribuyo a un poco de pena por pedirle el encargo, aun si su tono era mas de angustia.

- Para nada, de hecho es un placer poder ayudarle como usted lo hizo. - Se pauso un instante antes de decirle lo siguiente. - La verdad es que el día que usted me llevo a la primera practica, yo en realidad iba a pedirle que me entrenara, realmente me gusto ser su pupilo, bueno ¿que cosas digo? Cuando regrese seguiré entrenando contigo después de todo jeje. -

Se río un poco antes de despedirse de Faima, quien quedo pensativo en su lugar.

«"Me gusto ser su pupilo"» Meditaba el caballero mientras se iba en dirección. Contraria a la de Isaac.

Pese a lo que parezca, Faima había hecho lazos con todos los cinco, no se podía pasar mas de un mes conviviendo, luchando, compartiendo y aconsejándoles sin crear un vinculo, incluso recordó como el pánico inicial por haber matado a Isaac fue contribución a preocuparse por el de igual forma que lo hacia con los otros y con sus propios caballeros, por ello aun si es la palabra del rey, sentía algo de dolor al despedirlo a una muerte segura y peor que eso sentía el desagrado hipócrita por pedirle ese favor, no creía tener derecho al conocer todo el plan y no hacer nada.

¡No Soy Un Héroe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora