Capítulo 2

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Recién iniciadas las vacaciones de mitad de semestre, Eunbi casi corrió fuera de ese lugar que tanto detestaba, pero al que no podía dejar de asistir.

Es un peso, una carga, le quita libertad, esa que fácilmente puede pasar a llevar a otras personas y que sus profesores se empeñan en corregir. Pero lo aguanta, porque son las únicas personas que se preocupan por ella, que intentan llegar a su corazón, darle esa protección y cariño que nunca recibió de quienes fueron los primeros responsables en hacerlo.

Fue corriendo a su casa, vistiendose con lo que usualmente luce y está cómoda. Su morada está vacía y algo desarreglada, pero sólo está ahí para tomar su mochila y llenarla de los snacks que hay en la alacena. Los compró su padre, supone, pero probablemente no notará que ya no están.

Toma su patineta, típico en ella, no sabe hacer más que ir en línea recta, pero le gusta mucho llevarla consigo. Fue un regalo que le hicieron cuando aún era muy pequeña, tiempo en el que era lo suficientemente tierna para que su madre la mirara y la consiguiera, a pesar de que sus piernitas aún no estuvieran capacitadas para usar un transporte así.

Llegó a esa pequeña casucha, que en el interior sólo cuenta con un baño, una cocina-comedor y un dormitorio, pero las dueñas no necesitan de más. Se percata de algo distinto, hay una camioneta justo al frente, cargada con algunos bolsos que sobresalen en la parte trasera. Se alarmó de inmediato, de un astuto pisotón logró atrapar con su mano derecha la patineta, corriendo dentro de la casa que ni siquiera con cerradura contaba, pero nadie más que ella se atrevería a entrar.

— Eunha, qué mierda es esto — Encara de inmediato.

— Hola, SinB, estoy bien, gracias — Había claro sarcasmo.

— Respóndeme, qué ocurre aquí, dónde está Sowon

— Nos mudamos — Apareció la nombrada — La cagué en un trabajo en el que me mandó Nayeon, lo mejor es que esté oculta. Había un terreno en un campo a más o menos cuatro horas de aquí, me dio la camioneta y buenos billetes para quedarme allá, a Eunha le encantó la idea

— Nunca me gustó ese negocio, es lo mejor

SinB tenía la boca abierta de forma exagerada, no podía creer lo que estaba ocurriendo, sólo porque son ellas no se les ha abalanzado encima a golpearlas, pero está demasiado molesta.

— ¿Y yo qué? Quiero ir con ustedes

— ¡Ja! Estás loca, Hwang Eunbi

— No me llames así, Kim Sojung

La razón de sus apodos son algo especial, con ellos dejaron atrás la persona vieja que eran, para adoptar y formar lo que en ese entonces son. Al menos eso les explicaron cuando se unieron a la "familia".

Kim Sojung, dejó a su familia atrás con el deseo de surgir, valerse por sí misma, tildada de malagradecida en su momento, pero jurando nunca regresar y manteniendo su promesa. Jung Eunbi, en sus ojitos brillantes y claros puedes ver reflejada galaxias, preferencias sexuales que disgustaron a sus padres, Sowon ya era su novia y le ofrecía huír, lo hizo. Obtuviero los apodos luego de entrar en ello. Y por último, Hwang Eunbi, un misterior total para quienes la rodean en lo común del día a día, no sabe exactamente en qué momento se dejó atrás a sí misma para ser algo diferente, pues sólo adoptó ese nombre y quizás aún no lo hace. Se encuentra descubriendolo.

— No puedes irte con nosotras, eres menor de edad aún y un maldito problema — Hablaba Sowon a la distancia buscando más bolsos — Si alguien nota tu ausensia, te buscarán, y lo harán en serio, policías de por medio, eso no puede ocurrir

— No jodas, a nadie le importo

— A tus profesores sí — Se acomodó Eunha en un sofá — Y lo sabes, a penas se den cuenta se preocuparán, es algo adorable, pero que no nos podemos permitir. Y, SinB, creo que esto te servirá, debes madurar un poco

— Ahora de qué hablas

— Lo que Eunha quiere decir — Sowon volvía con sus brazos cargados — Es que sigues siendo una niña impulsiva, terca, desagradable, incorrgible... y no somos tus madres, si colmas mi paciencia te tiraré a la carretera sin problema, y Eunha no podrá detenerme

— No pueden dejarme — Se escuchaba sólo un poco asustada — Les juro que me comportaré

— Es difícil creer eso — Eunha se le acercó — Hey... — SinB sentía caricias en su mejilla — Mírale el lado bueno, a penas salgas de la escuela eres libre y responsable de ti misma, podrás buscarnos sin problemas, es sólo un semestre — La más baja corrió a buscar un papel junto a un lápiz, arrastrando a Sowon en el proceso — Anda, anota la dirección — La mayor suspiró.

— No podrá llegar a pie

— Nayeon le conseguirá un auto, sabes que puede

— Bien...

SinB las vio marcharse en aquella camioneta, sujetando firme entre sus dedos aquel pequeño papel con la dirección. No entendió nada de lo que escribió Sowon, nunca había oído de ese lugar en su vida, pero tenía tiempo para buscar por internet.

Llegó a la biblioteca y, a través de muy buenas excusas, logró convencer a la bibliotecaria de que se trataba de un proyecto escolar atrasado que necesitaba imprimir sí o sí, gratis. Se ubicó en uno de los computadores, buscó en Google Maps el lugar y en la hoja más grande que disponía lo imprimió, sosteniendo entre sus manos el papel y comenzando a comprender un poco por cual carretera se habían marchado.

Lo plegó unas cuantas veces y lo guardó en su chaqueta, no podría perder por nada del mundo ese papel.

No preguntó sobre qué pasaría con la casa en la que habitaban antes sus amigas, por lo que pensó que no habría problema en pasar por allí, se encaminó al lugar y como si fuera su propia casa se movía por el interior.

SinB podía apostar a que Eunha sabría que lo haría, pues en un cajón específico habían unas cuantas galletas y una botella de agua, mientras que en la habitación aún había una manta sobre el colchón con una almohada. Sin pensarlo mucho se quitó la mochila y zapatos para pasar la noche allí, mascaba las galletas de chocolate dejando migajas en sus blancas mejillas, se cubrió con la manta y descansó su cabeza en la blandita almohada.

Su curiosidad era grande, abrió el cajón que estaba justo al lado de la cama, y pegó un salto al ver el arma que allí se encontraba. Justo a un lado había una carta, sólo con verla un poco dedujo que Sowon también al parecer sabría que estaría allí.

SinB

Qué haces en mi casa, fuera, esto es allanamiento.

Ya en serio, yo no quería hacer esto pues creo que es arriesgado e irresponsable, y si alguien que no eres tú encuentra esto, estoy muerta :) Literalmente, me encuentra la policía y muero en la cárcel o me mata Nayeon por ser tan estúpida.

Cuidala bien y dale buen uso, no quiero que te metas en problemas, pero es difícil contigo... Espero que esas cinco balas sigan siendo cinco balas cuando vengas aquí, es en serio, no es un puto juguete, puedes matar a alguien.

Cuidate, mucho.

Sowon.

Tiró la carta por ahí y centró su vista en el arma, comprobó que era cierto, eran míseras cinco balas, pero podía ser interesante.











































N/A: ¿SinB hará caso a Sowon y a la carta? ¿qué opinan de los apodos?

You Fool (SinB y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora