El porqué

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«En la vida hay demasiadas máscaras para tan pocos rostros»

Era una tarde de verano algo extraña. No había dejado de llover en todo el día y hacía demasiado calor como para salir de casa.

Estaba enfadada. Ahora no podía hacer lo que llevaba pensando toda la semana.

Miraba por la ventana deseosa de que la lluvia cesara. Se estaba haciendo tarde y el sol empezaba a ocultarse.

-¡Maldición!- susurró golpeando la mesa con sus puños.

Desde esa ventana veía el frondoso bosque a la perfección. Un paisaje demasiado bonito que, en esos momentos, le transmitía más rabia.

Se levantó del sillón, decidida.

No, no iba a dejar que cuatro gotas le fastidiaran los planes, así que salió disparada por la puerta, directa a ese lugar, donde él siempre estaba antes del anochecer.

No tardó en llegar a pesar de la molesta lluvia que llenaba las calles de charcos y barro. Ni ella misma se creía lo nerviosa que estaba, solo podía frotarse las manos mientras subía la colina.

De repente se quedó en blanco.

Allí estaba, solo bajo el árbol con los ojos cerrados, sin importarle el temporal.

No los abría así que se vio obligada a carraspear un poco para que se diera cuenta de su presencia.

-¿Ya estás aquí Sall.... ¿Ammes?-susurró frunciendo el ceño. «¿Que iba a decir? ¿A quien estaba esperando con esta lluvia?» pensó Amy.

Sonic la miraba, expectante, cosa que la hizo ponerse más nerviosa

-¡Hola! Em..... Yo..... Q-querría hablar contigo-dijo mientras su mirada se clavaba en el suelo. Apenas podía pronunciar correctamente, se sentía estúpida.

El erizo volvió a cerrar los ojos, como si no le importara.

-¿Sobre qué?

-Sobre..... Nosotros...-volvió a fruncir el ceño.

-¿Nosotros?

-¡Sí! Yo.... Q-quiero decirte esto desde hace mucho tiempo... pero no me atrevía....jeje-dijo mientas jugaba con sus dedos. No sabía cómo iba a reaccionar... No quería que saliera mal... Solo deseaba decírselo, librarse de esa presión que llevaba demasiado tiempo aguantando.

Se levantó de repente con brusquedad, serio y con los brazos en sus costados.
-Oh no.... Amy..... No me digas que tú-

-¡Si!, yo, yo...-lo interrumpió. Iba a decírselo, pero las palabras no salían de su boca... Apretó sus manos con rabia por no ser capaz de decirlo como ella lo deseaba así que lo susurró, un susurro lo suficientemente alto y claro para que lo escuchase.

Levantó los ojos al oír un pequeño suspiro, encontrándose con un rostro difuminado por el agua. No parecía sorprendido, estaba....¿Cansado?

-Oh.... Rezaba con que fueran paranoias mías- Amy abrió más sus ojos, confundida.

-¿Que? ¿P-por que?-¿Había escuchado bien? Se sentía mareada, completamente desencajada. Había imaginado muchas veces este momento, pero nunca así.

Un Cuento Oscuro «Shadamy»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora