Un Cuento Oscuro «Shadamy»

Capítulo 4

Apenas recordaba el camino para ir a Angel Island. Hacia tanto tiempo que no iba que no recordaba como se sentía subir hasta los cielos para acceder a ella.

Nada más pisar el suelo una brisa cálida nos envolvió. No pude evitar quedarme maravillada por el fabuloso paisaje que nos rodea.

-Veo que el viaje te ha gustado- dijo Rouge captando mi atención.

Avanzamos por el camino principal, dejando atrás la hermosa y antigua entrada de piedra, con prisas. Al parecer Rouge dispone de poco tiempo, el justo para traerme aquí y llevarme con su novio.

No tardamos en encontrar a Knockles y, al vernos, se acerca a nosotras con una sonrisa.

-Te dejo con él, nos vemos luego- dice guiñándome el ojo y despidiéndose del equidna con un fugaz beso.
Tan pronto como desplega sus alas y se pone a volar de vuelta a la entrada el equidna se gira hacia mi.

-¿Vamos?

Sigo al guardián hasta llegar a un enorme templo de mármol blanco. Entramos y nos desviamos por uno de los laterales. Allí había un inmenso y amplio pasillo lleno de puertas. Abre una y me invita a pasar.

-Aquí es donde te quedarás. Te dejo que explores lo que quieras, seguro que no recuerdas nada de este lugar. Cuando acabes búscame.

Knockles se fue, dejándome completamente sola en esa amplia y luminosa habitación.

La observo con detenimiento dejando mi bolsa encima de una gran cama con las sábanas blancas.

Hay una mesa debajo de la ventana, unas estanterías, armarios y un baño propio. No hay mucha decoración pero no me importa, tampoco pensaba estar mucho tiempo aquí.

Salí de allí y empecé a caminar por el extraño templo. Me resultó curioso que su estructura fuera clásica pero que, por dentro, fuera moderno, pero aún así las enredaderas bajaban por las paredes y ventanas, creando un efecto mágico.

Al salir esa brisa cálida me vuelve a golpear. No recordaba que aquí el clima era tan diferente al de Mobius.

Camino por los alrededores del templo y me doy cuenta de que es el más grande del lugar. Estaba en el medio de la isla y de él salen caminos que, supongo, conducen a otros templos.

Sin pensarlo más decido perderme entre la hermosa naturaleza de la isla, encontrando un lago lleno de Chaos, más templos y ruinas. Había ido tan rápido al entrar aquí que no me había detenido a admirar lo bonito y mágico que es este lugar... Adoro el poder observar las ruinas de las antiguas civilizaciones que poblaban este sitio, los lagos rodeados de árboles y vida... Pero, además, hay algo que me hace sentir extraña, no es la asfixiante temperatura o la altitud sino que es como una energía que me transmite a la vez paz y inquietud. ¿Acaso es posible eso?

Después de un par de horas dándole vueltas al lugar encontré a Knockles. Este está en un edificio circular. Bajo unas escaleras de piedra y me doy cuenta de que se parece mucho a un anfiteatro, pero está demasiado destruido como para poder apreciar bien su arquitectura y estancias. No puedo evitar imaginarme su aspecto con todos los pilares y paredes completas, lleno de público que grita y observa las peleas en el centro, en ese lugar lleno de arena que ahora también contiene piedras y ruinas.

Me acerco observando lo que hace. Al parecer estaba entrenando.

-¿Te gusta? Debió de ser impresionante en su época- el equidna se giró hacia mi secándose el sudor de su frente y me hizo una señal para que bajara a la arena junto a él.