Capítulo 9

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Miraron, perplejos, como la eriza desaparecía por el conducto sin poder evitar su descenso.

-¡AMY!-gritó Rouge a la vez que intentaba coger sus manos, pero ya era tarde. La murciélago se giró hacia los dos sujetos que estaban detrás de ella y los zarandeó con violencia- ¡Hay que bajar!

Pero Shadow detuvo su impulsiva carrera hacia la trampilla. 

El erizo estaba sorprendido por la acción de la rosada, pero sobre todo por que hubiera encontrado ese sitio. 

-Rouge respira, no puedes bajar en este estado- ella lo miró fijamente y suspiró. Sabía que tenía razón, estaba muy nerviosa y eso no ayudaba.

Mientras, Tails permanecía al lado del conducto sin moverse y los observaba con sorpresa. La actitud del erizo era extraña para él, como si supiera exactamente como controlar el carácter de su amiga... Era evidente que la conocía muy bien.

-Mientras se calma bajaré para empezar a buscar a esa mocosa- le comunicó Shadow, haciendo que volviera a la realidad.

Tails asintió y corrió hacia su amiga sin rechistar, logrando oír como el azabache se deslizaba por el oxidado metal.

Al llegar al final del conducto los zapatos del erizo golpearon el suelo con brusquedad, cosa que le importó poco, al igual que la intensidad del frío.

Empezó a caminar y se sintió frustrado al no poder ver nada, así que se vio obligado a correr hacia el frente hasta que divisó una tenue luz.

Ahora si que pudo ver dónde se encontraba. Era un pasillo lleno de cables y tuberías rotas, y una puerta se abría a su derecha.

La atravesó y se quedó petrificado al observar lo que había en el interior de esa extraña sala.

A sus pies estaba la esmeralda azul y a pocos metros de ella se encontraba el cuerpo de Amy.

Shadow se apresuró a levantarla al darse cuenta de que la temperatura cada vez descendía más, cosa que era un problema para el frágil cuerpo de la eriza.  Al tocarla sintió su gélida piel erizarse así que la tomó en brazos y realizó un caos control. 

Nada más aparecer en la superficie empezó a correr hacia la dirección por la que habían llegado, no sin antes advertir que su labor allí había terminado.

-¡Rouge! ¡Tails! ¡Hay que irse de aquí ya!

Los dos llamados se giraron con brusquedad y pudieron ver antes de que el azabache desapareciera entre los árboles una pequeña mancha rosada. 

Ambos se alarmaron y empezaron a correr detrás del erizo sin entender muy bien que había pasado y con el corazón desbocado al pensar que algo muy malo estaba pasando, sino, ¿Porque Shadow iba a actuar así?

Rouge, harta de no poder alcanzar al erizo, alzó el vuelo dejando a Tails atrás. Al sobrevolarlo pudo ver con claridad a la eriza ente los fuertes brazos de Shadow, que la intentaban proteger del gélido viento.

Estaba pálida y parecía que le costaba respirar. Inmediatamente miró al frente y divisó el lago a unos metros, así que descendió en picado sobre el erizo y le arrancó a Amy de sus brazos. 

-¡Las llaves!- Shadow frunció los labios y sacó de su jaqueta una fina llave que lanzó hacia arriba mientras asentia. Comprendía el plan de su amiga. 

Rouge acurrucó el pequeño cuerpo de Amy en su pecho y pudo sentir a través de su abrigo lo helada que estaba, hecho que la alarmó más, así que aumentó la velocidad, sobrevolando el lago en unos escasos minutos. Sabía que debía llegar al coche entes de que Amy dejara de temblar, cosa que ya estaba dejando de hacer. Lo divisó y descendió lo más rápido que pudo para abrir el auto y dejarla entre los asientos mientras ponía la calefacción. 

Un Cuento Oscuro «Shadamy»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora