Capítulo 9

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Veinte días antes de la boda.

Noah se encontraba en la oficina que Peter había mandado a construir para ellos en su hogar, acompañado por su hijo y su equipo de trabajo, tenían que buscar a un pirómano que estaba aterrorizando a la ciudad por los crueles homicidios que cometía, aunque lo que más alteraba era su obsesión con los niños de diez años, rubios de ojos azules que tenía como víctimas. Tenían a ocho familias exigiendo justicia desde que el psicópata ese había aparecido y solo había pasado un mes y medio desde que encontraron el primer cuerpo. Padre e hijo estaban metidos en el caso de lleno e incluso pasaban horas encerrados en el despacho del menor cuando ya no estaban en horario de trabajo. Peter y Theo se encargaban de ayudarlos como podían, cuidaban de Matthew todo el día, hacían las compras, cocinaban y limpiaban aquello que ensuciaban, lo único que querían era facilitar la vida de sus esposos.

- ¡No lo entiendo! – gritó Stiles luego de leer los informes por décima vez en ese día – Hay algo que se nos está escapando y no puedo verlo.

-Tranquilo cariño – dijo Theo entrando al despacho luego de escucharlo gritar – has logrado encontrar a seres sobrenaturales sin tener ninguna pista, eres un hombre inteligente, vas a poder encontrar lo necesario para poder atrapar a este loco – lo animó el rubio al oler la frustración que emanaba su marido, lo último lo susurró en su oído para que ninguno de los agentes pudiera escucharlos.

-Es que cuanto más tiempo pase libre más niños corren peligro Theo, no puedo seguir retrasándome más, hay familias allá afuera sufriendo por culpa de este tipo, merecen un poco de paz y eso solo lo obtendrán cuando tengamos a este tipo tras la cárcel y con cadena perpetua- respondió el castaño con enojo.

- ¿Stiles? Y si ¿No es un hombre? – preguntó Theo con duda.

- ¿Qué? – Stiles dejó de mirar las fotos de las autopsias para concentrarse en la pregunta de su marido.

- ¿Por qué lo dices hijo? – Noah también lo miraba, atento a lo que pudiese responder.

-Bueno, dijiste que hay algo que no te cierra ¿verdad? Bueno, por lo que he escuchado y me has contado, has perfilado a este criminal como un "él" pero tal vez sea un "ella". ¿Porqué dice que es hombre Stiles? ¿Hay pruebas de ADN? – preguntó Theo, intentando que Stiles entendiera su punto.

-Según las estadísticas los pirómanos suelen ser en su mayoría hombre jóvenes, cosa que explicaría la fuerza que tiene que tener para poder mover a estos niños hasta las fabricas abandonadas, también suelen ser pocos sociables y provocar incendios que suelen causarles cierta satisfacción, cosa que nada más puede darles, además de que se obsesionan con todo aquello que esté relacionado con el fuego, incluso muchos de ellos terminan por ser bomberos – explicó Stiles, mencionando cada una de las características que tenía en mente a cada minuto para poder encontrar a su homicida.

-Bueno, la cuestión aquí es ¿Cuántos de esos locos por el fuego asesinan niños y queman sus restos después? – Theo se había parado frente al pizarrón de Stiles para ver cada una de las pistas que tenía el FBI y la Estación de Policías de Washington en ese momento. – Podría apostar a que estos niños no pesan más de veinticinco kilos, por sus fotos de antes del secuestro puedo jurar que eran más pequeños que los niños de su edad, y si la persona que buscas es una mujer joven y atlética yo creo que puede encargarse de llevar a estos niños en brazos sin problemas, aunque también está la posibilidad de que solo deba encargarse de llevarlos hasta el auto y luego bajarlos, que tenga un coche es muy probable, nadie anda con un cuerpo por el subterráneo o caminando por las calles, ninguno de ellos fue abusado sexualmente, eso quiere decir que si fue un hombre el motivo no fue sexual y los pirómanos por lo general no buscan lastimar a los demás, solo quieren satisfacerse a sí mismos con el fuego, sin embargo, y esto no es por ir en contra de las mujeres, pero hay que admitir que ellas suelen ser mucho más vengativas a veces, a lo que voy es que – Theo arrancó una de las fotos de la primer victima que tenía Stiles en su pizarra. El niño sonreía a la cámara mientras era abrazado por sus padres y su hermana mayor estaba junto a él – según lo que puedo observar, estos niños pueden ser el reemplazo de alguien más, ella podría estar vengándose por algo – dejó de mirar la foto del niño para mirar a su marido – hay algo en todo esto que me recuerda a mí mismo – admitió con nervios. El castaño no dijo nada, sabía muy bien a lo que se refería su marido, el recuerdo de su hermana aún lo perseguía algunas noches y la culpa por haberla matado lo hace llorar.

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