CITA DE BODA [Jongkey] [EN REVISIÓN]

Venganza, verdad (2/2)

KEY'S POV

Ese día el trabajo estuvo un poco pesado pero debía agradecer al Señor Song que tuvo compasión y me dejó salir temprano, muy entrada la noche.

El celular retumbó y vibró sobre mi escritorio mientras metía las carpetas en el contenedor.

— ¿Key? — escuché la voz de Taemin apenas contesté.

— Hola, Tae – le dije poniendo el altavoz para seguir ordenándolas.

— ¿En cuánto sales, Key? — parecía un poco ansioso.

— ¿Sucede algo, Tae? — pregunté, no muy seguro de querer saber la respuesta.

— No, solamente quería preguntarte si te faltaba mucho.

— ¿Por qué? ¿tienes planes con Ming?

— No, bueno, no hoy – se quedó callado un momento, luego continuó – Key, quería preguntarte si...si tienes algo que hacer mañana en la noche...

— No – dije recordando la agenda de mañana – terminaré a las tres de la tarde. ¿Por?

— Ming tiene una reunión con sus amigotes y me pidió que fuera con él, pero sabes como son, en cuanto esté con ellos se olvidará de mí y no conozco a nadie, así que... por favor, ¿podemos? ¿irías conmigo?

— Tae, no sé si me haga bien... — dije pensando en mi bebé.

— El médico dijo que estabas fuera de peligro... — dijo él, haciéndome desechar la idea de usar como excusa a mi inocente bebé para quedarme encerrado en casa —Por favor, Key, ¿sí?

Lo pensé mucho, aunque me pareció que Tae me estaba ocultando algo, ya que Minho nunca lo dejaba de lado, nunca, en ninguna circunstancia.

— Está bien – cedí, tratando de adivinar que oscura maquinación estaba planeando mi amigo.

— Gracias, nos vemos más tarde – dijo él antes de colgar.

Cuando terminamos la llamada, tomé mi bolso y bajé las escaleras, todo el mundo ya se había ido. Abrí la puerta y me despedí del celador. Y seguí caminando en la gran avenida en busca de un taxi, la noche se cernió sobre mí, pero no tenía miedo, aún había varios transeúntes por ahí. Me arrebujé en mi abrigo contra la brisa fría que acariciaba mi cara.

Mientras caminaba escuchaba otros pasos, curiosamente sentía la aguda e incómoda sensación de que alguien me seguía, pero para mi propia sorpresa no me pareció peligroso. Tal vez solo se trataba de mi inagotable imaginación.

Me paré en la acera a que un taxi se detuviera. El cosquilleo en mi cuello seguía ahí, mi imaginación, maldita fuera, seguía ahí.

Un taxi se detuvo y yo lo tomé. Miré por la ventana y el estómago se me encogió, al parecer si había alguien ahí, pero debido a la oscuridad de la noche no podía reconocerlo, aunque creía saber quien era. Estaba enloqueciendo, mi honda tristeza hacia eco en mi imaginación provocando que evocara a Jonghyuns inexistentes. Negué con la cabeza y cerré los ojos, cuando los volví a abrir esa persona ya no estaba.

Cuando llegué a la casa, todas las luces estaban ya apagadas, abrí la puerta y entré con sigilo para no despertar a Taemin. Entré a mi habitación y cerré la puerta, dejé la cartera sobre la silla y me volví para sacar el pijama de debajo de la almohada, cuando enfoqué mi visión me percaté de un sobre que no había visto. Lo levanté con el ceño fruncido y lo abrí sin saber que era, cuando lo saqué del sobre me di cuenta de que era una tarjeta alusiva a mi estado actual, era hermosa... y cara.

Era de esas tarjetas que al abrirse inundan el ambiente con música tierna para dormir bebés, no entendía porqué Taemin me la había comprado, pero me abrumó su regalo. Era hermoso. Mañana le agradecería. Dejé la tarjeta abierta mientras me desvestía y me ponía el pijama, luego dormí con ella a mi lado.