sueño part 2

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Capítulo 9

El siguiente cuarto de hora fue una tortura. Con los ojos cerrados, Juliana se esforzaba por entrar un poco en calor, pues su cuerpo temblaba como si fuera un bloque de hielo. Llegó a pensar que aunque se salvará del naufragio, acabaría muriendo de hipotermia.
Milagrosamente sintió que el viento amainaba y que el mar parecía tranquilo y el barco como una balsa

- Ya hemos llegado- dijo Valentína justo cuando por fin se atrevió a abrir los ojos.

- ¿A dónde? - pregunto confusa - ¿Dónde estamos?.

- Nos quedaremos aquí hasta que pase la tormenta. Nos hemos alejado de ella y estaremos a salvó.

Apagó el motor y amarro el barco a una roca. Desconcertada Juliana miro a su alrededor hasta que por fin se dió cuenta de que se había refugiado en la entrada de una gran caverna.

- Como tú has dicho no podemos volver con este tiempo - dijo Valentína burlona, Juliana se dió cuenta al instante de que tenía planeado dedos el principio esperar en aquel lugar a que amainara la tormenta - Nos quedaremos aquí hasta que el tiempo mejore un poco.
Juliana sintió el impulso de disculparse, pero algo en su interior se revelaba ante aquella idea, incapaz de pronunciar palabra, se dijo que se estaba portando como una auténtica rata, aunque enseguida Valentina le dió la oportunidad de alegrarse por su orgullo.

- ¿Por qué diablos no llevabas puesto es chaleco salvavidas? ¡Eres una tonta testaruda! - se le escapó mientras tomaba asiento a su lado - ¿Acaso crees que lo ponen de adorno, bonita?

Juliana se le quedó mirando atónita. ¿Como se atrevía a hablarle como si fuera una imbécil? Aunque, a desir verdad, se lo tenía merecido.

- No sabía dónde estaba - se defendió - ni siquiera sabía que había uno.

- Seguramente Jacobo te lo dijo la primera vez que sacaste el bote ¿No? Forma parte de su trabajo, y me sorprendería mucho que no lo hubiera hecho.

Efectivamente se había portado como una tonta, se dijo Juliana recordado amargamente que Jacobo se lo había explicado, pero que ella no le había prestado mucha atención.

- Se me olvidó - confesó, deseando que la tierra se la tragara.

- ¿Que se te olvidó? - repitió Valentina incrédula - ¿Estabas en medio de la tempestad y se te olvidó que en el bote había chalecos salvavidas?.

- Si - admitió Juliana cada vez más incómoda - no se cómo pudo ocurrir pero así fue.

- Y supongo que tampoco se te pasó por la cabeza utilizar las bengalas para indicar tu posición, ¿Verdad?. Si no hubiera sido por la luz de un relámpago no había podido encontrarte.

Aquello si que se le había ocurrido, pues Jacobo también le había explicado cómo usar las bengalas.

- No pensé que nadie saliera a buscarme con una tormenta tan terrible - se justificó.

- Así que resulta que no te olvidaste de las bengalas, que simplemente decidiste no usarlas....

Aunque Valentina le estaba apretando las tuercas Juliana sintió que desaparecía toda la animosidad que había sentido asía ella. Aquella mujer no solo había desafiado a los elementos para salir en su busca, si no  que además habrá arriesgado su vida para salvarla y en vez de agradecerselo o de hacerle más fácil su tarea, ella no había hecho más que entorpecer la olvidando hasta los principios más básicos de los rescates en el mar.

- Lo siento, lo siento muchísimo. Me he portado como una estúpida - se disculpó débilmente, sintiendo que se le hacía un nudo enorme en la garganta - creo que me deje llevar por el pánico - declaró - y sin poderlo remediar, se hecho a llorar amargamente

De espaldas al pasado. (Juliantina)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora