Desilución

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Capítulo 11

- Buenas tardes, ¡Que alegría volver a verte!

- ¿Me has echado de menos?

- Por supuesto, esto ha sido un infierno desde que te marchaste - replico Valentina irónicamente - pero, como vez, he conseguido superarlo.

Está conversación se desarrollaba dos días después. Cuando Juliana volvió a la isla para visitar a León, Valentina ya la estaba esperando en lo alto de las escaleras. Aunque le conocía muy bien y sabía que cumpliría con lo que consideraba su obligación, en el fondo de su corazón Juliana había confiado en que la dejara en paz de una maldita vez.

- ¿Cómo te has enterado de que venia?  - pregunto mientras subía las escaleras, medio esperando todavía que ella le dijera que estaba a punto de marcharse

- Tengo mis espías.

- Si, no lo dudo - replico Juliana irónica

- Ya te advertí que no permitiría que te sientas incómoda en esta casa

- No te preocupes, me acuerdo muy bien, imagino que debería sentirme halagada por qué pienses que merezco tantas atenciones. Solo que espero no estar causadote muchas molestias - añadió con preocupación fingida - no podría soportar pensar que cambiarás tus planes por mi culpa

- Oh, si, ya veo que estás muy preocupada por eso - repuso Valentina con burla.

Estaba medio apoyada en la barandilla de madera con los brazos cruzados. Llevaba una blusa azul, jeans y tenis blancos, y a pesar de tan sencillo atuendo se le veía más atractiva que nunca. Para su mala suerte, Juliana empezó a imaginar que estaban otra vez en el barco, lo que provocó que se alzará en su interior una llamarada de deseo.

- No te preocupes - añadió Valentina con ligereza - lo más importante ahora es pasar estos preciosos momentos contigo.

- Justo lo que pensaba - dijo Juliana. Aunque casi había llegado ya a su altura, Valentina no hizo el menor movimiento para apartarse - perdona ¿Te importaría dejarme pasar? ¿O es que quieres que pasemos la tarde plantadas al lado de esta barandilla?

- Puede que no fuera una mala forma de pasar el tiempo, ¿No te parece?

- No, no me lo parece - contesto Juliana cortante - he venido para ver a tu tío y solo dispongo de cuarenta minutos...... mejor dicho - se corrigió irritada tras echar un vistazo a su reloj - de treinta y cinco

- De acuerdo, de acuerdo, lo dejaremos entonces para otro ocasión - tras lanzarle una mirada cargada de intención, se dió la vuelta y se encaminó hacia la alcoba de su tío.

Juliana comprobó con gran alegría que León parecía encontrarse muchísimo mejor. Había algo más d color en sus mejillas y un brillo de entusiasmo animaba su mirada.

- Tienes un aspecto estupendo - le saludo Juliana abrazándolo. Tomo sus manos entre las suyas y se sentó a su lado en la cama.

Por su parte, Valentina se  sentó en el sillón y se dedicó a vigilar la sin desir palabra, interviniendo en la conversación tan solo cuando el tío le preguntaba algunas cosas directamente
A Juliana no le desagradaba, en absoluto su actitud. Casi asta olvidó que Valentina estaba en la habitación. Pero entonces, la conversación dió un giro de lo más desafortunado.
León empezó a hablar de las vacaciones, y de repente, la sorprendió con una pregunta.

- ¿Y qué me dices de ti, querida? ¿Cuando piensas tomarte unos días libres? Seguro que los necesitas después de trabajar tan duramente en el centro.

- La verdad es que me encantaría, pero me temo que no podré organizar nada. Cuando acabe mi contrato con el centro volveré a mi trabajo en el DF. Unas vacaciones no encajarían en mi agenda - bromeó

De espaldas al pasado. (Juliantina)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora