(Sueños 2/3)
"Esa sonrisa tan bella es una prueba viviente, que de las pesadillas, tarde o temprano, uno despierta"
Al menos media hora, tal vez incluso más, había transcurrido desde la última vez que vio a Thomas.
Supo, en el momento que debieron tomar caminos altamente separados, que el distanciarse no fue una buena idea, pues no volvió a saber de él.Cuando preguntó, nadie se atrevió a responder, sólo le dedicaban miradas ingenuas y continuaban con lo suyo. Tampoco oyó su nombre en ninguna conversación en la que pudiera irrumpir, simplemente era como si se hubiera esfumado.
Para dos mentes con ideas revoltosas como eran las de Aixa y Thomas y todas las dudas que ambos cargaban, los doctores, las enfermeras, y todos allí, en especial aquella mujer rubia que los reconoció con tanta facilidad, quien no inspiraban confianza en lo absoluto. Tampoco parecía buscar su aprobación.
A excepción de Costia.
Él si se contemplaba de fiar.
Se veía serio para la edad que aparentaba. Sin embargo, las buenas intenciones eran fáciles de ver en el brillo de su mirada, bajo toda esa superficial máscara de adultez.
Sus grandes ojos verdes no le metían al verla con calidez, con un aire que le rezaba: no dejaré que nada malo ocurra.Guardando silencio siguió con la vista al pelinegro, que se adentraba por otro portón a un cuarto contiguo del que se hallaba. Mientras aguardaba su regreso, se dedicó a echarle un vistazo con más profundidad al lugar.
El habitáculo estaba amoblado a diferencia de muchos otros. Todo era perfectamente blanco y pulcro, igual a una sala de estar. El mármol del mesón al centro del salón era lo único que tenia color, resaltando entre tanta uniformidad.
Sus pies se enterraban sobre una alfombrilla que los mantenían calientes. Agradecía por eso, ya que le permitía volver a sentirlos.
Con cuidado se acercó al sofá en una de las esquinas y se sentó sobre el bordillo.Se percató de que olía diferente allí; en el resto de las instalaciones se podía percibir el desinfectante, los químicos que son esperables hallar en un laboratorio. Pero en esa habitación olía a algo dulce y agrio a su vez, jamás antes conocido para ella, que no pudo descifrar al instante.
―Cítrico― determinó para si misma tras unos segundos de atención al perfume. ― ¿Pero qué?
Sus ojos azules, grisáceos bajo la fuerte luz, viajaban por cada centímetro que la rodeaba. Tenia la mente hecha un torbellino, y aún así intentaba recordar que motivo la llevó a terminar en aquel lugar. No en la habitación, en el búnker sino.
Pero nada parecía volver a ella. Era igual a despertarse en la caja otra vez, sin memorias, sin recuerdos, sin esperanza
¿Qué había ocurrido antes de despertar en la enfermería?
Recordaba la fiebre, todos los infectados que eso trajo. El escenario de toda esa sangre cubriendola, a ella junto a todos los heridos, le revolvió el estómago. Sabía que había dormido en el pozo, que estaba junto a Thomas, pero ¿que pasó más tarde?
Los pasos del muchacho la quitaron de su trance, logrando que su atención vuelva a la sala.
Un chistido sonó desde la altura, sobre uno de los muebles. Rápidamente entendió que se trataba de un rociador, pues la fragancia se había tornado más fuerte.―Es verbena,― espetó el chico al verla tan concentrada cuando llegó a su lado. Contaba con una pila de ropa sobre sus manos que llevaba hacia ella ―, el aroma, es verbena. ― repitió.
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𝖠𝗂𝗑𝖺 -𝖳𝗁𝖾 𝖬𝖺𝗓𝖾 𝖱𝗎𝗇𝗇𝖾𝗋-
Fanfiction❝ Todo comienza con ella, debe terminar igual❞ Al despertar dentro de un oscuro elevador en movimiento, Aixa, entenderá que es el comienzo de una nueva vida. No sabe quién es. Tampoco hacia dónde va. Pero no está sola: cuando la caja llega a su dest...