En este mundo Alfa, Beta u Omega crecen para seguir al pie de la letra los estereotipos expuestos por la sociedad.
Los alfas son fuertes y rigen en todo momento.
Los omegas débiles por naturaleza, solo son objetos sexuales y de reproducción.
Betas...
Holi!!! -salvaje Hachi aparece- ¿Cómo han estado? Espero que bien Bueno ¡He traído otro capítulo!! Recuerden leer hasta el final, debo explicarles algo ;D
¿Sabías qué? En este fic, cuando un alfa, Kappa u Omega es totalmente poseído por su instinto se porta como si no fuera la persona en cuestión. Es decir, si es una persona tranquila pero en ese momento es atacado y su instinto toma posesión de su cuerpo, se volverá agresiva al extremo de matar o en cambio podría hablar de más si es una persona callada y que oculta lo que siente.
Sólo diré ¡Qué el instinto actúe más seguido, por bien de todos!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La madrugada de aquel día era fría, el viento soplaba con fuerza como si advirtiera de alguna tempestad a la vez que, el cielo aún nocturno, era iluminado por pequeñas y cabe decir, pocas estrellas en el. La oscuridad que era frecuente en ese tiempo, le ayudaba a esconderse y pasar desapercibido, claro que, siempre y cuando, él no se dejará ver por las luces que alumbraban el camino o alguno que otro automóvil que pasaba por la gran calle por la cual caminaba.
El hogar de aquel sujeto era algo alejado del punto en donde él se encontraba, pero, debido a su ya bastante experiencia en el campo sabía que llevar, rentar e incluso ir por algún medio de transporte hacia aquel lugar, no era muy buena idea. Y no era para menos, no sabiendo que aquel tipo era peligroso por tener diversos contactos incluso en el interior del gobierno por que claro ¿cómo iba a ser posible que no hubiera información de su persona si no tenía contactos? Era como si esa persona no existiera, como si su nacimiento no hubiera pasado y eso solo podía significar que esa persona era poderosa.
Aún estaba algo lejos, pero se encontraba lo suficientemente cerca para ver que la dirección que buscaba lo guiaba nada más y nada menos que a una pequeña y cabe decir, linda casa. Una casa como cualquier otra, solo de dos pisos y blanca, una casa cualquiera. Sin embargo, no se confiaba en lo absoluto, por muy normal que pudiera parecer esa casa, sabía que algo ocultaba.
En cuanto logró llegar cerca de esta, se ocultó en el jardín, no muy grande y solo con un árbol de cerezo. Las luces estaban apagadas y todo en completo silencio, se aseguro de que no hubiera algún tipo de sistema de vigilancia pero no era como si viera cámaras o alguna alarma. Aquello hizo que desconfiara más de la casa. Tomó un poco de aire y se aseguró de que Mugen estuviera bien sujetada, ya cuando se aseguro de que todo estaba bien se acercó a la puerta y estando a punto de forzar la cerradura se dio cuenta de algo.
Estaba abierta.
La puerta ni siquiera estaba bien cerrada, solo necesito empujarla con la mínima fuerza para poder entrar. El interior de la casa era oscuro pero podía ver claramente los muebles y objetos que habían en esta, dio unos pasos para entrar aún alerta de cualquier movimiento. Caminó por un rato mientras abría las puertas con precaución pero cada vez que abría una puerta se daba cuenta de que algo estaba fuera de su lugar.