En este mundo Alfa, Beta u Omega crecen para seguir al pie de la letra los estereotipos expuestos por la sociedad.
Los alfas son fuertes y rigen en todo momento.
Los omegas débiles por naturaleza, solo son objetos sexuales y de reproducción.
Betas...
Por fin traigo otro capítulo! Lamento la tardanza pero ya casi salgo de vacío es así que en estás estoy pensando seriamente terminar este dice, posiblemente haya actualizaciones diarias ;3
¿Sabías qué? Cuando un kappa entra en celo no piensa y sólo actúa por instinto, puede violar a alguien... Incluso si es alfa.
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El silencio de la habitación era poco pero muy valioso, el joven albino se había quedado callado ante lo inesperado de los hechos sucedidos, las palabras se habían atorado en su propia garganta como si un nudo se formara en esta lo cuál era algo incómodo.
¿Qué debía decir ahora?
Su rostro estaba sonrojado y su respiración de un momento a otro se empezó a agitar cada vez más pero ya no sabía si era exactamente por su celo próximo o por los pensamientos erráticos y caóticos que atrapaban su mente.
— La amaba, la amaba tanto que su muerte causó la destrucción del clan — El beta miraba a Allen con seriedad, esperando que dijera algo o que tan solo moviera un dedo pero al contrario de lo que quería, el joven kappa estaba completamente paralizado.
— ¿Des...trucción? — La voz del albino salió como un pequeño murmuro dedicado a la rosa más fina y delicada que encontrarás, signo de que en verdad le costaba hablar.
— Después de eso a Kanda se le acuso de ser el asesino de Alma y Emilia, el padre de estás al principio lo negaba pero después de un tiempo, cegado por la furia y tristeza por perder a sus hijas, comenzó a liquidar a los del Clan.
— ¿Y Kanda....?
— Ya hemos hablado suficiente — El albino observó al joven de cabellera rubia abrir la puerta y mirarlo a él de soslayo — Tu olor comienza a ser... Atractivo... Si Kanda no llega dentro de tres horas dejaré que hagan lo que quieran contigo.
— Pero...
— He hablado.
El beta salió de la habitación y está se aseguro provocando un sonido en seco que resonó en la cabeza del albino. Los ojos de este se cerraron y apretando los dientes le dió un golpe al suelo.
— ¡Maldición! — La mueca de disgusto total estaba marcada en su rostro — Debo... De...
Repentinamente Allen sintió un fuerte dolor en su cuerpo, se paralizó y ni siquiera pudo gritar por ayuda.
Oh no...
Sus ojos se cristalizaron y el sonrojo en su rostro ya estaba lo más marcado posible, su cuerpo temblaba y a la vez se contraía. ¿Acaso podía haber algo peor? Cómo si fuera posible, sus colmillos comenzaban a picar y comenzó a tomar grandes bocanadas de aire tratando de calmarse pero no funcionaba.
Sintió que la marca ahora debía de ser reforzada, quería que alguien la volviera a abrir... No... Quería que Kanda volviera a marcarlo, que volviera a morder y lamer aquella marca que les unía como lo hacía cada vez que tenían relaciones.