⚠21⚠

279 53 17
                                    

¡Hoy hay actualización!
Bueno, Holi, he logrado actualizar después de un tiempo :D!

¿Sabías qué?

Los supresores de los Kappas son inyectables. La fórmula no tiene mucho tiempo de desarrollo y por ello las pastillas no son tan seguras y solo son de prevención contra embarazos. Por su parte, los supresores inyectables son los que mejor funcionan en el celo de un kappa pero ¿Qué tiene de malo el celo de un kappa? ¿Por qué los científicos mataban a los niños solo por estar en celo?

Pronto se sabrá.

El sonido de sus zapatos al chocar contra el suelo provocaban un gran eco al rededor del pasillo, anunciando que él tenía prisa por salir de ese !jugar y no era su culpa, no cuando hay varias personas tratando de asesinarse unas a otras y sobre to...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sonido de sus zapatos al chocar contra el suelo provocaban un gran eco al rededor del pasillo, anunciando que él tenía prisa por salir de ese !jugar y no era su culpa, no cuando hay varias personas tratando de asesinarse unas a otras y sobre todo, cuando huyes de un edificio que si bien aún no colapsada, no tardaría en hacerlo.

— Ma...na... H-hace... Calor — El ahora niño albino era llevado en brazos por el científico, quien lo cubría con su bata en un vano intento de que no viera lo que había regado en el suelo — Mucho... Ca...lor...

— Tranquilo, ya casi llegamos.

Mana miró al pequeño Kappa,  sus ojos brillaban con intensidad un violeta que dejarían hipnotizado a cualquiera, hermosamente peligrosos al igual que su cabello blanquecino. Sus facciones seguían siendo la mismas pero al mismo tiempo se veían distintas por sus ojos resaltantes y sus colmillos asomándose. 

— Ma... Na... ¡Aghhhh! — Red gritó. Gritó con desesperación mientras sostenía su cabeza, la bata cayó al suelo a la vez que el albino se retorcía y sentía su interior debatir. Cerró los ojos negando repetidas veces — ¡Basta! ¡Basta! ¡Duele! ¡Duele! ¡No! ¡Déjame!

Mana corrió más rápido. Escuchaba los gritos de Red llenos de dolor y angustia provocando que su estómago se resolviera y contrajera.

Era su jodida culpa.

Hace seis meses había contactado a "Black Order" una organización fundada por alfas y betas que buscaban justicia e igualdad. Aquellos que formaban parte de esta organización eran de las tres jerarquías y todos se trataban por igual, un beta podía destacar igual que un alfa y un Omega, los omegas eran vistos como personas y no cápsulas y los alfas respetaban aquello. Eran más humanos.

Al contarles por interceptores lo que pasaba ellos se interesaron, sobre todo por qué Black Order tenía un muy buen secreto escondido y era que, aquella que había logrado ocultarlos, hacer formaciones y estropear algunos planes que el gobierno tenía planeado, era una Kappa de nombre Hevlaska.

Hevlaska siempre se había escondido por su propia seguridad, se había hecho pasar por una Omega en un principio pero después de mucho tiempo sólo los principales sabían que ella era una "original". Mana busco por mucho tiempo a esta organización y en cuanto la encontró no dudó en pedir ayuda y contarles. Mandó pruebas de lo que decía y arriesgo todo por los niños; nunca se dejó ver por los de Black Order pero por alguna extraña razón sabía que con su ayuda, podrían cambiar el destino de los cachorros.

El amor de un sicario »Omegaverse«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora