Yo y ella.
Duele amar y quema la pasión desde el interior del cuerpo, pero se disfruta.Desde el baño escuchó el estruendo de como la puerta de la casa es cerrada. Johanna se ha ido.
¿Por qué vino en primer lugar?
¿Para tratarme como amigo o burlarse de mi condición?, ¿de que no pueda caminar y así aprovecharse de mi?. Que me diga que es lo que quiere en
primer lugar.Con dificultad me para de la silla, cierro la llave de la ducha y me acerco a la puerta cerrada, tomo una toalla y la envuelvo como puedo alrededor de mi cadera, salgo del baño con cuidado de no caerme por la debilidad de mis piernas, tomo la silla de ruedas que aunque un poco lejos pude alcanzar y cierro la puerta del baño.
Miro el pequeño espacio al que llamo habitación y noto en el piso sus huellas mojadas, más de cerca veo su ropa interior en un bulto pequeño. No lo tomo por vergüenza así que con mi silla de ruedas me dirijo a mi armario donde guardo mi ropa.
Ya vestido salgo de mi habitación aún más avergonzado. Nos bañamos juntos por supuesto, mi madre estaba en casa y yo no dije nada, aunque tímido por la situación no dije nada, ella tampoco lució tímida.
«Ella nunca estaría timida.»
«¿Soy capaz de gustarle?.»
«¿Que te pasa?, tu no eres así porque con ella algo seria diferente.»
«Su sentimiento solo es lastima.»
Mi madre espera sentada en el comedor. Con mi silla de ruedas me acerco a la mesa donde el puesto de johanna llace vació.
-¿Entonces si se fue?-. Pregunto a mi madre en voz baja. Ella asiente. Tomo lugar en la mesa. Juntos comemos en silencio, mi madre toma mi mano, la apartó y sigo comiendo.
Al terminar retiro mi plato hacia el lavavajillas y me voy del comedor dejando a mi madre.
Cruzo por el pasillo hacia mi habitación, nuevamente solo en esta, para no aburrirme tomo mis apuntes y me pongo a hacer la tarea. Después de terminar guardo mis cosas, sin darme cuenta que ya era de noche, voy hacia mi cama y con dificultad me subo en esta y medio acostado leo el libro que tenía debajo de mi almohada.
Un par de párrafos hacen que por alguna razón fije mi vista en el piso, su ropa sigue hay, húmeda.
Recordar como estábamos en la ducha, los dos y yo aunque tímido no reproche en ningún momento.
Sin darme cuenta mi mano se alza hasta mi cabeza bajando como una caricia, recorriendo el mismo camino que ella marcó en mi piel que alza cubierta, pero desnuda en sentimiento, trato de tocar las zonas que duelen, no los veo pero se que los moretones están hay.
-Luc, ¿estás dormido?-. Escucho a mi madre mientras hace pequeños toques a la puerta. Rápidamente dejo caer mi mano y no digo nada, tal vez se haga la idea de que si.- Descansa-. Escucho por último junto a unos pasos que se alegaban de la puerta.
Dejo el libro nuevamente debajo de la almohada, tratando de acomodarme para dormir, trato de apagar la lámpara que alumbraba la habitación y antes de, miro mi mano por un momento. La palidez de esta se esparce posiblemente por todo mi cuerpo y las venas marcadas me graban como una firma de tinta oscura.
«Una mancha más que puede ser borrada.»
Con ese pensamiento de mi, apago por fin la lámpara y me acurruco en mi cama.
La luz de la ventana se esparce por mi habitación, trato de cerrar mis ojos sin pensar en nada, pero aunque no vea recuerdo. Recuerdo su forma de tocarme y aunque trato de olvidar mi mente podrá hacerlo pero mi cuerpo no quiere, yo realmente no quiero.
Escucho ruidos que bien podrían ser de afuera de mi casa pero son tan cercanos que no distingo cual es cual. Sigo casi hinerte por el sueño que antes me consumía, pero aún así hago mi mejor esfuerzo para saber que realmente pasa. Trato de alzarme de la cama y quedar en una posición un poco más alerta, aunque en mi condición no sirva de mucho.
Prendo la lámpara, la luz de esta por alguna razón se ve mucho más tenue y menos clara, tratando de enfocar mi vista la giro hacia la ventana y de apoco veo lo que podría ser una silueta que trata de abrir la ventana y entre tanto puje lo logra, ante esto estar tranquilo era mi opción más lógica, aunque por dentro me moría de los nervios.
La figura se acerca y cierro mis ojos en espera, si pudiera tener algún tipo de control sobre mis piernas sabría que estarían tiritando del miedo, pero no, simplemente podía apretar mis manos y esperar.
- Lucas-. Siento que una voz dulce me llamaba, no abro los ojos, pero por alguna razón me siento más seguro.- Lucas soy yo-. Vuelve ha decir la voz y esta vez la reconozco, por que aunque sea muy poco lo que hemos hablado escucho su voz como si para mí fuera lo más importante, porque lo es.
Johanna está encorvada al lado derecho de mi cama, está vestida de negro y luce una sonrisa.- ¿Me extrañaste?-. Pregunta y yo quedo anonadado y confuso.
-¿Que haces aquí?-. Pregunto, incómodo por su cercanía y no porque fuera mala si no por lo que me causaba, un no se que que no entendía.
- Vine a verte-. Dice sentándose en la cama.- He traído algo-. Dice mientras coje una pequeña caja. Guardo silencio.- Vine a curar tus heridas. Que no me vas a decir algo-. No respondo y la miro.- si no quieres que lo haga me voy.
Antes de que se parara completamente tomo su mano con necesidad.
- No espera-. Trago duramente.- Hazlo.
Ella vuelve a sonreír. No se porque sonríe tanto me parece ser que no es ella, pero aunque se sienta diferente, es ella a la que veo.
- Date la vuelta-. Me manda y yo lo hago. De alguna manera rara me hallo acostado boca abajo sin camiseta a merced de sus manos frías junto con un tipo de crema igual de fría que se pasean por mi espalda dulcemente. Desde la posición donde estoy puedo verla, pero prefiero cerrar mis ojos.
- ¿Te sigue doliendo?-. Pregunta aunque no digo nada al igual que en el baño.- Se te marcan mucho las venas-. Dice en forma graciosa y yo sonrío en repuesta.- Las veo desde tu torso-. Me toca.
- Subiendo-. Me toca nuevamente.
- Tu cuello-. Me acaricia nuevamente. Trato de abrir mis ojos. Mi cuerpo se siente caliente y además el siento el suyo aún más cerca.- Y en tu rostro desaparecen.
Los abro.
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Si les gusto dejen su estrellita. Me ayudan mucho, también comenten, me encanta cuando se lo que están pensando de mi obra.

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RuedaS •|Si quieres te puedo llevar|•
Novela JuvenilJoh es una chica de 17 años un tanto reservada pero rebelde sin duda, sin quererlo comienza a sentir cosas por su nuevo compañero Lucas el cual tan solo tienen 15 años,siendo un cerebrito, que esta postrado en silla de ruedas. Lucas hará todo lo po...