𝒞𝓊𝒶𝓉𝓇𝑜

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𝕷𝖆 𝖈𝖆𝖘𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝖕𝖗𝖔𝖋𝖊𝖘𝖔𝖗 𝕶𝖎𝖗𝖐𝖊 -𝕻𝖆𝖗𝖙𝖊 𝖉𝖔𝖘-

EL DÍA SIGUIENTE HABÍA AMANECIDO con una lluvia torrencial, como si el mundo nos quisiera dejar más que claro que estábamos encerrados en la casa del profesor Kirke, lejos de todo lo que en su momento alguna vez quisimos

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EL DÍA SIGUIENTE HABÍA AMANECIDO con una lluvia torrencial, como si el mundo nos quisiera dejar más que claro que estábamos encerrados en la casa del profesor Kirke, lejos de todo lo que en su momento alguna vez quisimos. Estábamos todos distribuido en la biblioteca, Susan soltaba palabras que encontraba en un gran diccionario, mientras Peter intentaba adivinar que significaban, Lucy se había quedado pegada en la ventana mirando la lluvia caer, mientras que Edmund estaba recostado en el suelo. Yo me había sentado a un lado de Susan, casi acostado en el sofá. La casa del profesor era bastante grande y se podrían hacer muchas cosas, pero por desgracia la Sra. Macready estaría siguiéndonos el rastro y regañándonos por cualquier cosa.

-Gastrovascular- dijo Susan, llenando con su voz el silencio del lugar, me senté derecha de nuevo para tratar de alejar el sueño que me estaba invadiendo, me encontré con la mirada de Peter y le sonreí a medias.

- Vamos Peter- se quejó Susan- pon atención, Gastrovascular- volvió a repetir la palabra, haciendo que Peter soltara un bufido.

- ¿Es latín?- consulto

-Si- comento Susan devuelta.

-Y significa "el peor juego que se ha invitado"- hablo Edmund, no pude evitar reírme y Peter también, Susan me miro seria como forma de queja.

-En serio ¿tu?- levanto una ceja a lo que solo me encogí de hombros.

- ¿Qué? Fue gracioso- reí.

-Vamos Sus, No te molestes con Kira- me defendió Peter, a lo que esta solo cerro el libro y bufo molesta.

Lucy que se había mantenido en la ventana se acercó a nosotros.

-Vamos a jugar a la escondida- sugirió.

-Pero lo que estamos haciendo es muy divertido- comento Peter sarcástico mientras miraba a Susan.

Ella me miro, de forma reprobatoria al volver escuchar una de mis risas.

-Por favor- pidió Lucy- por una vez Peter-

Peter se puso a pensarlo hasta que su voz contando los números lleno cada rincón de la biblioteca, mientras se levantaba y se dirigía a una pared para poder dejarnos escondernos.

Susan tomo mi mano y me saco de la habitación corriendo mientras Edmund sin entender preguntaba que hacíamos. Susan me arrastro hasta el segundo piso en busca de un escondite en el cual no nos pillaran, me arrastro hasta un pasillo donde se encontraba un viejo baúl.

-yo dentro perfectamente aquí- me comento, yo rodé los ojos, Susan era un par de centímetros más baja que yo, así que exactamente caía en el baúl.

¹Las Crónicas de Narnia: El León, La Bruja y El RoperoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora