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Capítulo 4

Miedos y Remordimientos

Pasaron las horas, ya el ambiente había vuelto a su forma habitual, la madre estaba en la cocina, ordenando un poco las cosas, mientras los más jóvenes discutían sobre el caso que habían resuelto, y como se las arreglaron para lograrlo, de vez en cuando se escuchaban las carcajadas productos de algún comentario cómico entre los jóvenes.

—Yo creo que es muy genial como Leyn puede mantener la calma, y encima burlarse de sus enemigos —comento Alex.

—Ya, ya, me estas avergonzan...

—Pues a mi parecer solo actúa como un payaso —dijo Alessia interrumpiendo a Leyn.

—Hehh...

—Estas equivocada Alessia, Leyn no es un payaso —dijo Aiden.

—Claro que no.

—Solo es un suicida en potencia.

— ¡Hey no me ayudas, Aiden! —exclamo Leyn, mientras escuchaba como el grupo se reía de él.

—Bueno, hay que ver lo que has comprado, luego de ahorrar tanto dinero y lo que se te ocurre comprar es una pistola gancho —señalo Alessia.

— ¡Exacto! —dijo repentinamente Leyn.

— ¿A qué te refieres? —pregunto Alex.

—Blake al igual que tu pensó de esa manera, solo había que verle la cara para notar que no se lo esperaba.

— ¿Así que dices que gastar todos tus ahorros en eso era parte de tu plan? —pregunto Alessia de manera sarcástica.

—B-bueno al principio lo compre porque se veía genial —dijo Leyn mientras escuchaba como Aiden y Alex se reían detrás de él.

—Pero lo importante, es que las personas normalmente piensan que una pistola gancho se usa para elevarte a ti mismo, pero la verdad es que tiene muchos usos, en ese momento se me ocurrió atraer la caja hacia mí para hacer caer a las demás, pero se me pudo haber ocurrido otra cosa.

—Aunque salió por los pelos, la finalidad era hacer que bajen la guardia y tomarlos desprevenidos —agrego Aiden.

— ¿Así que lo dicen es que en un combate la fuerza no lo es todo? —pregunto Alessia.

—Por supuesto que no, y de echo ese es el problema de muchos súper soldados, se concentran solo en la fuerza y velocidad que les otorga dicha droga, y no ven más allá, en un combate hay que tener en cuenta el entorno, las estrategias que puedas formar e incluso que tan cansado puede estar tu oponente, eso es lo que puede diferenciar una derrota de una victoria —explico Leyn.

—Hmm... así que un combate entre Aiden y tú... ¿Quién ganaría? —pregunto Alessia.

Eso los tomo por sorpresa, nunca llegaron a pensar que alguien les llegara hacer esa pregunta, ambos se miraron y luego de unos segundo llegaron a una conclusión.

—Depende —dijeron ambos al mismo tiempo.

— ¿Depende de qué? —pregunto Alex.

—Leyn es muy fuerte y ágil, además de puede improvisar y tomar rápidas decisiones..., por ejemplo si peleáramos ahora no creo que ganaría —dijo Aiden.

—Sí, pero poniéndonos más estrictos... si hubiera un poco de tiempo de preparación para el combate, Aiden conoce mis debilidades y es muy inteligente, si llegase el momento de que lo retara y el aceptara sin dudarlo, yo sinceramente dudaría en seguir con el combate —explico Leyn.

La Leyenda Del Ángel. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora