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Capítulo 8

Pensamientos de un asesino en serie

Llevaba un par de días sin hacer nada, todo estaba tranquilo y en silencio, relajándose en su oficina con una copa de vino rojo en la mano y admirando la hermosa luna, él se encontraba sumergido en sus propios pensamientos. No tenía que preocuparse por nada, después de todo nadie nunca lo encontraría en su mansión a menos que él así lo quisiera, era una mansión inexistente, no aparecía ni siquiera en los mapas.

Estaba en unos terrenos abandonados, alejado de la ciudad, visto desde afuera solo se vería un bello paisaje, desde dentro una inmensa mansión aparecía instantáneamente. Protegido por una fuerza desconocida, esta impedía la entrada a su interior, no podía verse la mansión a lo lejos, ni siquiera el Ángel sería capaz de encontrarlo, después de todo, ahora seguramente se encontraría muerto de ser lo contrario.

Estaba al tanto de todo lo que ocurría en la ciudad, sus marionetas le informaban de todo lo que ocurría, llevaba un par de semanas sin salir de su mansión, cuando lo hacía era de día y acompañado de sus guardaespaldas, tratando de ser lo más meticuloso y cuidadoso posible, no debía subestimar al Ángel.

Él era muy hábil manipulando a las personas, sumando a su propia habilidad en la cual tenía mucha experiencia, podía enfrentarse al Ángel y tal vez salir vivo, pero aquel ente poseía poderes muy extraños. Se había documentado de su aparición en determinadas ciudades, y luego al día siguiente, aprecia un cadáver presuntamente ejecutado por él, en una ciudad al otro lado del mundo de donde se encontraba antes. ¿Cómo se desplazó tan rápido y en poco tiempo? Aun es un misterio. Termino por comprar el libro "Nacido de la Oscuridad", un libro escrito hace siglos por seguidores del Ángel, en donde se narran sus comienzos, ideología, y objetivos. Termino por asistir a una iglesia de fanáticos hacia el Ángel, todo con tal de saber más acerca de él.

Como resultado, termino por sentir cierta admiración por el Ángel. Un ser que se relataba de divina procedencia, que ejecutaba a aquellos que abusaran de su poder, cargando en sus hombros un peso de admiración por unos, desprecio por otros y miedo en igual manera. Sabia por supuesto que debía tener cuidado, se encontraron pruebas de que el Ángel llevaba rondando la ciudad, desde hacía un par de semanas, la paranoia lo había llevado a pensar que era a él a quien le estaba dando caza.

luego estaba ese interesante joven detective del cual Blake le había hablado, le había dejado varias pistas interesantes en los cadáveres, ya debía de haberlos encontrado, quería seguir jugando con él, pero debía tener cuidado con lo que hacía. El asesino se jactaba en la seguridad de su mansión mientras observaba la hermosa luna y bebía su vino, maquinando sobre sus posibles futuras acciones.

Varias semanas antes, cuando nada aun había ocurrido, se encontraba en su habitación, tratando de dormir, pero el sueño simplemente no llegaba, se levantó y se dirigió al salón de música, sus marionetas estaban inmóviles esperando sus órdenes, vestidas todas de arlequín blanco y negro, con sus caras cubiertas con una máscara blanca simple, parecidas a las típicas de obras de teatro, en donde se apreciaba el contraste entre feliz y triste. De los dedos del hombre empezaron a salir unos misteriosos hilos plateados que se conectaban al cuerpo de las marionetas, inmediatamente obtuvo el completo control de ellas, las podía mover a su antojo.

Las marionetas empezaron a bailar con "Silence" de Beethoven de fondo, con movimientos llenos de gracia y elegancia, las marionetas eran capaces de hacer movimientos muy complicados para el cuerpo humano. Este hombre sin duda debía de ser un marionetista innato, movía sus manos y dedos con mucha fluidez como si de dirigir una orquesta se tratase. Era una escena magnifica y gratificante de observar, pero por alguna razón no dejaba de ser un tanto... perturbadora.

La Leyenda Del Ángel. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora