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Capítulo 7

Instintos

Hacía mucho frío aquella noche, Leyn estaba a gusto con ella, él era el tipo de persona que prefería los climas fríos a los cálidos, de hecho podía soportar muy bien el frió, al salir de casa le dijo a la señora Vanessa que saldría un momento a hacer un par de investigaciones, le informo que Elizabeth se quedaría en la casa, así que no tenía nada de qué preocuparse. 

El grupo al salir del edificio se percató que había luna llena, las calles se encontraban muy iluminadas por su brillo, que no hacían más que volver más oscuras las sombras de los rincones y callejones de la ciudad, Leyn alzo sus brazos, se estiro un poco y tomo una gran bocanada de aire.

—Ahh... este sin duda es mi tipo de clima —dijo Leyn mirando el cielo, a lo lejos se podía observar la ciudad flotante de Stratfor, a un lado de la hermosa luna.

—Si... si tan solo no se sintiera esta hostilidad en el ambiente —señalo Aiden.

—Estén atentos, esta noche sin duda ocurrirá algo, pero no estoy seguro de que es —añadió Enzo.

Beatrice miraba a los tres hombres con el ceño fruncido, según ella esta noche era como cualquier otra, se preguntaba que había de malo en ella, por más que mirara a su alrededor no encontraba nada fuera de lo común.

—No entiendo a que se refieren, no veo nada raro —dijo Beatrice los dos más jóvenes se quedaron mirando a la chica.

—...

—... ¿Ver?... —se preguntó Aiden.

—Tu... —dijo Leyn mientras soltó una risa nasal—. ¿Acaso la gran "novata prodigio" no conoce los instintos?

— ¿Instintos? ¿A qué te refieres?

—Enzo, ¿no le enseñaron nada relacionado a los instintos? —pregunto Aiden.

—No, Joven Aiden, luego de un tiempo para acá el entrenamiento para desarrollar los instintos queda para el Ejército, se decidió que los Guardias Reales no lo necesitaban ya que su principal trabajo es el de guardaespaldas, los que estuvieran interesados aprenderían por ellos mismos.

—Yo no sabía nada acerca de eso, de lo contrario hubiera practicado —explico Beatrice.

—En mis tiempos... vaya soné como un viejo, antes el entrenamiento era más estricto, primero se empezaba por la mente para luego ir al cuerpo —señalo Leyn.

—Tú ejercías otro tipo de trabajo, tú y tu equipo si lo necesitaban —dijo Enzo.

—Ya que te crees la gran cosa podrías explicarme —sugirió Beatrice.

— ¿Y por qué lo haría gratis señorita? —dijo Leyn mientras acercaba su mano con movimientos raros al cuerpo de Beatrice, ella se alejó un poco abrazándose a sí misma, pero luego se molestó y dio un paso adelante hacia Leyn.

—Tu solo intenta hacerme algo y veras como sé defenderme.

—Hee... estoy seguro que eso algo que muchos quisieran ver.

—Leyn explícale ya, tenemos trabajos que hacer —le recordó Aiden. Mientras Enzo miraba a los jóvenes inexpresivamente, de vez en cuando miraba hacia atrás cuando sentía a personas atrás de ellos.

—De acuerdo, existen tres tipos de instintos principales y esenciales que todo buen súper soldado debe dominar, el principal problema de ellos es que se limitan a las habilidades físicas y se olvidan que la droga también otorga habilidades que se concentran en la mente.

La Leyenda Del Ángel. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora