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Capítulo 3

Familia 

El Plan fue un éxito, los policías llegaron en varias patrullas liderados por el jefe de policía Bell, entrando muy frescos en escena, que enseguida se encargaron de arrestar a los traficantes, Aiden luego de un tiempo llego al almacén, tenía un gran maletín en el cual tenía guardado su francotirador. 

Estando ambos cerca, se podía apreciar el contraste entre ellos, Aiden era más alto y de piel más clara, Leyn era mucho más robusto que Aiden, estas diferencias se destacaban todavía más a la hora de actuar, Leyn era más ágil, rápido y fuerte, Aiden por su parte tenía una increíble vista, diez de diez dirían los profesionales y a pesar de ser más delgado, tenía brazos fuertes y firmes, producto del entrenamiento para soportar el retroceso de las diversas armas que manejaba, Leyn prefería improvisar y agarrar a sus enemigos con la guardia baja, Aiden era mucho más inteligente y pensaba que una buena estrategia ante todo era lo más importante.

A pesar de todas estas diferencias, se comprendían mutuamente y sabían cómo pensaba el otro, esto se reducía en un equipo con una gran sincronización... en la mayoría de los casos.

— ¿Sabes?, deberíamos establecer una señal fija para estos casos, si Blake no se hubiera quedado quieto esto sería otra historia —dijo Aiden.

— ¿Pero qué hablas?, si mi señal era perfecta y muy fácil de entender.

— ¿Fácil de entender?, si la manera que la hiciste fue muy vaga, y daba entender que lo tenías todo controlado, cuando fui yo que tuve que encontrar un edificio cercano que tenga un buen ángulo de visión, para luego tener que lidiar estupideces y vagas señales.

—Ya, ya, no sigas, me estás haciendo quedar mal delante del público.

— ¿Cuál público? —pregunto Aiden.

—Pues el que...

—Jóvenes Aiden y Leyn..., cada vez me impresionan más su trabajo —dijo el jefe de policía interrumpiendo la conversación.

—Como esta, Jefe —dijo Aiden.

—Hey Bell

—Podrías mostrar un poco más de respeto Leyn.

—Déjalo, joven Aiden, Leyn siempre es así ¿no? —dijo el jefe de policía.

—Sí, siempre soy así.

El ambiente se sentía pesado, Aiden solo podía quedarse observando cómo estas dos personas se miraban de manera desafiante, uno tratando de recibir un poco de respeto, el otro negándose rotundamente a otorgárselo.

—Esta ya es otra banda a la logran detener, y esta vez es una con conexiones a los capos de la zona, parece que no tienen ningún problema lidiando con el peligro —dijo el jefe Bell

—Con policías como ustedes esto es lo que nos queda a nosotros, no me quejo siempre que me paguen, ¡y espero que esta vez no aceptes sobornos para liberarlos!

— ¡Pero qué haces amenazando al jefe de policía! —exclamo Aiden.

—No tienes ninguna prueba para decir eso —dijo el jefe Bell

—Solo hay que ver la cantidad de personas que has liberado con cortas condenas —señalo Leyn.

—Ya Leyn, el caso esta resulto y recibirás tu paga, todos contentos ¿no? —dijo Aiden.

—Bueno paganos, necesito comer esta semana —dijo Leyn mientras levantaba la mano abierta esperando el dinero.

— ¡Eres un!...

La Leyenda Del Ángel. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora