Existe una profecía temida por los reyes de el mundo sobrenatural, un mundo que vive a las sombras de el mundo humano actual, el poder de una mujer está creciendo en la oscuridad esperando el momento precisó para atacar la corona, los planetas se va...
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"No se le puede pedir al sol que no ilumine, o a la luna que no brille, así como o puedes pedir que deje de amarte"
—Que pase nuestro tercer rey— declaro un hombre parado al lado de los actuales reyes, Dani entro, con un traje rojo, por una alfombra roja hasta el trono de mi padre.
—Daniel Sak Tyler Jonson, ¿prometes ayudar a reinar y nunca revelar nuestro secreto?— declaro Cristofer
—Lo prometo — dijo Dani, al momento que le colocaron su corona, la cual era dorada con algún detalle y flores de ceibo
—Que pase nuestro segundo rey— dijo devuelta el hombre, esta vez entro Sam con un traje gris, por la misma alfombra solo que esta vez se dirigió hasta el trono de Erice.
—Samuel Jackson Tyler Cer, ¿prometes ser nuestro segundo rey y nunca revelar nuestro secreto?— dijo Erice
—Si lo prometo— exclamo Sam y le colocaron su corona dorada pero a diferencia de la de Dani esta tenía mucho más detalles pero las mismas flores.
—Que entre nuestra reina
Se abrieron las puertas que tenía enfrente, por las cuales yo espiaba, empecé a caminar hacia el trono del medio, con un hermoso vestido blanco con dorado en las puntas, pude notar como las personas quedaban sorprendidas y si quien lo diría, debería ser coronado Harry, no yo...
Me acerque hasta el trono pasando por la primer fila de personas en la cual se encontraba Cecilia, Aleila y Harry, los tres felices pero a Harry se le notaba el dolor en la mirada, llegue al trono y me puse en frente de Erik.
—Maiara Susanete Tyler Black o debería decir Black Tyler — dijo Erik, cuando termino de decirlo las personas atrás mío empezaron a susurrar— ¿Prometes reinar siempre del lado de la paz y el bienestar del pueblo, sin declarar la guerra y mucho menos sin decir que nuestras especies existen?—termino Erik, mire a Harry el cual asintió con una bella sonrisa en su rostro.
—Lo prometo— declare, el hombre que nos llamaba trajo en un almohadón rojo con una hermosa corona dorada, con pinchos para arriba y diamantes, Erik la tomo.
—Hoy te vuelves la reina de todo lo sobrenatural— termino Erik y coloco la corona en mi cabeza, se corrió de su lugar para darme permiso de poder sentarme en el trono, me senté, mire primero a mi hermano el cual sonrió y luego a mi primo el que también sonrió, cuando menos lo espere sentí como todo mi cuerpo succionaba poder, mi amuleto brillaba como nunca antes la había hecho, eso solo indicaba una cosa la profecía no solo se había cumplido sino que también había terminado.
Mi madre entro a la habitación real con un hermoso vestido blanco y una divina sonrisa, camino hasta que se sentó junto a Cristofer, luego de eso ella me guineo el ojo, me alegraba saber que ella volvía a ser ella y no un fantasma que rondaba por ahí pero esa felicidad duro poco pues Harry se había levantado de su lugar, estaba caminando hacia la salida...
—No te vayas— susurre, el pareció oírlo ya que se dio vuelta
—Tengo que— susurro este y termino su salida.
(...)
Un mes había pasado desde la coronación, ya me había acostumbrado a reinar y a vivir en el castillo, lo único que no lograba cerrar era la herida que Harry me había dejado al marcharse, todavía recuerdo que esa noche, la noche de mi coronación, el me dejo una carta en mi habitación.
"Lo siento por tener que irme pero ve este lado tu tenías que conseguir el trono, sé que te duele a mí también pero no es lo mejor para nosotros si no que para el mundo, sé que serás la mejor reina de todas.
A veces hay que dejar escapar a el amor de tu vida para que consiga sus sueños, conseguí mi sueño verte allí es siempre fue mi sueño, tu eres mi sueño...
Te amo"
Estaba caminando por el pasillo que daba a las tres habitaciones, ya casi amanecía, de noche no dormía casi nunca pues las pesadillas por la ida de Harry me perseguían.
—Reina— escuche decir y me di vuelta para ver a una de las empleadas que había en el castillo
—¿Que pasa Sun?— pregunte
—Dejaron esto para usted— me tendió un delicado sobre blanco con un lindo moño.
—Gracias—dije, esta se retiró, abrí el sobre, pude notar que se trataba, allí se encontraba la hermosa y delicada letra de Harry.
"Te extraño no lo puedo negar, verte en secreto es lo que me mantiene con vida, ven al rosedal y cuando el amanecer se aliñe con el anochecer me podrás ver.
Harry"
Mire por la ventana dando me cuenta de que esto casi sucedía, salí corriendo por los distintos pasillos hasta afuera, lo volvería a ver, mi mente saltaba de felicidad de solo pensarlo, corrí por todo el bosque hasta llegar al rosal justo a tiempo pero para mi sorpresa no había nadie.
El sol y la luna se funcionaban con la rosa la cual brillaba como siempre desde que me volví reina, pero abajo de esta se encontraba una pequeña nota, la tome y la leí.
"Perdón, siempre estaré aunque no me veas, te quiero escuchar, tu hermosa vos al decir mi nombre o al decir te amo, te amo Maiara Black, siempre te amare, tu solo recuerda que siempre me podrás encontrar donde los planetas se unen y se separan.
Harry"
Sentí como mil monstruos se metían en mi ser, mire hacia el oeste aquí ocurría la perfecta salida del sol, mi cabeza se giró en dirección opuesta y ahí se encontraba la predominante puesta de la luna.
"Donde los planetas se unen y se separan"
Volví a leer el papel, era el fin y lo sabía, Harry se había ido para que yo reinara pero eso no quitaba el dolor que sentía...
Esa fue la última vez que alguien volvió a saber de Harry pues ya después solo se sabía que yo la reina en cada alineación iba al rosal y aullaba su nombre...
No cualquier aullido este era uno de amor y dolor era un Aullido Lunar.
"Y tal vez nuestra historia solo fue un cuento sin terminar, tal vez la escritora saco la página y dejo que nosotros creáramos nuestro propio final..."
Continuara...
***
Y con este triste final me despido por ahora, los espero en la segunda parte Aullido Lunar, que está publicada en mí perfil.
