Capítulo 12: Playing with fire

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- ¡Miguel! ¡¡Miguel, ¿dónde chingados te metiste cabrón?!! -la calma del descanso valió verga a causa del griterío que orquestaba el mayor de los mexicanos.

Harto de tanto escándalo, Kyle estuvo a nada de golpearlo para callarlo pero pronto deseó golpear a Gian que con una radiante sonrisa se acercó por la espalda al de ojos ambarinos para tomarlo de la cintura, plantarle un beso en la nuca y susurrarle algo al oído. Este simplemente río de forma coqueta, se giró y tras plantarle un beso en la comisura de los labios reinició sus chillidos.

- ¡Tengo que encontrar a ese cabrón! Tengo una gran noticia que de seguro lo va a emocionar un chingo. -lejos de la habitual mirada coqueta de siempre, sus ojos denotaban gran emoción. Debía ser una MUY buena noticia para tenerlo así.

- Bueno, si mal no recuerdo esta ayudando a Erick en el almacén. -apenas escuchó eso, corrió en su búsqueda siendo seguido por la mirada del italiano, cosa que Kyle aprovechó para acercarse a su amigo.

- Gian -el susodicho volteó a verlo con una radiante sonrisa y aquello sólo molestó más al chef.

- ¿Qué pasa, Kyle? -preguntó el italiano con la vista aún puesta en el ambarino.

- ¿Qué demonios le ocurre a ese loco? Nunca lo había visto tan alterado. -Gian no respondió de inmediato, en su lugar lo observó en silencio con una extraña sonrisa que Kyle atribuyó al castaño.

- No lo sé. -aquella respuesta tan simple y escasa de fundamento solo molestó al chef. Si no iba a averiguar el por que del griterío, ¿para qué demonios se le acercó?

- Debes estar bromeando. ¿Para qué te le acercas si no es para preguntarle la razón de sus gritos? -el chef tardó un par de segundos en notar la ambigüedad de su pregunta.

- ¿Te molesta que me le acerque? -algo en la voz de Gian sonaba a que lo estaba retando y aquello era extraño. Su amigo podía ser sarcástico, despreocupado e incluso un idiota pero retarlo no era algo normal en él.

- Eso no fue lo que quise decir y lo sabes. -la mirada de Gian se mantuvo fija en la contraria por un par de segundos que para Kyle fueron horas y tan sorpresivo como inició, terminó.

- Ya sé que no, solo estoy molestándote. -dicho eso comenzó a reírse y sin aun haber respondido a su pregunta, se marchó.

Si tuviésemos que elegir una palabra para describir cómo se sentía Kyle en esos precisos instantes, la palabra sería desconcertado. Conocía a Gian desde hace mucho pero aparece Marco y de pronto ya no es capaz de reconocerlo. No tenía ningún sentido; él estaba un 90% seguro de que el par no había pasado el suficiente tiempo juntos como para poder explicar dicho comportamiento.

- Algo se traen entre manos y voy a descubrirlo. -susurró más para sí mismo que para alguien más.

Mientras tanto, Marco finalmente había dado con Miguel y ni corto ni perezoso le dio la gran noticia.

- ¡¡Miguel, no me lo vas a creer!! ¡¡Te vas a morir cuando te enteres!! -el susodicho, espantado por la repentina aparición del mayor por poco dejó caer unas latas de durazno en conserva.

- ¡Chingada madre, Marco! ¡Ya na' más con estos sustos de la chingada me voy directito con Mamá Coco! -Marco simplemente ignoró sus reclamos y se lo llevó a rastras hasta los vestidores para tener más "privacidad".

No se crean, quería seguir gritando pero a juzgar por la jeta del chef, eso era suicidio asegurado.

- ¡¡Rosa llega mañana a San Fransokyo!! -así sin más le soltó la noticia cual balde de agua helada; pero aquello, lejos de molestar o asustar a Miguel, hizo que comenzara a gritar de la emoción.

¿Por qué no le dices? [Higuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora